–¿Se encuentra bien señorita?- preguntó Max al mismo tiempo que se acercó a mí para ayudarme a levantar.
–Sí, estoy bien– respondí, mientras tomaba su mano para levantarme del piso.
– ¿Qué significa esto señorita Adela?, ¿Acaso estaba escuchando detrás de la puerta? – preguntó Armando, bastante enojado mientras se levantaba de su sillón.
–Eh... Señor Arm...no es lo que usted cree… bueno si es lo que cree, lo que pasa es que estoy preocupada por mi empleo y por eso estaba escuchando detrás de la puerta.En verdad les pido disculpa– respondí, muy avergonzada.
–La verdad que esto no me lo esperaba de usted, haga el favor de retirarse–exclamó Armando.
–Está bien me retiro, pero dígame ¿estoy en esa lista sí o no? – pregunté mirando fijamente a los ojos a Armando.
–Retírese, más adelante platicaremos–dijo Armando, un tanto agobiado.
–Me voy, eso responde a mi pregunta, si estoy en la lista– dije, resignada, al mismo tiempo que me dirigía hacia la puerta.
–Se equivoca señorita Adela, nunca pasó por mi cabeza poner su nombre en ese listado– dijo, Armando con un tono de voz serio.
Esas últimas palabras de Armando me llenaron de felicidad, no voy a perder mi empleo y por otro lado seguiré viendo a Max, tan caballeroso como me ayudó a levantar. Sin duda alguna hoy fue uno de mis mejores días en la agencia.
Ya es viernes, llego a mi casa un poco estresada, han sido unas semanas difíciles con todo esto de la llegada de Max, la reunión que se hizo para presentarlo, mis intentos fallidos de conquista con él y por las personas que despidieron, que para mala suerte mía no despidieron a las odiosas de mis compañeras pero bueno no todo fue malo porque Pamela, mi amiga, se queda.
Me llegó una notificación, tomo mi celular y es un mensaje de Pamela invitándome a salir a un bar nuevo que está muy de moda. Pues yo no me puedo negar, tengo que quitarme todo este estrés de encima y que mejor manera que salir con una buena amiga y más que hoy es fin de semana y mañana no trabajo así que se vale desvelarse esta noche. Le respondí a Pamela que en dos horas estoy lista.
Como les había contado me tomo mi tiempo para encontrar que ponerme y para peinarme y esta no será la exepcion. Busco en mi closest que ponerme, quiero algo sexy pero no vulgar, algo con colorido y que me sienta cómoda.
Me mido cuatro vestidos y ninguno me gusta, mejor me pongo un pantalón corto y una blusa mangas largas con un escote en la espalda no tan pronunciado. Hoy me peine un poco más rápido de lo normal.
Desde que llego alcanzo a ver a Pamela, con un vestido rojo muy ajustado, está acompaña de dos jóvenes a los cuales no conozco, de inmediato me dirijo hacia ellos y los saludo.
La música está a todo volumen, la verdad que el ambiente está muy divertido, en especial para Pamela que está muy cariñosa con uno de los jóvenes con los que vino, lo cual me sorprende porque en la agencia se ha esparcido el rumor de que ella y Armando tienen un romance y la verdad que hasta yo lo he pensado. Pero Pamela es muy reservada con su vida privada y nunca hemos tocado ese tema.
La verdad que tenía tiempo que no la pasaba tan bien, el amigo de Pamela me hizo reir toda la noche y tiene los mismos gustos musicales que yo, digamos que ya es mi amigo también.
Me siento un poco mareada y eso que solo me tomé tres copas de vino. Me levanto de la mesa para ir al tocador y de repente no se si por el efecto del vino veo a Max llegar al bar y al parecer viene sólo. Tiene puesta una chaqueta negra, con una camisa color lila y un jean blanco bien ajustado que resaltaba sus pompis y pantorrillas perfectas, parece toda una escultura griega.
Me pongo nerviosa no sé si ir donde él a saludar o esperar que él me vea y se acerque a mí. Hasta se me olvidó ir al tocador y me quedo parada un buen rato mirándolo como boba. Max se percata de mi presencia y se dirige hacia a mí.
Me saluda muy simpático, pero como siempre manteniendo una barrera entre nosotros, no habla más allá de lo necesario, es como si yo no existiera como mujer para él, nunca lo he descubierto mirándome cuando me paseo por la agencia, sólo me ve como Adela, la recepcionista.
Pamela se acerca a nosotros y saluda a Max y le pregunta que si viene acompañado a lo que él responde que le cancelaron a última hora.Pues yo no pierdo tiempo y lo invito a que se tome unas copas con nosotros.
A Max le sorprendió un poco mi propuesta pero aceptó más por educación que por gusto.
Presentamos a Max a los amigos de Pamela y me siento justo al lado de Max y empiezo a platicar con él y pido otra copa más de vino y me olvidé por completo del amigo de Pamela con el que la estaba pasando bien justo antes de llegar Max, pero la verdad es que ahora la estoy pasando mejor con tan sólo verlo sentado junto a mi se me acelera el corazón.