A través del agua. [trilogía Juegos Mentales]

C I N C O

Se escuchaban voces y llantos dentro, reconoció de inmediato un sollozo: el de su madre. Una silueta se distinguió en la ventana, ya que esta misma había abierto la cortina amarilla. Chelsea estaba parada al lado de la puerta y era imposible que no la viera, sin embargo, aquella silueta no la vio.

‘’Tal vez murió el monstruo. Oh, eso sería genial’’ pensó.

Chelsea rechazada volvió a tocar nuevamente. La puerta fue abierta y de inmediato salió una persona, era su tía, prima de su mamá. Dentro se veían muchas personas desconocidas y conocidas para ella. La muchacha intento pasar, pero la puerta fue cerrada en su cara.

  • Tía, soy yo, Chelsea. – gritó.
  • ¡No, no hay nadie fuera! – se escuchó decir al interior de la casa, aunque no era para ella.

Aguardó por unos quince minutos hasta que pudo hoy la voz de su prima decirle a su pareja.

  • Mi tía debe estar destrozada. – Su prima paso de la mano con su novio por enfrente de ella ignorándola completamente y tocó la puerta una vez y le abrieron de enseguida.
  • ¡Lya! ¿Qué ocurre? Tú mamá no me deja entrar. – soltó Chelsea y fue nuevamente ignorada.

En la calle estaban aparcados una fila de autos, la mitad de estos pertenecientes a sus familiares.

Se recordó que había dejado la ventana de su habitación abierta en el segundo piso. Tenía una manera de subir.

Dirigiéndose a la parte trasera de la casa pudo oír como los mormullos permanecían en todo su hogar.

Subió un pie sobre la ventana de la cocina que estaba a unos centímetros de el cerco que separaba su casa de la del vecino, y luego piso sobre el alambre del cerco y así sucesivamente hasta llegar a la altura del techo.

Una vez ahí arriba inclino su pecho hacia el techo pasándose a llevar con una punta de la lata, echó todo su peso ahí y rodo.

Llego a la ventana de su dormitorio, pudo divisar que todo seguía como lo había dejado excepto por su closet, estaba desordenado y su ropa se hallaba tirada por todos lados.

Se recostó por unos minutos en su cama. Se sentía muy cansada como si el corazón se le iba a salir. Sólo miraba la pared y oía aquellas voces familiares.

Puso atención en una voz que recién llegaba.

  • Lamento mucho la pérdida, Chelsea era una muy buena chica. – Era la voz de la señorita Anderson, su profesora.
  • ¿Cuál pérdida? Yo aún sigo aquí. – Confundida habló en voz baja.

Bajo lentamente las escaleras y se agachó para ver lo que estaba sucediendo.

Ahí fue cuando vio un ataúd.

Con un cuerpo dentro,

Su cuerpo.

Ahí comprendió que había muerto.

Ahogada en la piscina.

Su mamá sollozaba a un lado de su cuerpo. En las sillas pegadas a la pared estaba toda su familia y uno que otro conocido.

Realmente se había ahogado.

Y todo era un juego mental que le hacía su mente.

 

¡Hola! Este fue un capítulo corto, pero queda un solo capitulo y finaliza la historia y luego empiezo a subir el otro libro de la trilogía.

Su escritora, Julianne Del Río.



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En el texto hay: misterio, muerte, suspenso

Editado: 12.07.2018

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