Acorde del Corazón (libro 3. породица)

Cap. 28 En el hospital

Lo primero que hizo Jack una vez que todos se habían marchado, fue llamar a Jim para informarle de lo sucedido, y luego procedió a darle instrucciones.

  • Envía a Sam al hospital para lo que pueda ofrecerse, porque Charlie no dejará solo a Nick. Luego dile a Phil que consiga un sofá y a Neal que venga con algún otro a sacar el que está aquí y eso es ya

Jim no perdió el tiempo y antes de las nueve de la mañana, todas las órdenes de Jack habían sido cumplidas. Como Jack tampoco podía moverse de donde estaba ni quería hacerlo, envió a Neal por las rosquillas que gustaban a Jesse y se dispuso a esperar que ella despertase. De lo que Jack no estaba muy seguro era de cómo proceder una vez que ella despertase, porque dudaba mucho que lo que le había dado David tuviese el milagroso efecto de borrar la memoria, así que en principio, ella querría saber qué había sucedido con Giovanni aunque aquello sería relativamente fácil de manejar, porque con seguridad ella se contentaría con saber que se había marchado aunque también era posible que lamentase que no hubiese muerto. Pero cuando preguntáse por Nick las cosas podían complicarse como en efecto sucedería, pues Jesse actuaría tal y como Jack lo había imaginado casi en todo.

  • ¿Qué haces allí parado, Jarko? No me digas…

Jesse dejó la frase inconclusa incorporándose con brusquedad y Jack se tensó.

  • Dime que ya se llevaron al cretino de Giovanni
  • Ya lo hicieron
  • Me alegro pero me alegraré más si me dices que ese hijo de perra salió de aquí en una bolsa – dijo y Jack sonrió
  • Esta vez fallaste por unos centímetros, lo siento
  • Pues que pena

Dicho esto se levantó y se fue al baño, de manera que Jack se dirigió a la cocina y mientras encendía la cafetera, le envió un mensaje a Charlie preguntándole si había alguna novedad y avisándole que ya Jesse estaba despierta, algo que seguramente preocuparía a Nick quien esperaba que ella despertase alrededor de mediodía.

  • ¿Dónde están los demás? – preguntó Jesse en cuanto estuvo lista
  • Cada quien en lo suyo – contestó con vaguedad

Como ella estaba acostumbrada a que Nick nunca la dejaba sola, no se interesó por la presencia de Jack ni hizo más preguntas de momento sino que se comió un par de rosquillas y se despachó tres tazas de café.

  • Realmente eres peor que Nick – dijo Jack
  • Y como eso no es problema tuyo, mantendrás la boca cerrada

Y siendo que él la conocía bien, optó por el silencio. Después de eso Jesse recogió las tazas, las aclaró y se fue a su habitación. Jack sacó su móvil y vio el mensaje de vuelta de Charlie: Nada aun.  Aquello le gustó poco pero no podía arriesgarse a llamar y que Jesse lo escuchara, y en cualquier caso por lo que había contestado Charlie, no habría podido agregar nada más.

  • Me pregunto para qué tienen un móvil si no van  contestar – venía diciendo Jesse
  • Nick se hizo muchas veces la misma pregunta con respecto a ti – dijo ganándose una mirada hostil – Y en cualquier caso, ¿a quién llamas?
  • Al señor Casanova – contestó ella juntando las cejas – Quiero disculparme con él, porque ayer creo que lo hice sentir muy mal

Jack estaba extrañado y horrorizado a partes iguales; lo primero porque no eperaba que le contestase y cuando mucho que le lanzase algo a la cabeza por entrometido, y lo segundo, porque evidentemente Donatello no podía contestar. Sin embargo, sus niveles de horror aún no eran bastantes, porque cuando Jesse se tiró en uno de los sillones enseguida se levantó como si se hubiese sentado sobre una silla de clavos.

  • ¡Demonios! – exclamó

Pero cuando se volvió, fue que Jack supo lo que era el verdadero horror, porque ella tenía en la mano el móvil de Donatello.

  • Mira tú, con razón no contesta
  • Dame eso, Isabella – dijo en tono perentorio

Con posterioridad Jack pensaría que ese fue su error, porque si se lo hubiese tomado con la misma naturalidad que ella parecía haberlo hecho, no habría despertado su suspicacia.

  • ¿Por qué? No es tuyo

Incluso hasta allí habría sido manejable aunque ya Jesse lo miraba con suma sospecha, pero Jack intentó quitárselo  justo cuando el móvil había comenzado a vibrar de nuevo, de modo que Jesse conectó aunque no alcanzó a decir nada.

  • Hombre por fin – escuchó – llevo horas marcándote porque escuché que habías tenido un accidente horroroso

Jesse no dijo nada pero tampoco escuchó nada más, porque había lanzado el móvil a un lado y se le había ido encima a Jack. Normalmente, Jack nunca reaccionaba cuando Jesse lo golpeaba y nadie entendía cómo era eso posible, no era que esperasen que le devolviese los golpes, pero al menos que alanzase a protegerse habría sido lo lógico.

  • ¿Qué sucedió con mi hermano, Jarko? – le preguntó después de acomodarle el primer porrazo
  • Isabella, escúchame pri…
  • Ah sí, voy a escucharte, pero mientras nos ponemos en camino




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