De repente sonó la campana que indicaba la vuelta a clases, ambos se separaron y volvieron a sus salones. Al pasar del tiempo y las clases, se reencontraron en la salida. Caminaron juntos a la casa de Burnley, ya sería así todos los días por lo menos de aquí al resto del mes mientras caminaban seguían charlando sobre sus anécdotas de cuando eran niños y acercamientos con seres de esta clase. Todo marchaba bien hasta que entraron a la casa subieron al cuarto y Danny preguntó en un tono, serio pero como si fuera un asesino:
-Shannon, ¿cómo haces para curar la sensación de sentirte vacío?.
-Pues.... Lo que yo sé -Al fondo Danny estaba cambiando, tenía los 4 colmillos de nuevo, sus ojos se tornaron al amarillo anaranjado de la vez anterior, parecía no ser él, sino un Lobo a media transformación-. Cuando estoy así, convivo con personas o me aislo hasta que se me pase.
-¿Y qué me dices de asesinar personas? -Realmente, pronunció estas palabras estando en ese estado, su boca se alargaba formando un hocico de lobo, sus orejas se volvían puntiagudas y peludas-.
-Pienso que es un arte, pero debe practicarse apropiadamente.
-Si tuvieras que ser asesinada por un Lobo, ¿cómo querrías qué fuera? -Su mentalidad de humano se esfumó, ahora solo quedaba su instinto carnívoro, prevalecía una mentalidad de un Lobo. Asombroso, pero aún podía hablar, su corazón latía muy acelerado, exigía sangre no solo humana, sino la de Shannon a la vez que su pelaje se volvía a completamente negro-.
-Mmm, me gustaría que empezara lamiendo mi cuello, mientras me seduce. Después que me muerda el cuello con pequeñas mordidas, sentir cómo me rosan sus colmillos. Luego que muerda la piel con fuerza llevándose consigo mi piel, dejando expuestos los músculos y las venas. Que siga lamiendo mientras yo sufro, me arderá, pero es un riesgo que estoy dispuesta a correr. -Seguía sin percatarse de Danny, pero cada que continuaba lo alteraba más y más, quería beber su sangre en ese mismo instante-. Después que muerda con todas sus fuerzas y arranque la carne viva junto con las arterias, me encantaría ver mi propia sangre ser bebida por ti y para finalizar, que siga lamiendo hasta que esté satisfecho, creo que es obvio que moriré desangrada.
-Suena muy apetitoso....
-Claro..... Espera, ¡¿qué?!.
En cuanto terminó Shannon de espantarse, Danny se abalanzó sobre ella derribándola
-¡¿Danny qué te sucede?! -gritaba la chica mientras lo tenía encima, lamiendole el cuello, tal como lo describió. Al darse cuenta de aquello no podía evitar la sensación de placer. Pero se aferró a que era muy joven para morir. No podía mover a Danny, era claro que tenía una fuerza inigualable de un Lobo, el siguió lamiendo el cuello de la chica, hasta que siguió el paso 2, rosar los dientes en la piel. Ella no podía parar en sentir placer, aquello la excitaba pero seguía firme en no morir. Hasta que se le ocurrió pegarle en el rostro, le dió un tremendo puñetazo con todas sus fuerzas, eso bastó para distraerlo y ella saliera corriendo. Bajó volando por las escaleras de emergencia, dirigiéndose a la cocina para buscar las llaves, con el objetivo de huir del Lobo, no encontraba las llaves de la puerta, la desesperación entró en su cuerpo era tan fuerte que le podía decir al oído: -No hay escapatoria-.
De repente todo se tornó callado, muy silencioso y agobiante. Escuchaba pasos de un perro, ese característico sonido que provocan al rosar las patas en el piso, todo parecía ir bien hasta que escuchó el gruñido no de un perro, claro está, de un Lobo. Lo cual indicaba una cosa, Danny se transformó en Lobo.
Era tan perceptible el ruido, que parecían palabras pronunciadas por una garganta humana.
-¿¡Pero cómo carajo pudo hacerlo en medio de la luz del día, no se supone que es en las noches de Luna Llena!?-Gritaba en su mente, para evitar llamarle la atención-. ¡A la mierda!, No puedo más con esto. ¿¡Dónde carajo están las malditas llaves!?.
En ese momento, escuchó al Lobo bajar por las escaleras en forma de U, Shannon se apresuró a buscar aún más rápido, pero aún seguía sin encontrarlas hasta que las vió a lado de su mochila, en el sofá, del recibidor a un lado de la sala. Dónde Danny hizo sus partidas, justo se iba a lanzar por las llaves, pero logró observar al Gran Lobo Negro bajar por las escaleras.
-¡Maldición! -gritó en forma de susurro-. ¿¡Dónde me puedo esconder!?, Carajo.
Al no encontrar un escondite eficaz y con la presión del Lobo, decidió esconderse en la alacena de forma inmediata. Al principio se sintió perdida, por el olfato de Danny el cual, la detectaría sin problemas pero no fue así, siguió su camino. No sin antes acercarse a las puertas de la alacena intimidando a la chica, haciéndola sentir el corazón quererse salir del pecho llevarla al derrumbe, llevándola al llanto, hacerla sentir que estaba muerta ya, el Gran Lobo se acercó a la puerta, olfateó un poco pero el olor a la comida le salvó la vida se apartó y continuó buscándola. Algo había que confundía a Shannon: -¿Cómo es qué la pasó por alto si ellos pueden detectar varios olores?.
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Editado: 11.10.2018