Epilogo: La primera nevada

Me había alejado de todo, sin darme cuenta ese día me encontraba en un vuelo hacia un lugar desconocido, lejos de todo, lo que había pensado como un rencuentro se volvió un adiós sin palabras. Casi tres años habían pasado desde ese día, había perdido contacto con todos, solo estaba yo en ese lindo lugar, no parecía noviembre, el calor cubría cada parte del lugar, y el mar esa tarde hacia una combinación hermosa con el atardecer.

—¿Estas segura de que quieres volver? —Maren entro a la habitación seguida de Liam —puedes cambiar de opinión, aun estas a tiempo —me miro con una sonrisa.

—Sí, estoy segura, aunque un poco nerviosa, gracias por acompañarme todo este tiempo, los dos han sido muy amables, no sé cómo agradecerles todo lo que han hecho por mí.

—Eres nuestra amiga, y no te podíamos dejar así, nos alegra que sigas adelante, aunque ha sido difícil.

—Siento como si hubiese hecho un gran drama —los tres comenzamos a reír —gracias por estar en las buenas y en las malas, y por seguir acompañándome —los tres estábamos recogiendo nuestras cosas para ir a Corea, después de tanto no podía negarme a volver. Chiara y mis padres no se habían cansado de buscarme, y recibir ese mensaje esa mañana me hizo tomar una decisión.

—Bueno, entonces vamos, que el taxi ya ha llegado —dijo Liam quien tomo la maleta que se encontraba sobre la cama.

—Vamos.

Después de más de catorce horas de vuelo, estábamos en Corea, Maren y Liam miraban con fascinación todo, era una grata experiencia, después de todo, Maren al fin había llegado al lugar que siempre quiso visitar.

—Nos vemos más tarde entonces —dijo Liam mientras entraba al departamento que me había regalado mi padre hace años —cualquier cosa no dudes en llamar.

—Suerte —dijo Maren mirándome con una enorme sonrisa, me hacía sentir que yo tenía una sonrisa igual en el rostro al igual que nervios.

—Está bien, nos vemos, y muchas gracias por haber venido hasta aquí conmigo.

Salí del departamento y me dirigí a la ubicación que marcaba el mensaje, que por suerte no se encontraba lejos. Después de bajar del taxi comencé a caminar un poco. Volvía a sentirme extraña al estar en este país, me sentía fuera de lugar, pero no estaba mal estar de vuelta. mientras caminaba puede observar su inconfundible figura, aunque se veía mejor, los años le habían sentado bien.

Y ahí estábamos los dos, frente a frente otra vez, sentía el corazón latiendo a una velocidad que parecía como si fuese a salirse de mi pecho. El solo hecho de tenerlo frente a mí me llenaba de una felicidad inigualable. Dio un paso más en dirección a mi siendo el único que se encontraba en mi campo di visión, sus ojos brillaban y su sonrisa no podía estar más radiante, no sabía que lo había extrañado tanto.

—Esperaba verte aquí —dijo Jungkook haciendo que una nube de humo saliera de su boca por el frio.

—Sabía que estarías aquí —dije mirándolo a los ojos —no podía dejar de venir —antes de seguir, sentí sus brazos rodeándome.

—Pensé que te olvidarías de mí y encontrarías a alguien mejor que yo —dijo acercándose a mi lentamente —después de tanto tiempo.

—No podría hacerlo, quedaste garbado en mi corazón, pusiste las cosas muy difíciles para quienes intentaron entrar en mi vida y en mi corazón, no he siquiera intentado olvidarte. Todo lo que paso fue muy hermoso a pesar de que perdimos una parte de nuestra felicidad ese día.

—Tú también quedaste grabada en mi corazón. Hubiese sido hermoso tener una mini tu —acaricio mi mejilla.

—O un mini tu —puse mi mano sobre la suya.

—Te extrañe como no te imaginas.

—Yo también lo hice, sentí que te había perdido.

—Pero ahora nada podrá separarnos —todo había cambiado, no podía separarme de él, ya no podía deshacerme del sentimiento que él había causado en mí y sinceramente, no tenía la mínima intención de hacerlo, nunca la tuve.

—Hoy cumpliríamos un mes más juntos si no hubiese ocurrido todo eso —los copos de nieve empezaban a caer haciendo de esto un reencuentro algo más romántico.

—La llegada de la primera nevada —me miro con una linda sonrisa, todo él era lindo —creo que es el mejor momento para preguntarte esto —me tomo de las manos —¿te gustaría compartir tu vida al lado de la mía?, conocer el mundo juntos, afrontar la vida conmigo, ver un nuevo día a mi lado recordando todos esos momento juntos de hace años. El dolor me había lastimado tan profundo, despertaba cada mañana llena de tristeza, pasé noches enteras sin dormir odiando todo lo que pasaba, fue un infierno, pero ahora, solo quiero que te quedes a mi lado y no me dejes ir, si te vuelves a ir, iré detrás de ti, en serio quiero que sientas la sinceridad con la que hablo, y que vengas a mis brazos una vez más.

—Esto parece una propuesta de matrimonio —dije sintiéndome al borde de las lágrimas, mientras seguía sonriendo.

—Lo es —saco una pequeña caja de su abrigo para después arrodillarse mientras abría la caja dejando ver un lindo anillo —¿te casarías conmigo? Sé que medio año del pasado fue muy poco y han pasado casi tres años de eso, pero ese tiempo me fue suficiente para darme cuenta de que sin ti nada en mi tiene sentido.