El tiempo parecía haberse congelado, el doctor Metzler miró a David, pero éste le hizo un gesto indicándole esperar un momento; el médico miró de forma ostensible la hora, ya que tenía otros pacientes de los cuales ocuparse, pero que David entendiese eso estaba un poco más difícil, de modo que Metzler se aclaró la garganta.
David quiso patear a su colega, porque a diferencia de éste, él conocía a Dèjan y sabía que iba a tomarle un momento asimilar la catastrófica noticia que acababa de darle, pero tuvo que ajustarse a la situación.
David maldijo para sus adentros, porque efectivamente los había, pero aparte de que había condiciones que podían demorar en ser detectadas, lo que más lo preocupaba era cómo iba a afectar a Jesse el tener que tomar la decisión de suspender el embarazo una vez que se crease el inevitable vínculo que se crearía pasado un tiempo, mientras que, si se le presentaba como única alternativa, sería menos traumático para ella.
El doctor Metzler los despidió tan educadamente como pudo diciendo que debía ocuparse de otros pacientes que lo estaban esperando, pero que si necesitan cualquier otra información podían volver en otro momento. Los tres abandonaron el consultorio, pero al menos dos de ellos iban arrastrando el alma tras ellos. David los condujo directamente hacia donde estaba Jesse quien, por cierto, ya estaba enloqueciendo a las enfermeras, pero como ni Dèjan ni Nick se veían con fuerza suficiente y de valor menos aún, para darle aquella noticia, David tomó aire mientras Jesse despotricaba en contra de ellos. No obstante, Jesse hizo súbito silencio al ver las expresiones de todos y sacó sus propias conclusiones.
Jesse ahogó una exclamación y se llevó las manos a la boca mientras sus ojos parecían a punto de saltar. Como a David le quedó claro que ella había entendido el asunto con mucha más rapidez que Dèjan, decidió lanzarse de una vez a lo otro.
Sin embargo, con la rapidez que siempre la había caracterizado, saltó de la cama y corrió hacia la puerta. Nick reaccionó con mayor velocidad y la detuvo, pero ella le acomodó un par de precisos y contundentes puñetazos que él debió esperar, aunque no fue así, cayendo hacia atrás y tirando a Dèjan en el proceso. David se había quedado momentáneamente paralizado, pero eso le dio tiempo a Jesse para abandonar la habitación. Como no estaba por la labor de ubicarse y todo lo que necesitaba era alejarse, echó a correr por el pasillo, pero en cuanto vio unas escaleras se lanzó a correr por estas.
#16841 en Novela romántica
#3190 en Joven Adulto
musica amor parejas, compromiso esperanza, sucesos inesperados viejos enemigos
Editado: 22.09.2022