El chillido agudo de la puerta sin lubricante aturdió mis oídos.
Desde que aquella puerta se había abierto, solo tuvimos bajas. Ya eran 6 muertos y 2 desaparecidos. Eso era hasta esa mañana, cuando al abrir la puerta me encontré con 3 chicas en la puerta. 2 de pelo largo y una de pelo más corto, el que llegaba a sus hombros.
-Hola! Mi nombre es Anabela Bunakí y ellos son Aixa Ogni y Lucas Martín- dijo con tranquilidad la chica de pelo corto, quien tenía una piel blanca y una sonrisa en su rostro.
Al observar atentamente, una de las "chicas", era un chico de pelo largo, quien la verlo de lejos, no pude distinguir su fino pero oscuro bigote.
Una mala sensación me atravesó el cuerpo.
Pero pensándolo bien…
¿Quién era mi cuerpo para decidir qué hacer y qué no? Al fin y al cabo, el cuerpo solo era una herramienta del alma y la conciencia, un medio físico para expresarse en la "realidad". Aun así, era él quien decidía si alguien era capaz de hacer o no algo, respetando y fortificando la barrera de lo físicamente posible.
Sin embargo, no ignoré a este presentimiento.
Algo en mi cabeza me rondaba en mi cabeza, algo simplemente inexplicable, algo que decía que no abriera, pero sin un porqué.
- ¿Entonces nos vas a permitir entrar o no? - dijo Anabela - Según la dueña, podíamos quedarnos y que ustedes tenían que dejarnos ingresar, ¿No te dijo eso Estela?
Esa última explicación me había resonado mucho en la cabeza. Aquella carta especificaba literalmente lo que esa tal "Bunakí" había dicho.
- Si se puede preguntar… ¿De dónde sacaste esa información? ¿Cómo sabes que te tengo que dejar pasar? ¿Y si te digo nos dejó algo aparte? - dije
Cuando dije eso, Hernán Cruz salió por la puerta detrás mío.
- ¿Que pasó que ya tan temprano estas dando vueltas? - preguntó bostezando
En ese momento, la chica de pelo largo se acercó a la reja y gritó:
- ¡Hernán! ¿Enserio estás acá? Pensé que te ibas a ir a otro lado… - dijo Aixa con emoción. Entonces, este se acercó a la reja e intentó abrir la cerradura, pero esta estaba trabada.
-Dame las llaves, yo les abro - dijo Hernán emocionado.
- ¿Los conoces? ¿Quiénes son? - pregunté.
-SI, SI. Ella es Chiza, la hija de la profe de historia. Y ellos son Anabela y Lucas. Ellos iban a venir a nuestro curso este año. Venían de distintos colegios y los ví muchas veces en los pasillos. La directora me pidió de favor que sea su amigo para integrarse rápido al curso- dijo
-Oka... ¿Segurísimo? Confío en vos- dije
-Si, si, dame que les abro antes que aparezca algún caminante.
Le tire las llaves y él rápidamente abrió la cerradura del portón de metal.
En ese momento, Aixa cruzó rápidamente el arco del portón y se tiró sobre el chico. Ella lo abrazó y le empezó a dar besos por toda la cara.
Lucas vino frente a mí y me saludó de manera formal.
Luego, Anabela se me acercó y me dio un beso en el cachete - como todo saludo argentino-. Después dijo:
- Disculpa si soné medio mal en la puerta, el tema es que pensé que, después de todo el problema que fue llegar hasta acá nos iba a rechazar…
- No, no, ustedes me debieron decir que Estela los había invitado. Yo no tengo problema si es así, solo me hubieran avisado.
-Uhh disculpa... Es que o queríamos hablar nada sobre eso porque, nos enteramos de que otras personas están tomando otros colegios o asesinan a los que ya están instalados…
-Uhhh no me enteré de nada... Bueno, en fin... ¡Bienvenida! Creo que, con esa actitud liderasta tuya, te voy a pedir que me ayudes con los chicos.
-Siii, yo no tengo problema, solo decime. Ya es suficiente que nos dejes estar acá.
En ese instante, ella agarró un bolso de ropa y lo abrió, con intención de que lo vea. Dentro había cajas de todo tipo, desde remedios hasta cajas sin etiquetas.
- ¿Son todos antibiótico? - pregunté.
- No todos- respondió, tomando una caja sin etiqueta. Al abrirla, docenas de balas cayeron dentro del bolso.
- Espero que sean suficientes para cubrir la renta- dijo.
-Mas que suficiente- dije y la dejé pasar.
Después de eso, fui a ver el estado de Mercuri. Él aún se encontraba en estado vegetativo, sin hacer más que respirar.
Dos segundos más tarde, Lucas entró a la habitación y me pregunto:
- ¿Que le pasó?
- No sabemos. Simplemente apareció desmayado en el pasillo, pero suponemos que fue un HDP que hicimos mierda- dije
¿Hicimos mierda? Si solo yo fuí quien hizo algo y arriesgó su vida pensé
- ¿No despertó? ¿Hace cuánto tiempo está así?
- Hace dos días. No despierta aún.
Editado: 05.06.2021