Capitulo 25.

     Nos sentamos en silencio a la espera del veredicto de la doctora. Ninguno de los dos emitió palabra alguna, era como si hubiéramos hecho un pacto de silencio sin decirnos. Al menos, hasta que supiéramos que Theo estaba bien. Cuando la doctora salió Carter fue el primero en verla y se puso de pie de inmediato, ansioso por saber que tal estaba Theo, yo me pare junto a él mirando con ansiedad a la doctora. Ella nos dio una sonrisa para intentar tranquilizarnos y entonces le hecho un vistazo a la tablilla para corroborar nuestros datos. 

-Bien, pueden tranquilizarse. Al parecer el niño estuvo expuesto a un cambio de temperatura brusco ¿No? 

-Ah, puede ser. Ayer salimos a pasear con mi madre y Theo; la verdad es que somos nuevos en la ciudad y terminamos perdidos por lo que la noche nos encontró aún en la calle y se puso fresco. Quizá sea eso. 

-Es lo más probable. El niño tiene un cuadro de fiebre debido a que pescó un resfriado y su organismo intenta defenderse. Usted – le hecho un vistazo a la tabla nuevamente - Es su madre ¿Verdad? 

-Si. ¿Por qué? 

- ¿El niño es alérgico a algún medicamento? 

-No.  

- ¿Alguna enfermedad hereditaria por parte materna? 

-Solo asma, pero su médico me dijo que al parecer él no la había heredado.  

-Muy bien. – dijo mientras anotaba en otra tablilla - ¿Y por parte paterna? 

    Ella miro a Carter, pero él no podía responder eso: porque, aunque no tuviera enfermedad hereditaria en su linaje, eso no sería válido para Theo.  

-Ah, la verdad… es que eso no lose. 

   La doctora me miró de manera extraña y luego reviso los datos de la tablilla nuevamente y miro a Carter. 

-Pero aquí dice que él es el padre. - Ella lo señaló con la cabeza y miro a los lados, luego nos hizo seña con la cabeza para que la siguiéramos. - Síganme.  

   Entramos en una oficina muy ordenada y repleta de libros sobre un estante. En la pared del fondo, tres diplomas de universidades prestigiosas colgaban en ella y el nombre de Helena Miller figuraba en todos ellos.  

- ¿Podrían explicarme que sucede? 

-Lamento mucho esto, pero… 

     No me salían las palabras y no podía explicar por qué Carter se había hecho pasar por el padre de Theo. 

-Señorita. Es culpa mía —Carter empezó a hablar—la verdad es que yo no soy el padre, pero quiero a ese niño y a su madre. Cuando ella dijo ahí fuera que ella era su madre… tendría que haber visto como la miraron, no lo pude soportar así que cuando preguntaron si tenía o no un parentesco con Theo, dije que él era mi hijo. Me disculpo, solo quería ayudar a Peyton y no pensé que eso provocaría algún problema. 

-Comprendo. – Ella llamo por teléfono y hablo tan bajo que no logré escucharla, cuando colgó nos sonrió amablemente – Tranquilos, le pedí a la enfermera que le diera el medicamento para la fiebre a Theo. Él estará bien.  

-Gracias. 

   Las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos e inmediatamente Carter estaba ahí. Paso su brazo por mis hombros para consolarme.  

-Entonces. ¿Podrías explicarme la situación, Peyton? 

   Asentí con la cabeza y miré a Carter deseando que no me juzgara mal.  

-Yo, soy madre soltera. Quedé embarazada de Theo a los 14 años y su padre… bueno, él, no quiso hacerse cargo ni reconocerlo. Además, lo negó todo. 

- ¿Lo negó? 

-Si. —comencé a retorcer mis dedos nerviosos y no logré contener el llanto—mi madre se ha sentido responsable y culpable desde que todo sucedió. No me gusta salir a fiestas ni nada, pero habíamos perdido a mi padre el año anterior y yo me había encerrado aún más, así que ella solo quería que yo me abriera al mundo. Había una fiesta en el instituto y por supuesto yo no quería ir, pero ella insistió, y fui.  

    Helena saco un pañuelo descartable y me lo alcanzó. Solo podía imaginarme como me veía en ese momento. 

-En la fiesta estaba un chico. Él es mayor que yo, y casi todas las chicas estaban locas por él, menos yo. Así que estaba encerrado en hacer que yo tuviera algo con él sin importar que. – hice una pausa y tomé aire antes de continuar, además, pude sentir a Carter tensarse a mi lado – me siguió al baño y me tomo por sorpresa, tranco la puerta y les pidió a sus amigos que cuidaran la entrada para que nadie “nos molestará”. Mi madre fue a recogerme e inmediatamente fuimos a la estación de policía. A pesar de haberlo denunciado ante las autoridades, él quedó impune. 

- ¿¡CÓMO PUEDE SER ESO POSIBLE!? 

    Carter estaba más que furioso y el enojo se notaba en la cara de Helena también. 

-Es que Jeison Hertz es hijo del juez Jeremías Hertz, su hermano mayor es abogado en uno de los buffet más reconocidos del país y su hermana es empresaria. Son una familia con poder y prestigio; la única razón por la que Jeison iba a una secundaria pública era porque su padre quería enseñarle una lección. Así que cuando realice la denuncia…. La familia lo negó todo y me acusaron de difamación. Solo hubo un par de oficiales que creyeron en mi. Al día siguiente perdieron su empleo.  

    Helena sacudía la cabeza sin poder creer lo que le estaba contando. A mí lado Carter trinaba los dientes molesto mientras abría y cerraba los puños con rapidez tratando de contenerse.  

-Peyton, cómo mujer, doctora, y sobre todo como madre, no me puedo ni imaginar que habría hecho yo en lugar de tu madre, pero si se algo con seguridad y es que ninguna de las dos tiene la culpa. Si alguien es culpable aquí, ese es Jeison y su familia. Ellos deberían ser los que se sientan avergonzados no tú; y deberían pagar por lo ocurrido.   

   Extendió su mano y tomo la mía para consolarme. Su sonrisa amable y cordial hizo que mis lágrimas se detuvieran. Helena miro a Carter con amor maternal antes de dirigir sus palabras a él. 

-En cuánto a ti, estoy más que segura de que tus padres deben estar orgullosos de como eres. No todos los jóvenes habrían actuado como tú en una situación como está. Ahora, no les quitaré más tiempo. Lo que debía ser aclarado lo fue y quedará entre nosotros por lo que pueden pasar a ver a su hijo. 

-Gracias. 

    Fue a penas un susurro, pero ella lo escucho y asintió cordialmente antes de acompañarnos a la salida y despedirse para ir en dirección contraria por el pasillo.