Adolecer

Capítulos 43 al 45

43.

            ¿Por qué será que los tiempos buenos pasan rápidos y los malos siempre regresan intentando perpetuarse en el tiempo?

            Los días pasaban a prisa, o yo lo sentía así, mientras estaba con Sally, entre las clases, las actividades y nuestro nuevo “nivel” de romance, el tiempo transcurrió veloz, pero lo disfrutábamos al máximo, enfocados prácticamente sólo en nosotros dos, haciendo planes para ese futuro que ya lo creíamos a la mano, pero que nunca llegaría.

            A finales de año, estuvimos muy ocupados, estudiabamos mucho para rendir la prueba de selección universitaria y yo postulé a algunas becas. Ya habíamos decidido qué carrera estudiaríamos y a qué ciudad nos iríamos a estudiar; teníamos tantos planes.

            Dimos la prueba, y sólo teníamos que esperar los resultados.

            Con el fin del año escolar también llegó nuestra graduación; y ya no quise ponerme a pensar en que no iría nadie de mi familia a verme, sólo me importó que finalmente terminaba esa étapa, y junto a Sally iniciaríamos otras más importantes. 

            Participamos de la fiesta de gala de graduación, y fue hermoso, poder notar cómo habíamos cambiado ambos, en esos años, y cómo a pesar de tantas cosas aún estábamos juntos, unidos, amándonos, y con más expectativas que nunca.

            Creo que en esa fiesta, ha sido la única vez que me he puesto un traje de dos piezas y que he estado tan formal y elegante, y Sally como siempre se veía hermosa e irradiaba alegría con su preciosa sonrisa.

            Y cómo siempre, también llegó la navidad, y por primera vez no me importó no estar con mi familia y mis hermanos; yo estaba feliz dónde estaba; con Sally… ya para ese momento ella era todo lo que yo necesitaba y pasé esa navidad en una divertida y bulliciosa cena navideña, junto a algunas amistades de la tía Margarita; esta vez la fiesta fue en su casa, por lo que con Sally estuvimos muy atareados decorando el patio y toda la casa, poniendo mesas desarmables que nos habían emprestado y la comida la tía Margarita la encargó a un restaurante, pues eso se pagaba con la cuota que cada persona que asistía ponía, además se compraron dulces, pan de pascua, hizo una olla inmensa de chocolate; para mí todo era muy maravilloso, pues no estaba acostumbrado a algo así. 

            La cena se hizo en el patio, porque era el lugar con más espacio, y la tía pagó hasta un mozo que sirviera la comida y retirara los platos, para no tener que estar ella atendiendo a los demás y así disfrutar con todos. 

            Eramos más de veinte personas, casi todos adultos, la mayoría eran solteros o estaban separados y por eso se reunían para esas fechas para no pasarlas solos en casa, sólo habían dos familias con hijos, pero sí habían varias parejas pero que no vivían juntos. 

            Sally me contó esa vez que practicamente todos los años para navidad y año nuevo se organizaban así, y que la tía Margarita lo hacía para que fuera más alegre y no estar ambas tan solas.

            Fue una hermosa navidad la que pasé con ellas ese año, y me obligué a no pensar en mamá y mis hermanos; los extrañaba, pero tenía que seguir solo adelante.

            También nos recordamos de mi tía. Sabíamos que estaba en Santiago, pero desde hacía varios meses que habíamos perdido el contacto con ella, porque mi tío Horacio, decía que le hacía mal estar preocupada por mí, y él nos pidió que no volvieramos a llamarla, porque cada vez se estaba agrabando más y dijo que sólo le dabamos malas noticias y la angustiabamos. Mi primo Alejandro me explicó un poco mejor la situación y pude comprenderlos, por lo que perdimos toda relación con ellos y lo último que supimos era que ninguno de los tratamientos que le hacían estaba haciendo realmente efecto, luego de eso yo no sabría nada más de ella en varios años. 

            El año nuevo también lo pasamos con mucha gente tal y como había sido el año anterior, aunque ahora la fiesta había sido en casa de otra persona. 

        Yo me sentía feliz de poder disfrutar de todo eso, más aún junto a Sally; era en verdad tener una nueva vida, en la que me sentía más alegre y seguro, e inmensamente amado por ella… ella siempre ha sido y será sin duda alguna, lo mejor de mi existiencia.

          El mes de enero hicimos un montón de cosas divertidas, entre ellas ir mucho a la playa a bañarnos a tal punto que quedé con la piel tostada de tanto sol que tomé. Además, me encantaba verla disfrutar del agua; se veía siempre linda y risueña.

       También durante ese periodo viajamos a matricularnos en la universidad y estuvimos viendo algunos posibles alojamientos, aunque no tomamos ninguno… estábamos tan felices que jamás, pero jamás imaginamos que el odio que me tenían mi padre y Julia era tanto como para no dejar las cosas como estaban.

 

44.

            Cuando pienso en todo lo que ocurrió, no dejo de sentir rabia conmigo mismo… fui tan ingenuo; ¡Tan estúpidamente ingenuo! Sabía que no debía confiar y sin embargo, le creí; como un imbécil caí en su trampa… no me alcanzará la vida para arrepentirme de haberme ido con él ese día.

            Fue a mediados de febrero, un domingo caluroso. Cómo me era ya habitual me fui como a las nueve de la mañana a comprar empanadas recien hechas para el desayuno, antes de que ellas despertaran; la pastelería queda a solo una cuadra, así es que no pensaba que podía pasarme algo en ese trayecto tan corto, y además, me gustaba sentirme util. 




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