Si había algo que Giovanni no había soportado jamás, era la histeria femenina, de modo que cuando alguna de las mujeres con las que había tenido alguna relación, fuera esta larga o corta, aunque casi todas eran de las últimas, comenzaba con una crisis histérica, era Marco quien las sacaba de escena antes de que Giovanni perdiese la paciencia que no tenía. Nick no sabía eso, pero Donatello sí, pues lo había presenciado en más de una ocasión, así que esa noche, y como casi habían colisionado a la salida, pues Don había ido a verlos y ya se marchaba, pues ellos no estaban, pensó que no podían estar en un peor lugar estando su hermana en aquel estado, pero se sorprendería mucho al no escuchar a Giovanni decir ninguna pesadez, y por el contrario, intentar contribuir a la calma de Jesse, aunque parecía que nadie podía hacerlo.
Don estuvo de acuerdo y lo llamó, pero mientras esperaban a que llegase, Nick y Dèjan seguían en su cruzada por calmarla, y aunque ambos eran extraordinariamente buenos para manipular o convencer con palabras, estaban cuestionándose sus habilidades y sintiéndose muy frustrados.
Todos se sintieron pésimo al escucharla, aunque no todos tenían las mismas razones a pesar de compartir el motivo. A Nick, simplemente le dolía cualquier cosa que afectase a su hermana con independencia de lo que esto pudiese ser, así que no se trataba de que pudiese o no pudiese tener hijos, sino que aquello parecía estar afectándola mucho. En el de Don y aparte de que no toleraba que nada la hiciese sufrir, él, aunque era joven, había crecido pensando que aquel era el rol más importante en una mujer, así que lógicamente entendía que para Jesse aquello tenía que ser trágico. Giovanni por su parte, y aunque pensaba igual que su hijo mayor, quería apalear a Dèjan a quien hacía absurdamente responsable del deseo de su hija por tener hijos y causarle aquella pena. Pero sin lugar a dudas quien estaba sintiéndose peor era Dèjan, porque si bien él no se había planteado aquella posibilidad, escucharla le produjo el mismo efecto que le habría causado que alguien hundiese un puñal en su corazón creando una nueva herida que no iba a sanar jamás, pues estaba al tanto que ella nunca podría tener un hijo. Por fortuna, David no demoraría mucho y llegó antes de que todos comenzasen a necesitarlo; le colocó un sedante a Jesse, aunque para lograrlo tuvieron que recurrir a toda clase de estrategias, pero finalmente lo había logrado y ella comenzó a tranquilizarse hasta que se quedó dormida.
David sabía que convencer a Dèjan de algo que no quería hacer, era lo mismo que intentar mover una montaña con solo soplarla, pero Donatello lo arrastró fuera de la habitación.
Como Dèjan en verdad no entendía nada en lo absoluto, Donatello tendría que ser más específico, pero con ello solo desató la ira de aquel individuo.
Aún le costó un poco que entendiese y el doble convencerlo de efectivamente de marcharse, pero se pasaría casi toda la madrugada llamando a Nick.
Nick perdió miserablemente su tiempo, pues Dèjan seguiría llamando hasta poco antes de presentarse allí.
Como una de las muchas cosas que parecían preocupar a Jesse, era el cómo podía estar de preocupado Jonathan, Dèjan decidió ir primero a Blue Garden. Aunque era muy temprano, los pequeños habitantes de aquella casa parecían muy madrugadores, pues él los encontró en el jardín. Los chicos corrieron hacia él, y como ese día se había asegurado de llevar lo que les había prometido, los niños estaban más eufóricos.
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Editado: 22.04.2022