Después de desayunar y de dejar limpio de nuevo, salimos del departamento para visitar un poco la ciudad, las personas iban y venían por las calles, unas cuantas tomando fotos del paisaje y otros simplemente observando la espectacular vista que brinda la estadía en un lugar como Londres.
—Hay que tomarnos una foto —Jungkook se paró frente a mi haciendo que chocara con él por el repentino acto.
—Perdón, no hagas eso, ¿no te lastime?
—Eres muy pequeña, no podrías hacerlo, pero que dices de la foto, así podremos recordar nuestro primer día paseando por Londres.
Foto tras foto, iba tomando cada que podía. De nosotros, el lugar, de cualquier cosa fascinante ante sus ojos, iba capturando todo lo que podía. Visitamos algunos lugares hermosos, un museo y no podía faltar el Puente de la Torre.
Cuando la tarde se estaba haciendo presente, comenzó a llover, haciendo que buscáramos refugio al interior de una cafetería con una espectacular vista.
—¿Estas cansada? —preguntó Jungkook sentándose en una de las mesas cerca de las ventanas.
—Un poco, pero ha sido de maravilla, y pensar que estaremos aquí por un buen tiempo.
—La mejor elección que pudimos haber hecho, creo que de haber dejado pasar la oportunidad, si nos hubiésemos arrepentido.
—Tienes razón, hay ocasiones en que a las mejores oportunidades les negamos la entrada, ya tenemos mucho de que arrepentirnos, porque hacer más grande esa lista.
—A veces pienso en que pasa por tu mente, hablas de una manera tan melancólica —tomo mi mano sobre la mesa dejando pequeñas caricias —hablas con un dolor profundo, no me imagino que más has pasado antes de que te conociera.
—Ya te conté muchas cosas, pero hay una historia la cual jamás se podrá contar, pueden pasar muchas cosas, pero siempre será difícil hablar, algunas personas dicen que son tonterías, una ridiculez, pero todos tomamos de manera diferente lo que el destino ha escrito.
—Me haces entrar en una reflexión profunda —sonrió provocando que yo también lo hiciera —hay que ver el pasado de una manera diferente, solo nosotros decidimos cuanto nos duele según la importancia que le damos.
Entre cafés y panecillos, pasamos el rato hasta que la lluvia ceso, dejándonos la oportunidad de regresar al departamento, eran casi las seis de la tarde cuando regresamos, justo al pasar la puerta nos recibió el sonido del teléfono.
—Hola, ¿Quién habla? —respondí el teléfono.
—Hija, soy yo —la voz de mi padre se escuchó al otro lado —¿Cómo están?
—Hola papá, esta todo bien, llegamos por la noche y hoy hemos visitado la ciudad. Todo esto es genial.
—Me imagino querida, ¿ya has conseguido un auto?
—No papá, no es necesario, todo está bien —Jungkook me dejó en la sala conversando con mi papá, no sin antes darme un beso en la mejilla.
—Y qué piensas entonces de entrar en la sede de Londres, ambos pueden hacerlo en su tiempo libre.
—Lo hablare con Jungkook, yo me acomodo con los horarios y lo haré.
—Me da gusto escuchar eso, entonces preparare el papeleo y te aviso desde cuando pueden presentarse en la empresa. Hablamos luego hija.
—Hasta luego papá.
Deje el teléfono en su lugar y me dirigí a mi habitación, encontrándome con un Jungkook muy concentrado doblando su ropa y acomodándola en el closet, me quede en la puerta viéndolo con una sonrisa. Estaba tan concentrado que no se dio cuenta de mi presencia —Haz algo de ruido —se llevó la mano al corazón —T/N me asustaste, creí que estabas en la sala todavía.
—Perdón, pero estabas tan concentrado ¿Qué hacías?
—Estaba acomodando mis cosas aquí, así estaré más cerca de ti.
—Estás loco, ya compartimos piso, y somos novios.
—Tu solo déjame, si fueras yo harías lo mismo.
—Si tú lo dices —me quité el suéter y me dirigí al closet por algo de ropa cómoda y después al baño para cambiarme.
Pasamos lo que quedo de la tarde viendo películas en la habitación, descansando del día que tuvimos, esperando a que se llegara el momento de presentarnos a la universidad para completar lo del intercambio. Y de paso completar el formulario para la atención psicológica y nutricional que me había hecho hacer Jungkook antes de inscribirme al gimnasio.
De solo pensar en todo lo que me espera para este periodo siento cansancio, organizar mi vida nunca ha sido mi fuerte, soy un desastre, uno andante. No sé cómo hace Kookie para hacer todo, organizar su vida social, la universidad y su trabajo, es asombroso, yo no sé cómo hare eso.
—¿En qué piensas? —dijo haciendo que me recargara en su hombro.
—En cómo voy a organizarme para hacer todo, así como tú, sigo distrayéndome muy fácil con cualquier cosa.
—No pienses eso a cada momento, relájate un poquito y vamos organizando todo con calma para que no se haga pesado.
—Mejor hay que dormir, ya tengo sueño.