Capítulo 23
-Nina-
—Tengo que hacer algo de tiempo, debo esperar a que Bastián se aleje lo suficiente, no me perdonaría que cometa errores tontos, así que…puedes esperar o bien …intentar huir…
—Claus…te lo imploro, no lo hagas…—le rogué aterrorizada.
Él se limitó a mirarme con desgano.
—Imposible, no te preocupes, soy un buen cazador, usualmente doy en el blanco muy rápido, —volteó hacia uno de sus costados, aún las luces del automóvil de Bastián se veían, accionó su revolver. Ahogue un grito de espanto comenzando a alejarme. —Aprovecha el poco tiempo que tienes—me advirtió sin dejar de mirar el automóvil de Bastián que aún seguía bajo su panorama.
Sin dudarlo comencé a correr saliendo de la carretera.
¿Por qué todo se estaba dando así?
Con una abrumadora desolación Christofer apareció entre mis recuerdos. Te había visto mirarme con un amor que no tenía otra sintonía que no sea bajo el radar de mi corazón. Intenté soportar un agónico dolor. Comencé a evocar la última vez que nos vimos. El sonido de los grillos la suavidad de la noche penetrando por mi ventana, todo era tan simple, pero a la vez tan asombroso.
—Estás sonriendo demasiado —admití viéndolo reír de una forma casi mágica, estábamos en mi apartamento tirados sobre el sofá.
—¿Acaso no te gusta verme sonreír? —inquirió divertido besándome.
—de hecho, es fabuloso…—admití
—puedo notarlo, ya que no has dejado de obsérvame y confieso que he descubierto que mis sonrisas son la mejor manera de tener puesta toda tu atención en mi…
Sonreí meneando mi cabeza.
—¿Tan seguro estás de eso? —inquirí divertida.
—¡Por supuesto! —su sonrisa se suavizo con ternura—adoro ver cómo me miras, haces que no pueda evitar deja de amarte—me acurruqué contra su pecho, sus brazos me envolvieron, desde mi lugar recostada sobre su pecho podía escuchar el latido de su corazón, se oía demasiado bonito…—¿Tienes ganas de soñar antes de quedarte dormida?
—Me encantaría…—murmuré moviendo mi cabeza son suavidad sobre la calidez de su piel.
—Okey, en nuestro sueño de esta noche, te propongo que des una caminata…
—Suena bien…
—¿Te gustan los senderos con flores?
—nunca anduve por uno, pero, estoy segura de que lo disfrutaría mucho—sentí como sus dedos se deslizaban por mi cabello con extremo cuidado suavizando los segundos, sus dedos se juntaban y se expandían con dulzura sobre mí.
—en este sueño vas por uno, lleno de flores, quizás sean pequeñas flores de lavanda, o algunas otras que no conozco, pero te aseguro que se ven demasiado hermosas cuando se atraviesan entre tus piernas …
—Me gusta, es un sueño bonito
—lo es…—afirmó Christofer sin dejar de acariciarme.
Mis ojos cerraron una vez más.
—En ese sueño; ¿estás conmigo?
Y de pronto oí el primer disparo.
Grite aterrada, bien, esa era la primer advertencia. Comencé a correr en zigzag. Resbalé, mi pecho dio con todo mi peso sobre la hierba.
—¡Qué es lo que estás haciendo! —oí la voz de Claus vociferar entre la molestia y la sorpresa pues comenzó a notar que la situación no era tan fácil como él lo había creído.
“Cuando caigas, ¡levántate! Y corre penetrando en el bosque”
La voz de Christofer resurgía bajo mis recuerdos.
Gemí, levantándome del suelo y a toda velocidad corrí penetrando en el bosque, la luz allí se esfumó.
“Utiliza los árboles a tu favor, ocúltate cuando lo necesites, no dejes de ser un blanco sencillo”
Mis jadeos incesantes lograban aturdirme, aun no podía creer que estaba ocurriéndome todo eso. Miré hacia todos mis costados, con mi espalda pegada al tronco de un robusto árbol, mis brazos se fueron hacia atrás mis dedos se prendieron de la corteza, necesitaba cierta estabilidad.
—¡Sal maldita sea, de donde carajo te ocultes! —vociferó —¡de lo contrario juro que esto va a ponerse mucho peor!
Sin desearlo rompí en llanto, deslicé mis dedos sobre mis ojos, tratando de no desviar mi atención observé todos los árboles que se encontraban a varios metros de distancia, debía continuar…
—Puedo oír tus gimoteos…qué asco…podríamos haberlo hecho más sencillo…es una pena que alguien como tú tenga que pasar por esto, pero, la vida es así, todos buscamos algo a cambio y créeme que si no fuese por todo lo que Bastián tiene prometido para mí no estaría aquí sudando contigo. Ni mucho menos comportándome como un cobarde por tener que acabar con alguien que ni siquiera puede defenderse. No soy ese tipo de hombre, bueno en realidad ahora sí, pero, si no tuviese esta gran oportunidad, créeme no podría dejarlo pasar, cazarte en estos momentos resulta que tenga el mayor premio de mi vida.
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Editado: 28.10.2022