Hoy me hice una promesa a mí misma: Romperé mi estúpida tendencia a ser honesta.
Es por una buena causa, lo decidí desde el momento que soborné al bar tender para darme tragos sin alcohol. No quiero embriagarme y romper la promesa de Darien así que es una buena razón el mentir por eso en vez de dar explicaciones sobre porque no puedo tomar alcohol.
—Ade, ¿qué quieres beber? ¿Cerveza está bien?—Adrián preguntó—. Y no digas que agua porque esa no es una opción.
Bueno, hora de aplicar el plan, esperaba que se dieran por vencidos para no tener que mentir pero están muy empeñados en ver a mi yo borracha. Solo diré que esa persona es muy agradable pero le encanta dejarme en ridículo.
—No gracias, no me gusta la cerveza. Optaré por tragos—sonreí inocentemente.
No se me da tan mal mentir, es solo que no me gusta hacerlo. Por algo la mentira de mi noviazgo con Darien no se ha salido de control.
Todos me miraron como un fenómeno ya que por lo general lo que se bebe siempre en los bares es cerveza, Oliver me miró entrecerrando los ojos, estoy segura de que en muchas de nuestras conversaciones le he dicho que amo la cerveza. Espero no me delate, y si lo hace le diré que me dejó de gustar mágicamente, es el único que podría atrapar mis mentiras.
— ¿Estás segura de eso? Te embriagarás más rápido—Bruno dijo preocupado.
—Seh, tengo práctica gracias a mis años de universidad. No te preocupes, algo me dice que no terminaré tan mal esta noche.
—Está bien, tragos fuertes para la señorita—dijo Oliver y fue a la barra por las bebidas acompañado de Bruno.
El bar tender me guiñó el ojo desde la barra, no fue tan complicado para él saber cuál era mi trago ya que habíamos establecido uno que sabíamos que nadie más pediría, ellos volvían con las bebidas y en cuanto llegaron tomé mi vaso para que nadie más lo hiciera y todos empezamos a beber como si fuera agua, aunque lo mío si lo era, upsis.
(...)
Estaba sentada en la mesa viendo a los chicos hacer tonterías, ya todos ellos estaban ebrios a excepción de Adrián y de verdad que son graciosos.
Si sobrios me dan risa ahora en este estado me están sacando carcajadas, literal me hicieron llorar de la risa hace un rato. Es su celebración y me da mucho gusto verlos tan felices.
Oliver estaba en la barra entablando una conversación con Francisco, la mayoría de la gente ya se había ido y ahora solo estaban ellos, los Cheaps, Luis y yo.
Justo ahora Bruno y Luis estaban haciendo un debate sobre qué marca de guitarras era mejor, no les entendía nada porque arrastraban demasiado las palabras pero sus gestos eran divertidos.
— ¿Tú qué sabes si ni tocas la guitarra?—Luis le dijo a Bruno.
—Tú tampoco.
Algunos son muy peleoneros con un poco de alcohol en sus sistemas, creo que ellos son parte de esos algunos.
—Cierto. Pero mi novio sí—Luis se defendió.
—Eso no es suficiente para tener conocimiento en guitarras.
—Habla más de sus guitarras que de ustedes—dijo tomando de su cerveza.
—No sé porque te creo eso.
Tomé de mi trago sin alcohol y Ernesto se sentó a lado de mí.
— ¿Qué es todo ese coqueteo con mi jefe?—dijo de la nada y casi escupo mi bebida.
Alguien es demasiado directo con un poco de alcohol en su sangre, ya los voy definiendo en su estado etílico. Bruno habla hasta por los codos—lo cual es algo muy normal pero ahora lo es más—, Luis es un poco peleonero, y ahora Ernesto es muy directo.
— ¿Coqueteo?
Traté de parecer normal, no quería exponerme ante él aún. Sobre todo porque pensé que solo yo notaba el coqueteo sutil, si hice una promesa sobre romper mi sentido de la honestidad por hoy, será mejor que lo aproveche al máximo.
— ¿Me vas a decir que no sabes de lo que hablo? —Negué con la cabeza—. ¿Entonces no está pasando nada con Oliver?
—Solo somos buenos compañeros de trabajo.
—Ya quisiera que a nosotros nos tratara con la delicadeza que tiene contigo—levantó una ceja y le dio un trago a su cerveza—. Aunque debo de agradecerte, cuando las chicas de la disquera te ven con él inmediatamente se alejan y vienen conmigo.
No voy a fingir que no he notado que Oliver siempre tiene la atención de las chicas encima, si pudo captar la mía entonces puede llamar las de muchas más. Sé que esas chicas son perfectas, pero no tienen mi increíble personalidad y creo que eso nos diferencia, claro que ellas también son muy agradables pero creo que se entendió mi punto, además de que son solo sus amigas o compañeras de trabajo así como yo.
Y retomando el tema, Ernesto no se ve tan mal como Bruno o el novio de Adrián pero si lo está, no a un nivel de ellos pero lo he visto tambalearse aunque siga hablando bien.
—Es diferente porque ustedes son su responsabilidad y yo solo la fotógrafa—sonreí evadiendo la segunda parte de su oración, sé que quiere que hable de Oliver y no lo conseguirá tan fácil.