CAPITULO 32
Despues de llorar un par de horas en la habitacion de Mia, Sam se dispuso a ir a su habitacion bañarse e intentar dormir nuevamente, lo logro por unas horas hasta que desperto; preguntandose ¿porque la vida era tan injusta con ella?
-¿hace cuanto despertaste princesa? -acariciando la barriga de Sam como se había vuelto su costumbre al despertar-
- ¡ya no está ahí dentro! -quitando su mano- tengo como diez minutos que desperté, pensé que era una pesadilla todo esto pero ¡no lo es!
- es nuestra cruda realidad y tenemos que afrontarla, me voy a dar un baño
- aquí te espero tenlo por seguro que de aquí no me voy a mover
Sam segui como petrificada mirando al techo de su habitacion, recordando las veces que la felicidad escapaba de sus manos, intentaba darse fuerza a si misma. Despues de todo tenia un esposo que la amaba y podian volver a tener hijos mas adelante ¿cierto?
-¿bajamos princesa?
- ve tu aquí te espero, no quiero ver a nadie, a menos que seas tú o Gus cuando llegue
- te prometo que cuando llegue le digo que suba a verte- le da un beso- ya vengo, te traeré algo para que comas y no quiero que me digas que no tienes hambre
Sam espero que Tom bajara y se fue al cuarto de Mía, al encender la luz, todo estaba tan bien arregladito como Sam lo había dejado, y empezó a recorrer todas las cosas con su mano, hasta que tomo una muñeca que ella habia acomodado en su cuna en su vestedio tenia bordado el nombre de "Mia Esperanza" le encantaba y se sentó en una mecedora a abrazarla y llorar
Tom estaba en la cocina intentando prepararle algo de comer a Sam, ¡no pudo mas! estaba cansado se hacerse el fuerte el tambien queria llorar y gritar del dolor que sentia por la perdida de su pequeña, de repente tiro todo
-aaaaaaa ¿Por qué maldita sea? Empezó a patear uno de los estantes de la cocina -llorando-
-¡hijo ya basta! -lo abraza-
- ¡no puedo soportar este dolor mama!, delante de Sam tengo que hacerme el fuerte para que ella no se desmorone también –llorando-
- ¡no te hagas el fuerte y llora!, llora junto a Sam saquen los dos todo ese dolor que llevan dentro, para que puedan superar esto ¿Cómo esta ella?
- mal mama y aunque ella no me lo diga se que siente que todo fue su culpa, y ella no tuvo la culpa de nada
-qué bueno que pienses así hijo, voy a recoger todo esto y les preparo los sándwich
-¿donde están Georg y Gustav?
- están en sus habitaciones, como llegamos y todo estaba apagado pensamos que aún no llegaban, con la cenizas de Mía
- mi suegro, Bill y Abi se iban a encargar de eso
- ve con Sam ahorita le llevo los sándwich
Antes de que pudiera subir a ver a Sam estaban entrando Bill con las cenizas de Mía
- ¡lo siento mucho hermano! -le entrega la cajita en donde estaban las cenizas de Mía-
- ¿ donde esta mi hija Tom?
-esta arriba no quería bajar ni ver a nadie, voy a dejar las cenizas aquí, quiero que Sam coma algo antes de verla
- es mejor que coma algo
Tom subió a buscar a Sam pero se dio cuenta que la puerta del cuarto de Mía está entre abierta
-¿Qué haces aquí mi princesa?
-¡estoy imaginando, como todo sería tan diferente si ella estuviera aquí!
- mi princesa estar aquí te hace daño, yo creo que es mejor que saquemos todas estas cosas de aquí
- ¡no, te lo prohíbo Tom! este cuarto no lo toca nadie y se va a quedar todo como esta, no quiero que muevan nada
- está bien mi amor
- ven aquí -tomándola de la mano y abrazándola fuertemente- no estás sola estamos en esto juntos ¿ok?
Ambos lloraron fuertemente abrazados minutos que parecian horas, luego decidieron bajar, en la sala estaban todos.
Nadie dijo nada, ambos de sentaron a comer juntos en la cocina, una vez que Sam termino su comida, Tom le entrego la cenizas de la bebe, ella decidió que el mejor lugar para colocar las cenizas era el cuarto de Mia y así estaría cerca de ellos.
Los dias pasaban lentamente, para Sam era una eternidad como estar en un abismo del cual no podia salir, en su abismo solo dejaba entrar a una persona en Gustav más que en Tom, el por su parte no sentía celos solo quería que ella estuviera bien, y le encargaba a Gustav, que cuidara de ella ya que ella solo hablaba con él, se encerraba en su mundo y pasaba todo el día el en cuarto de Mía, sentada en la mecedora, con las cenizas de ella entre brazos y lloraba.
Ya habían pasado 1 mes desde que Mía había fallecido, Sam cada vez estaba peor, vivía de mal humor, y dejo de hablarle completamente a Tom de hecho, tampoco dormía con él, se quedaba siempre dormida en el cuarto de Mía, Abigail estaba por inaugurar su academia de ballet, Bill y Emily habían terminado su relación.
-¿Cómo estas amiga?
- bien si se puede decir –dedicándole un mal intento de sonrisa porque se convirtió en una mueca-
- amiga en dos días voy a abrir la academia, quiero que estés hay conmigo
- me alegro por ti Abi, pero no quiero salir de casa acá me siento muy bien y no me siento preparada aun para retomar mi vida
-Sam, hay tanto que te estás perdiendo amiga, mírate no pareces tu estas demacrada, pálida has bajado mucho de peso, ya ni te arreglas, me vas a perdonar pero dudo hasta que te bañes
- si me baño Abi, es solo que me da igual que ropa ponerme y la mayoría de las veces uso las camisas de Tom
- de él quería hablarte Sam, no es justo lo que le haces eso de no hablarle y dejarlo solo, el también está sufriendo igual que tu
- Abi, es que no quiero escuchar de el reproches, yo sé que tengo la culpa de todo lo que paso, pero que él me lo diga me dolería
- ¿hasta cuando te vamos a decir que no fue tu culpa amiga? si sigues así tú matrimonio acabara y si será por tu culpa piénsalo, nos vemos al rato