Acuerdo de matrimonio ❃ Hyunin

♡ :  CAPÍTULO XXVII

[HYUNJIN]

Contemplé los terrenos de la extensa propiedad a través de la ventana. Por mi cabeza pasaban los recuerdos de aquel primer día, cuando traje a Jeongin. Lo nerviosos y aprensivos que nos sentíamos.

Lo bien que él interpretó su papel. Desvié la mirada hacia la terraza. Al recordar la cena con la que celebramos nuestra boda, sentí una opresión en el pecho. Jeongin estaba hermosísimo y encajaba a la perfección entre mis brazos mientras bailábamos. Lo que solo debería haber sido una pieza más de mi plan acabó siendo un día alegre.

¿Ya lo quería entonces?

—Hyunjin.

Me volví para mirar a Jaebeom, que me ofreció una humeante taza de café.

—He pensado que te vendría bien.

Acepté la taza con un asentimiento de cabeza y me volví de nuevo hacia la ventana. Mis pensamientos eran caóticos. No sabía cómo empezar la conversación, pero sabía que debía mantenerla. Necesitaba aclararlo todo para poder decidir mi siguiente movimiento.

Tras inspirar hondo, me volví de nuevo hacia Jaebeom. Estaba apoyado en su mesa con las piernas cruzadas a la altura de los tobillos, disfrutando de su café. Demostraba la misma actitud serena de siempre, si bien su expresión era intensa.

—No sé por dónde empezar. —Admití.

—El principio suele ser la mejor elección.

No estaba seguro de cuál era el principio en mi caso. ¿El motivo real por el que me marché de Wang Inc.? ¿El acuerdo al que llegué con Jeongin? ¿Los cientos de mentiras y engaños que lo siguieron?

— ¿Por qué te ha dejado Jeongin, Hyunjin?

Me encogí de hombros, sintiéndome indefenso.

—No lo sé. ¿Tal vez porque no sabía lo que siento por él?

— ¿Y qué sientes, exactamente?

—Lo amo.

— ¿Tu esposo no sabe que lo amas?

—No.

—Creo que has encontrado el principio.

Asentí con tristeza, consciente de que tenía razón.

—Te mentí.

— ¿En qué sentido?

Me senté y dejé la taza de café en la mesa. Si la sostenía, era posible que acabara aplastándola entre las manos o que la estampara, sin importarme el contenido, contra la pared. Ninguna de las dos posibilidades pintaba bien durante una conversación civilizada, aunque tal vez esa no lo fuera.

—En todo. Todo fue una mentira.

Jaebeom se sentó frente a mí y cruzó las piernas. Se pasó los dedos por la raya del pantalón y después alzó la vista.

— ¿Me mentiste para conseguir el puesto en Lim Group?

—Sí.

—Dime por qué.

—No me nombraron socio cuando me tocaba y quería cabrear a Jackson, pero también quería quedarme en Busan. Me gusta la ciudad. Me enteré de que había una vacante en Lim Group y fui a por ella.

Salvo por el leve movimiento de su barbilla, Jaebeom no reaccionó y se mantuvo en silencio.

—Sabía que nunca me contratarías. Había oído que diriges tu negocio como si fuera una familia. Mi reputación era de todo menos estelar en el terreno personal. —Solté una carcajada. —No importaba lo que pudiera aportar en el terreno profesional, porque mi estilo de vida y mi personalidad impedirían que me consideraras siquiera como candidato.

—Eso es cierto.

—Se me ocurrió que, si pensabas que yo ya no era esa persona, tal vez podría tener una oportunidad.

—Y urdiste este plan.

—Sí.

— ¿Cómo acabó Jeongin involucrado en el plan?

—No lo hizo de forma voluntaria. Dadas las reglas existentes en Wang Inc, sabía que él era la opción más obvia. Además del hecho de que es distinto del resto de personas con las que he salido, su trabajo como mi asistente personal ofrecía la fachada perfecta. —Me encogí de hombros, resignado. —Ni siquiera me caía bien. Él tampoco estaba loco por mí que digamos.

—Pues disimularon bien.

—Teníamos que hacerlo. Era importante para ambos. —Me incliné hacia delante con gesto serio. —Él lo hizo por una razón, por una sola razón, Jaebeom.

—Por ChaeWon.

—Sí. Le pagué para que fingiera ser mi prometido. Prácticamente lo obligué a casarse conmigo para seguir con la farsa. Jeongin detestaba las mentiras y los engaños. —Me froté la nuca y me clavé los dedos con fuerza. —Los apreciaba, los aprecia, tanto que creo que al final fue una carga demasiado pesada para él. No podía seguir haciéndolo.

— ¿Hasta qué punto estaba al tanto de este engaño Minho?

Ya había decidido que no permitiría que otras personas sufrieran por mi culpa. Me negaba a poner en peligro a Minho o a Jisung.

—No sabía nada. Le conté la misma historia que te conté a ti. En caso de que sospechara algo, guardó silencio. Creo que pensaba de verdad que yo había cambiado, porque de otra manera no habría aceptado formar parte de todo esto. Jisung —Añadí. —No sabía nada. Nada.

Me miró un instante mientras se golpeaba la barbilla con un dedo.

—No estoy seguro de que Minho sea tan inocente como lo pintas. Sin embargo, lo dejaré pasar. Jisung es un empleado de confianza, así que creo que no estaba al tanto de nada.

—No lo estaba.

—De modo que acabaste en la empresa. ¿Cuál era tu plan?

Incliné la cabeza, me puse las manos en la nuca y entrelacé los dedos mientras hacía fuerza. Me sentía tenso e inquieto, con los nervios de punta.

—Hyunjin, necesitas tranquilizarte. Intenta relajarte.

Solté el aire con fuerza, me solté la cabeza y lo miré.

—Jaebeom, no sé dónde está mi esposo. No puedo relajarme. Mi vida es un caos y la única persona que puede mejorarla está ahí fuera, en algún sitio. —Dije al tiempo que agitaba la mano en dirección a la ventana. —Y piensa que no me importa.

— ¿Cuándo te enamoraste de él?

—No tengo ni idea. Supuestamente debía de ser una farsa. Lo necesitaba para mejorar mi imagen. Pensé que, si podía poner un pie en la empresa y demostrar mi valía a ti y a los demás, demostrar lo que podía aportar a las campañas, tal vez mi vida personal no tuviera tanta importancia. Al final, me divorciaría de él y cada uno continuaría con su vida por separado. Yo seguiría trabajando y él disfrutaría de una posición económica mejor que la que tenía antes. Y nadie se enteraría de nada.



#5104 en Novela romántica

En el texto hay: hyunjin, jeongin, hyunin

Editado: 28.07.2023

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