Cuando miro al cielo me pregunta siempre que es lo que abre hecho tan mal en mí vida para no poder lograr superar mis peores miedos de la vida. Antes pesaba que, si me enamorada todos esos malos pensamientos se acabarían, pero no fue así y dolía cada vez que vea en la persona en la que me estaba convirtiendo con el paso de los días no podía siquiera dejar de pensar en que embrollo me estaba metiendo sin saberlo del todo.
Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que me escribí una carta a mi misma.
No recordaba lo bien que uno se puede sentir después de comenzar a plasmar sus sentimientos y emociones dentro de su propia realidad.
Es difícil ver el punto de vista desde otra persona, pero ver hacía atrás y haber evitado dañar a alguien más eso es demasiado. Un paso grande hacia adelanté y como veinte hacía atrás, pero, sin embargo, entre más avances mejor te sientes con el paso del tiempo y comienzas a olvidar lo que duele y lo que te hace feliz y la vida deja de pintar colores grises alrededor de tu lienzo para comenzar a pintar colores claros y pasteles dándole vida a la vida que se comenzaba a morir.
Aceptamos el amor que creemos merecer cuando bien sabemos que podemos recibir más de lo que damos. Nos quedamos siempre en los mismos lugares esperando que las cosas cambien o que nosotros mismo logremos cambiarlas cuando la realidad es distinta a las fantasías que no armamos dentro de nuestras mentes cuando nos cerramos a una idea errónea de lo que debemos de recibir y al concepto del amor le damos tantas vueltas y tantas incoherencias que al final terminamos aceptando lo que nos entregan y nos quedamos con esas pequeñeces que tanto daño nos hacen.
En un largo tiempo aprendí que las cosas nunca salen como una lo espera, a veces las cosas salen bien o a veces las cosas que parecen ser buenas para nosotros terminan lastimándonos más de lo que esperamos.
Aprendí a la mala que las personas no son nuestro escape de salir, que, aunque no podamos sentir llegamos a pensar que sí. Sentimos de distinta forma al igual que amamos de diferente manera, pero eso no significa que podamos aceptar el amor que otros nos llegan a dar. Muchas veces me pregunta cómo se sentiría amar tanto a una persona en tan poco tiempo y lo experimente, pero era tan bueno que no sabia como manejarlo, fueron demasiadas cosas al mismo tiempo que termine por entender que el amor muchas veces duele tanto que te hace fuerte y débil al mismo tiempo.
Intente borrar de mis recuerdos la sonrisa de los dos, me pregunte a mí misma la mayoría de las noches si estaba haciendo lo correcto. Nunca olvidare a Tao, pero tampoco podré olvidar a Jared. Ambos me enseñaron diferentes facetas del amor y del dolor que los seres humanos experimentamos conforme vamos avanzando en nuestras vidas. También llegue a pensar que después de esa llamada todo cambiaria pero no fue así; deje de hacerme ideas prometedoras dentro de mi cabeza y entendí que no podía quedarme en donde estaba ya que también entendí que no podía esperar a que alguien dejara la luz encendida de mi habitación todas las noches para no sentirme sola.
Cuando miro al cielo aun pudo sentir los rayos de sol calentándome la piel, la briza del atardecer mojando mi rostro y la paz que me hace sentir comprender que estaba bien, que todo estaría bien pero que necesitaba estar sola para poder afrontar la realidad de mi vida.
Necesitaba perderme para volverme a encontrar.
Necesitaba salvarme a mí misma.
Y lo hice.
Me salvé, me encontré y me volvió a enamorar de la vida.
Lejos de todos y solo conmigo misma.
FIN.
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Editado: 24.07.2022