Cáncer
(22-01-2015)
Estoy sentada en una banca de la plaza principal del pueblo y en compañía de Aries, Libra y Acuario; a este último le hicieron salir por la fuerza. El día de hoy hace un agradable clima con vientos leves y un fuerte sol que causa la tentación de ir por unos deliciosos helados de agua o crema.
—Odio salir afuera; con este horroroso tiempo, ¡peor aún! —se queja el chico de la bata blanca. Puedo ver que él suda como un cerdo.
—Ya wey, por favor deja de quejarte y mejor ve por unos heladitos para la banda —habla el de cabellos rojos con su típico acento mexicano.
—Está bien, pero no pienso comprar ningún helado con crema. Les hago recuerdo que soy intolerante a la lactosa —reniega Acuario poniéndose de pie. Aries se para y le da un billete de 10 kabochianos. Luego se aleja de la banca.
—Al fin se fue, él reniega demasiado —habla el carnero en tanto toma asiento y se cruza de brazos.
—Ni lo menciones, es la persona más gruñona en toda la casa —opino, por accidente miro que Libra tiene un celular en sus manos, «me preguntó de dónde lo habrá sacado, ya sé, se lo preguntaré», pienso sacando una sonrisa—. Oye Libra, ¿cómo conseguiste ese móvil?
—No sabría de qué forma explicarte, pero ¿te acordás que la pelotuda de Piscis, anoche le pidió al tata Dios que los doce tuviésemos un celular? —responde la librana de ojos verdes y cabello rubio verdoso.
—No, ella no me interesa para nada.
—Bueno, pues resulta que esta mañana, al lado de mi almohada y la de mis compañeros de cuarto; sin que hubiese una explicación lógica, aparecieron unos celulares del mismo modelo. Si supieras la cara que coloqué. Cuando prendí el mío resulta que estaba con aplicaciones instaladas y número telefónico.
—Ah, ya veo. Es curioso porque yo igual encontré un móvil como el que tú tienes al lado de mi almohada —contesto extrañada.
—E igual es extraño que justo en las noticias haya salido el reporte de que, en una ciudad cercana a este pueblo, doce celulares iguales hayan desaparecido en cuatro tientas de un mismo sector —intercede Aries algo ronco.
—Eh, ¿eso salió en las noticias? Yo no las suelo ver, me importa un rábano.
—Pues sí wey, ahí sólo salen puras chingaderas de asesinatos, violaciones, robos, atracos y demás delitos existentes y por haber. Aunque, hoy apareció la noticia de que una jovencita fue asesinada por su pareja debido a los celos. No sabes la rabia que sentí al ver aquello.
— ¿¡Qué!? —Grito asombrada, las palabras del carnero me dejan helada—. ¿Eso significa que vivimos en un país con la violencia al orden del día?
—Por lo que veo sí.
Aries se calla, yo comienzo a reflexionar. Miles de dudas empiezan a correr por mi cabeza como: ¿vivimos en un país tercermundista?, ¿quiénes lo gobiernan?, ¿qué etnia es la que predomina? Mi mente se atarea, yo rechino mis lentes y cambio el ángulo de mi mirada. Desde mi lugar veo que hay una jovencita morena en poca ropa caminando, cerca de ella están unos jóvenes lanzándole piropos. Aquella escena hace que me enfurezca demasiado. Como me gustaría ir a darle su merecido a esos machistas de pacotillas, « ¿es que acaso no les enseñaron respeto por la mujer o qué?» indago.
Sigo llena de ira, sin darme cuenta mis dos manos se hacen puños. Respiro, ahora no deseo actuar con violencia ni tener pensamientos malos. Miro lo que hace mi hermana, ella está mirando su celular con mucha atención, lo que provoca mi curiosidad.
— ¿Qué haces? —consulto.
—Miro un sitio que se llama: nosotrosarcanos.com. Bueno, en realidad estoy sacando mi ascendente y signo zodiacal lunar; ¿curioso, no?
—Hmmm, ¿cómo supiste de ese sitio web?
—Lo vi anoche en mis sueños. Soñé con que tenía un teléfono en manos y entraba a este sitio.
—Vaya —respondo maravillada a la vez que veo a Acuario viniendo con los helados. Llega y reparte las frías golosinas al grupo. La que me tocó es de sabor fresa; uno de mis favoritos.
—Espero que esos sabores les gusten, eran los únicos disponibles —revela el acuariano entregando el cambio al signo de fuego.
—El pinche mamón ya llegó, yo mejor me voy —dice de pronto Aries. Cumple sus palabras retirándose de la banca. Por curiosidad observo que sus pantaloncillos mostaza ya están manchados con helado.
—Sí, yo igual haré lo mismo. Necesito volver a mi laboratorio urgente, debo arreglar un montón de libros que aparecieron ahí entre ayer y hoy —habla el oji-gris levantándose.
Con Acuario y Aries fuera, Libra y yo estamos sola. Por algún motivo, la chica de aire tiene un rostro preocupado; con una notoria tristeza de escenario.
—Cáncer, sé que vos y sho no nos llevamos bien, pero tú eres la única capaz de ayudarme en esto —replica con melancolía.