Adara

CAPITULO 3

2 Meses después.

-Ahí está- susurra ella, más para sí misma que para el resto. Lleva la última media hora tras culminar su acto, buscando a su más reciente amigo Sebastián. Ha planeado encontrarse "accidentalmente" con él y retomar así las conversaciones pendientes, pero hasta el momento su perfecto plan no ha surtido efecto. Hay demasiada gente esa noche, no logra divisarlo.
Y claro, como no iba a haber más gente, si ahora que la señora Roberts formaba parte del estelar del circo, la gente no paraba de llegar a ver su asombroso acto.

Caminaba medio escondida detrás de un grupo de payasos que se dirigían a cambiarse cuando un toque en la espalda casi la hace tener un infarto.

-Hey, ¿de quién te estas escondiendo?- pregunta Alex con una media sonrisa burlona al tiempo que se oculta tras los payasos igual que ella.
La niña se envara, frunciendo el ceño molesta por la inesperada compañía.

-No me estoy escondiendo de nadie. Déjame sola- suelta apresurando el paso para alejarse de él. No tiene nada en contra de su nuevo compañero, pero esta segura de que no dejara de burlarse de ella si descubre sus intenciones.

-Oooohhhh ¡ yaaa se! - sentencia el chiquillo, en tono burlón una vez más- estas...

-Hola- interrumpe aquella voz que últimamente le resulta demasiado familiar.

Ambos se giran para encontrar de pie un poco más alejado, a Sebastián. Inmediatamente April se relaja, no resulto como ella había planeado, pero al menos ahí estaba el.

Voltea para pedirle a Alex que la deje en paz, pero éste ya se ha marchado a paso firme. Parece ¿molesto?. Nahh. Descarta el pensamiento de inmediato, a él nunca nada parece afectarle, así que no importa.

-Te traje un helado- anuncia el pequeño acercándose con un par de conos de helado en ambas manos.

-Muchas gracias Sebas- Sonríe ella con sinceridad.

-¡Me gusta mucho lo que haces! ¡Eres elástica!- Dice Sebas totalmente emocionado.

-Umm si algo así.- dice ella -Lo aprendí de mi mamá, ella me enseñó mucho

-¿Y tu mamá dónde está?

-Lejos, con mi hermana.

-¿y por que tu...

-Ya es hora de entrar- ambos dan un brinco al escuchar la voz de la mujer- April te he dicho que dejes de hablar con extraños. Si tu padre te viera te daría un sermón-Dice la Sra. Roberts

-Pero...-hace puchero.

-Ningún pero-amablemente se coloca a la altura de April y le sonríe - Sé que quieres hacer amigos pero ya sabes cómo son las cosas aquí. Sólo hago mi trabajo corazón - le da un beso en la coronilla y la niña sonríe.- Vamos, despídete de tu amigo.

April voltea la mirada en dirección a su amigo, éste le devuelve la sonrisa tranquilizadora - Tiene razón... Sebastián gracias por venir.

-¡Le diré a mamá para volver!- anuncia el pequeño.

-Haz venido más seguido que cualquiera.- dice la pequeña con una sonrisa tímida - y a nuestro circo ya sólo le queda 1 semana en este lugar- la niña baja la mirada - no tienes que volver a venir, ya lo has visto todo.

-Me gusta verte a ti, por eso vengo - dice el niño, buscando sus ojos.

-Entonces... Sebastián, te propongo algo - dice la Sra. Roberts - Este circo vuelve acá cada 5 años ¿qué te parece echarte una pasada por el muelle y así verla dentro de ese tiempo?

-¡Si! ¡claro que si!... ¡Me parece genial! Te esperaré aquí - responde el niño de inmediato con una gran sonrisa y extendiendo su mano en un puño con el pequeño dedo anular levantado. - ¡Lo prometo!.

April voltea a ver al chiquillo, quien con renovado entusiasmo mueve su mano en espera de que ella se una a sellar el improvisado pacto. Ella levanta la mano repitiendo el movimiento del niño con gesto dubitativo. Sebastián se apresura y enlaza su dedo con el de ella.

-¡Listo!, ahora es una promesa. Ninguno puede romperla ¿ok? Nos veremos aquí de nuevo cuando vuelvas.

- ¡Ok! - sonríe ella - ¡Nunca te olvidaré Sebas! Por cierto... ten esto - rebusca ella en los bolsillos de su traje y extiende la mano en dirección al niño

- Es un obsequio por ser mi amigo en todo este tiempo.-el muy emocionado abre la pequeña cajita donde encuentra algo rojo y esponjoso.

-¡Es una nariz!- grita y apenas colocándose la nariz se la aprieta e inmediatamente suena.

- ¡WOHH!-exclama - Yo también traje algo para ti.- le entrega una hoja de papel doblada.

-¡Muchas gracias Sebas! - Dice mientras ve el dibujo donde aparece la figura de una niña y un niño riendo juntos - Me gusto conocerte - sonríe tímidamente.

-Sebaasss- ambos voltean a ver a la madre del pequeño, quien le hace señas para que se marchen.

-Igual a mí. Niña pelo de fuego y señora que no conozco- se gira para ir con su madre, pero antes de marcharse se inclina rápidamente y besa la mejilla de la pequeña - ¡CHAO!
April muy sorprendida, toca el lugar con su mano mientras le observa marharse junto a su mamá. Sonríe.

-Vamos, es hora de comer - la señora Roberts muy sonriente camina junto a April empujándola suavemente, mientras ella no deja de voltear hacia su amigo que poco a poco va desapareciendo de su vista.



#30453 en Novela romántica
#6907 en Joven Adulto

En el texto hay: romance, drama, joven adulto

Editado: 24.09.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.