Todo el mundo volvió a la normalidad, la única anomalía era karma.
Su mirada en algún momento me mataría y me descuartizaria como un pescado.
Sonreí a su dirección, la super intendente hablada con todas las personas mientras tratada de cubrir lo sucedido hace unos segundos.
Karma camino hacia mi a paso rápido, trate de retroceder pero la curiosidad me consumía.
No creo que se atreva de decirme algo delante de estas personas.
Paso de mi agarrando fuertemente mi muñeca derecha, me deje llevar. No era mi intención hacer otro escándalo.
Me arrastró afuera de la cafetería, sus pasos eran largos y mis cortas piernas apenas lo seguían. Tenia que saltar cuando me jalaba y presionada más mi muñeca.
Llegamos a un callejón sin salida, trague grueso, si me iba a violar, por lo menos me fuera avisado y me hubiera puesto algo más provocador.
¡Ay que vergüenza! Mi cara se tiño de rojo.
Ahora se dará de cuentas de mis bragas de hello kitty.
Un fuere golpe en mi espalda hizo que todos mis pensamientos se dispersaran.
—¡¿Qué diablos creés que haces?! —gruño, mi espalda chocaba contra la pared desierta.
—Reclamar — cerré un ojos y apreté los dientes al sentir como él presionada más mi muñeca —, para duele.
—Da gracias a Dios que estas viva y puedes sentir dolor —hablo entré dientres —, casi nos hundes a los dos en tú estupidez.
—No tengo culpa que tú padre crea que todo el mundo es inferior —lo miré —, no tiene el derecho antes nosotros.
—Tal vez no lo tenga —aflojó su agarré —, pero recuerda no estas en el cielo, estas en la tierra. Y el más poderos gobierna sobre los más débiles.
—Eso lo sé —miré hacia otro lado, era inevitable sentirme inquieta si es estaba a unos centímetros de mi.
Sentí como una pierna se incrustaba entre las mías, la mano de Karma soltó mi muñeca para colocarla en la pared junto a la otra a los costados de mi cara. Lo miré sorprendida, sus ojos estaban completamente azules, era como un cazador cazando a su presa. Las nubes escondieron a la luna llena, haciendo que sus ojos se dieran como los de un gato en la oscuridad.
¿Qué estaba pasando?
No sé si asustarme, o besarlo por lo hermoso que se veía.
Aggh, Afrodita.
Un gruñido me alerto. Lo miré.
¡Ay no! No, no. No me digan se esta convirtiendo en un animal como en las nuevas especies. Mordí mi lado, ahora, tendría que tener sexo con el por qué se supone que esta drogado ¿NO?
Mi corazón se aceleró, su mirada recorría todo mi cuerpo mientras me pagada más a la pared.
Calma, Afrodita, calma. Dé seguró no se dará cuenta de tus bragas infantiles y tú deseó de continuar.
Sus manos se despegaron de la pared para recorrer lentamente mis caderas con suavidad mientras sus labios empezaban a besar suavemente mi cuello.
¿Cómo llegamos a esto? Lo detendría a no ser qué, posiblemente este en otro mundo, si lo hago solo sería un pequeño juego de distracción para él.
Heche mi cabeza hacia atrás, sus manos se habían dirigido a mis pechos presionandolos entre si. Mi camiseta blanca estaba completamente mojada gracias a mi futuro suegro.
Su lengua recorría con lentitud mi cuello mientras sus manos dejaban de tocar para bajar hasta el final de mi camisa, sus dedos me hacían cosquillas al sentirlo rosar mi abdomen mientras la subía. Dejando mis pechos completamente es puestos, con la única prenda que la cubría.
Me miró, mi respiración estaba completamente agitaba por sus caricias. Posó sus manos en mis glúteos cargándome, por instinto enrolle mis piernas y mis brazos en él.
Sus ojos eran hipnóticos hacia mi vista, mordió su labio inferior, lo tenía tan cerca de mi, que sentía nuestras respiraciones mezclarse
Nuestras miradas se miradan curiosas, insistentes y lujuriosas.
Estiré mis labios cerrando los ojos, era ahora o nunca. Esperé sentir esos labios cálidos que muchas veces soñé junto a mi almohada.
Pero nunca sucedió, abrí un ojo, karma me mirada sorprendido, asustado y anonadado.
Me soltó bruscamente haciendo que cayera de tracero en el suelo .Lo miré molesta y confundida.
¿Qué está pasando?
Ya sus ojos no tenían ese mismo color.