CAPITULO 4: NUEVAS COMPAÑÍAS

Las horas que pasaban se me hacían eternas pero no me aburría para nada en ese edificio. Mis compañeros de trabajo me ponían al día de los chismes más frescos de aquellos pasillos, mis compañeras más comunicativas son Laura cargaba más alegría y sonrisas que cualquier otra persona que haya conocido, se había unido al mundo laboral para poder terminar sus estudios mientras que Lucia es muy tímida pero incurablemente inteligente y por ultimo otro chico de esta forma no me sentí tan solo en un mundo de mujeres, Richard pelirrojo natural con su rostro lleno de pecas y sus ojos miel le daban juventud eterna aunque estuviera por cumplir veintiséis años.

—Es realmente agradable que se integrara un hombre a este gremio— bromeaba Richard

Estábamos en nuestro descanso, el mejor momento del día según mis compañeros pues todos estaban muy comprometidos en sus respectivos puestos.

—Realmente necesitaba tomar este descanso, no podía aguantar un minuto más sin gasolina para mi estómago— bromeo Laura, quien miraba con deseo a su porta vianda llena de pasta

—Deberías comer cosas más nutritivas que esas, una dieta vegana no te caería nada mal— Lucia acerco su almuerzo a Laura para que esta admirara el festín que tendría.

Richard y yo reíamos muy por debajo para no desatar la ira de las féminas y seguir viviendo en paz con ellas.

—Olvídate de mí almuerzo y mejor mira el manjar que nuestro nuevo amigo nos presume—

Por primera vez desde que habíamos llegado al comedor del edificio pude observar mi comida y mi querida Agnes preparo dedos de queso, sándwiches muy bien elaborados con aderezos que saben me vuelven loco incluyendo un termo con agua. Ella muy bien puede adoptar el papel de un ama de casa clásica.

— ¿Aun vives con tu madre? — pregunto Richard disimulando su antojo por mi platillo

— No, esto lo preparo mi mejor amiga. — los ojos de mis compañeras se abrían como platos y yo le extendía un dedo de queso al pobre de Richard

—Una mejor amiga no prepararía tal manjar solo para un mejor amigo, se me hace que anda de tras de ti galán— Leonora parecía insinuar cosas que ni al caso con mi mejor amiga

—Noooo— dije dramáticamente —No podría ver de otra forma a Agnes, esa chica siempre será mi mejor ami—

—Eso es frendzone Teo. Durante toda nuestra relación Agnes se ha muerto por ti—

Debía ser una penitencia demasiado pesada la que estaba pagando con esta mujer. Clío llego a perturbar la tranquilidad de mi hora de comida, esta vez había prometido no caer en provocaciones.

—Pues es cierto, se ha muerto... Pero de vergüenza por las rarezas de novias que he tenido— sabía que eso le dolería

—Eres insoportable— era evidente el coraje y la rabia que su rostro contenía pero no podía tocarme

Era evidente que Clío no era del agrado de mi jefa y si  me llegaba a quejar de ella en más de una ocasión ella podría salir perjudicada.

—Eso la puso en su lugar— me susurro al oído Leonora quién a estas alturas puede deducir que Clío es mi ex 

Pasando el tiempo probando toda la deliciosa comida que mi amiga había preparado en estos momentos de necesidad.  Mis compañeros hicieron mil preguntas por el comentario que hizo Clío. Trate de explicar todo de a manera muy relajada pero ellos se alteraron demasiado. Agradezco que el horario para la comida terminara justo a tiempo evitando contestar molestas preguntas.

En mi bandeja de trabajo Arlet ya había mandado cinco correos pidiendo diferentes servicios. Debía re-organizar su agenda con las nuevas citas que había recolectado durante la mañana, notificar a todo el personal de cierto rango a una reunión sobre los valores que había evaluado de los informes, foto copiar esos valores y preparar las carpetas. Realmente debía de esforzarme para poder organizar todo esto antes de mi hora de salida.

—De verdad que mi jefa es adicta al trabajo, no sé si lograre seguirle el ritmo— exhale con tristeza mientras dejaba caer mi cabeza al escritorio

—No deberías preocuparte deberías ocuparte— Leonora hablaba sin despegar la mirada del ordenador —Te recomiendo llevar un bullet journal—

— ¿Un que de qué?— pregunte confundido

Leonora parecía confundida y divertida con mi confusión.

—Un bullet journal o su traducción a: diario bala. Es una bendición para nuestro tipo de vida y trabajo, te ayudara a organizarte de una forma excelsa—