¿Que tan grande es el espacio disponible entre la locura y la realidad?
Cuando sentí su aliento en mi oído pensé que solo era otra de las invenciones de mi alocada mente juvenil, un presagio de cuan necesitada estaba de compañía, de algo a lo cual aferrarme en este inestable mundo en el que vivimos.
Estaba equivocada…
Como en un segundo la vida es capaz de cambiar al comprender que lo que a uno le sucede no es normal, pero es real. Qué tan rápido se puede pasar de la luz a la oscuridad, de la incomprensión a la duda.
Ahora lo puedo decir, sin dudas ni temores. Todo esto me lleva a una conclusión: nunca debería haber nacido. No debería existir. Solo soy el plan B de un problema que surgió mucho antes que yo, mucho antes que el paso del tiempo, que la civilización humana. Solo soy la solución a un asunto que nunca se debió haber originado.
Pero existo...