::Cap 18:: Quiero Sentirte Cerca Cuando Estemos Lejos

[Narra Henry]:

Ya había pasado mucho tiempo desde que mi mamá y Alex se fueran a conversar al estudio. La idea de que ellos hablaran a solas me preocupaba bastante ya que ambos defendían muy bien sus ideales y sabía que si dejaba pasar más tiempo iban a terminar muy mal.
Sabía que debía hacer algo y lo hice irrumpiendo en dicha habitación en donde ambos, por supuesto, me quedaron viendo.
- ¿Que estás haciendo aquí?
- Me preocupé que no salían y siempre que hablan en privado discuten.
- Todo está bien, mi amor y tu mamá me sugirió que podríamos ir a recorrer el lugar, que dices mi amor.
Alex y yo luego de esa pequeña intervención, tomamos el auto de mamá y nos adentramos en la selva y mientras íbamos en la ruta, Alex me comentó que uno de sus grandes sueños era poder hacer el amor en un auto y un lugar remoto en medio de la naturaleza y dicha idea se me metió en la cabeza y sin poder librarme de esta. Quería nuevamente sentir su piel sobre la mía bailando al ritmo del amor.
- Está muy callado su alteza, ¿En que piensas cariño?
- Créeme, no quieres saberlo pero si te puedo decir que estoy pensando en ti, te amo - Él tocó mi mejilla con dulzura mientras seguíamos en la ruta.
Cuando él y nos detuvimos a contemplar el paisaje le conté lo que realmente pasaba por mi cabeza donde al oírme, Alex sonrió como un estúpido, se veía tan lindo.
- Tu de verdad quieres hacerlo aquí en medio de la selva?
- Quiero cumplir tu sueño y yo quiero sentirte cerca para recordarte cada vez que estemos lejos.
Cada vez que teníamos sexo siempre terminaba con una gran sonrisa en mi cara pero esta vez fue diferente y empecé a llorar.
Alex, muy preocupado me preguntó si todo estaba bien o que si había hecho  algo malo.
- Solo son lágrimas de felicidad cariño,no puedo creer que haya hecho el amor en la naturaleza, es un sueño.
Por supuesto que luego de mis palabras, él y yo nos besamos apasionadamente, acariciándonos y sentirnos como si fuese la última vez que nos veríamos. Se que debería estar feliz pero las lágrimas seguían cayendo de mis ojos.
Esto nunca antes me había pasado y hasta yo estaba preocupado.
Alex todo el tiempo fue comprensivo y atento conmigo que prefirió no hacer más preguntas a pesar de lo nervioso que estaba.
Obviamente no podíamos seguir ahí y rápidamente emprendimos el camino de regreso a casa donde y durante todo el trayecto Alex me miraba sosteniendo de mi mano.
- Sea lo que sea que te pase no te dejaré solo.
Después de esa incómoda experiencia, los siguientes días fueron hermosos y luego de estar una semana en Botswana, era tiempo de regresar a nuestros respectivos hogares. Por supuesto que ninguno de los dos quería volver a separarse pero ese día tuvimos la más tristes de las despedidas.
Ambos estábamos en la pista de aterrizaje del aeropuerto al lado de nuestros respectivos aviones privados y con todo nuestro equipo de seguridad. Para ese punto habíamos dejado de ser personas libres para convertirnos en lo que realmente somos, un príncipe y el hijo de la presidenta de Estados Unidos, personas públicas y de mucho interés mediático.
- Bueno supongo que esto es el adiós, vaya me cuesta despedirme de tí.
Intervino Alex antes de abrazarme y de comenzar a subirse a su avión. Sentí que debía volver a abrazarlo y despedirme de nuevo con un apasionado beso frente a toda esa gente que nos estaba cuidando.
- Te hablaré en cuanto aterrice en Londres, espero que tu hagas lo mismo cuando llegues a Washington.
- Lo haré bebé, confía en mi, te amo
- Prométeme que me hablarás a penas llegues - Le decía insistentemente.
- Te lo prometo pero dime que ocurre contigo.
- Solo que te voy a echar mucho de menos - Me dio un corto beso y subió las escaleras cerrándose inmediatamente la puerta.
Cuando su vuelo despegó era mi turno de abordar.
Mi vuelo a casa estuvo tranquilo y al llegar lo primero que hice fue visitar a mi hermano al palacio de Buckingham y luego ir a mi residencia en el palacio de Kensignton.
Mi hermana Bea me estaba esperando con una rica cena mientras ambos conversábamos del viaje a África.
- Y como está  mamá?
- Ella te extraña, uno de estos días podríamos ir juntos ya que es una experiencia muy linda y estar en medio de la naturaleza es lo mejor - Sonreí al recordar cada momento que viví con Alex.
- Y como estuvo esa luna de miel con tu novio?
- Todo fue maravilloso si hasta hicimos  en el amor en el auto de mamá y en medio de la selva.
- Que lindo y como fue todo, quiero detalles, fue romántico?
- Si, pero sabes me ocurrió algo muy extraño después de que estuvimos juntos - Contándole todo lo que había sucedido.
Ella tampoco podía entender a mi repentino cambio de humor esa tarde cuando estuve con mi novio. Hasta que Bea dio en el clavo.
- No habrás tenido algún mal presentimiento de que algo podría pasarle a Alex?
Su pregunta, claramente me dejó pensando  y dudé si hubiese sido por eso y me excuse diciéndole que tal vez ese día estaba más sensible de lo habitual.
- Si puede ser, pero aún pienso que es extraño.
Yo también creía que aquel suceso no era normal..
- Creo que ahora es mejor que hablemos de otra cosa, y dime como estuvieron las cosas aquí?
Se supone que ambos vuelos debían durar aproximadamente catorce o quince horas pero aún no tenía noticias de Alex cuando debimos haber llegado casi al mismo tiempo.
Le mandé cientos de mensajes a su celular pero este no respondía y nuevamente pensé que habría distancia entre nosotros pero él me prometió que hablaríamos. Me sentí decepcionado.
Horas más tarde y mientras trataba de dormir mis hermanos junto a Shaan y a varios de los trabajadores de ambos palacios vinieron a hablar conmigo y sus rostros no eran alentadores.
- Que está ocurriendo aquí, vamos por favor digan algo?
- El avión del señor Claremont‐Diaz ha desparecido del radar, no sabe donde se encuentra y todos temen que se perdió en el mar - Decía uno de los trabajadores con más experiencia en el palacio.
- Como que se perdió en el mar, no, no esto no puede estar pasando - Mi respiración comenzó a agitarse.
- Henry respira normal porfavor, entiendo que estés angustiado pero te necesito aquí conmigo - Decía Bea quien no dejó de sostener mi mano en ningún momento.
Intenté muchas veces de decir algo y las palabras no salían de mis labios.
Estaba en estado de shock.