Adventuris Stellaris: Un universo loco

Introducción

En medio de un inmenso vacío sin fin, y un color más que el blanco; yacían frente a frente las versiones materializadas de un creador llamado Gran Ente, y una de sus creaciones de nombre Eddensjia. Ambas, se manifestaban en el plano como dos siluetas fantasmales de gran tamaño con tonos transparentes.

—Gran Ente, Gran Ente. Ya tengo las almas que usted me pidió ¿qué debo hacerlas ahora? —preguntó Eddensjia quien había recorrido un largo camino para cumplir una misión especial que le fue asignada. Detrás de ella, en estado de levitación se encontraban veinticuatro almas humanas capturadas en burbujas creadas con poder lumínico.

—Dámelas todas, tengo planeado que la mitad vivirán juntas y las otras separadas. Pronto te diré los motivos de mi acción.

La creación entregó la mitad de las ánimas a su supremo, él observó sus burbujeantes prisiones con admiración. Pensar que esos doce espíritus en realidad les pertenecían a doce humanos de un universo paralelo al suyo, le hacía ponerse nervioso, porque hace tiempo que no veía algo así. Hizo un movimiento que revolvió las partículas en el lugar y también las burbujas; estas últimas se rompieron liberando su contenido. Para no perderlas, con la ayuda de su poder las paralizó.

Eddensjia sólo era capaz de mirar admirada lo que hacía su creador mientras procuraba mantener a salvo las otras doce almas dentro de sus celdas lumínicas.

—Eddensjia por favor, no te pongas nerviosa —procuró el Gran Ente.

—Lo siento. Verlo a usted trabajar me impresiona —contestó.

—Bien, observa aquello que nunca antes viste. En frente tuyo daré inicio a una docena de creaciones nuevas.

Sin dejarse llevar por la conmoción, el Gran Ente expulsó de sí mismo doce grandes bolas luminosas que ayudado con su gran poderío las moldeó hasta transformarlas en la base de cuerpos humanos con edad de trece o catorce años. Seguido, les devolvió la movilidad a aquellas almas que paralizó. Sintiendo enorme fuerza metió los espíritus liberados dentro las vasijas “pre-humanas” creadas hace apenas unos momentos.

Pronto comenzaron a moverse, los cuerpos habían cobrado movimiento. Lo primero que estas hicieron fue pararse puesto que se encontraban sobre “superficie sólida”

—Han cobrado vida, ¡han cobrado vida! —exclamó el supremo—. Eddensjia, rápido, quiero que acabes mis creaciones. Entrégales su “color” crea sus atuendos y luego envíalos a la tierra. Mejor, envíalos hacia ese lugar donde yo acordé que vivirían cerca de Celeno. Sabes cuál es ¿no?

—No —contestó haciendo paralizar los recipientes lumínicos que pronto tomarían forma humana.

—Es aquella casa abandonada ubicada en aquel pueblito pequeño y que fue construida por un par de hombres avaros, que decidieron no dejarla porque no les proveía de dinero —aclaró—. Querida creación, yo sé que tú conoces bien y la tierra, por tanto te confío esa última tarea. Procura intentar enviar los cuerpos por separado.

—Gran Ente ¿a dónde se va? —interrogó Eddensjia adivinando las acciones de su líder. Atrás de ella

—Debo intentar de nuevo ir hacia el multiverso. Karuraida, Kalútlelyna y Syvaksgloido no podrán retener por más tiempo a los Rayos —musitó con voz débil. Después su figura comenzó a auto-diluirse.

Eddensjia se quedó sola y con un encargo que ella no dudaría hacer.



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En el texto hay: zodiaco, vida, constelaciones

Editado: 30.05.2018

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