Ael, la profecía de un héroe

Una visión al pasado.


 

Punto de vista del enano Malvul.

Nos dirigimos a lo más profundo de la tierra por un camino único plagado de huesos y ríos de magma. Las criaturas de las profundidades dominan este territorio, pero debido a mí pacto con los nigromantes, estás se mantienen alejadas evitando cualquier enfrentamiento.

Unas sombras se mueven a dónde no llega la luz de las antorchas, esos masticadores de cadáveres, con sus ojos amarillos como el fuego, no nos quitan la mirada de encima.

De por sí, uno de ellos no sería rival para nosotros, pero sus números no son nada despreciables.

"Tranquilo hermano, están de nuestro lado".

–De nuestro lado dices, tienen suficientes números como para crear un ejército respetable.

Sabía que estás antiguas minas eran profundas, pero nunca imaginé que ellos seguían excavando. ¿Tienes una idea de la cantidad de criaturas que podrían tener bajo tierra?–

"No solo la cantidad es importante, aquí abajo hay seres con poderes extraordinarios".

A medida que bajamos por los pisos visualizamos enormes gusanos trabajando para agrandar aún más las cuevas. Otras bestias peludas levantan las rocas y las transportan en fila por un camino junto a una vena de magma.

–¿A dónde llevan esos minerales?–

"No lo creerías, pero tienen sus propios hornos de fundición".

–¿Hornos de fundición?, ¿Para que?.–

"Armas".

–No sabía que esas bestias usaban armas.–

"No para ellos, sino para sus esclavos, observa".

Al dar un giro en un túnel se revela una imagen sin precedentes. Una prolija formación de soldados fuertemente armados siguiendo un entrenamiento de orden cerrado.

–¡Orcos!–

"Así es, ellos han encontrado la forma de esclavizar a estos poderosos guerreros y no solo eso, son capaces de elevar sus poderes de manera considerable".

–¿Quién es ese? El de las cicatrices–

"Si no me equivoco, se llama Golner, ese Orco poseído se ha convertido en general de sus tropas, es realmente poderoso".

–Así que son capaces de controlar incluso a guerreros de clase S. Aghh, eso significa que también podrían hacernos lo mismo en un futuro.–

"No seas tan negativo, cuando veas lo que yo vi lo comprenderás mejor.

Por aquí, ya estamos cerca".

Nos acercamos a una zona de teletransportación, con ella nos llevará directo a nuestro destino.

–¿Otra de estas cosas?. Ya pasamos por al menos tres de ellas.–

"Tomé el camino largo aproposito, quería que vieras todo esto".

–Si, lo imaginé.–

Nos colocamos encima de los símbolos mágicos para transportarnos de manera instantánea hacia nuestro objetivo, Durtor avanza con desconfianza en todo momento.

–¡¿Pero qué diablos es esa cosa?!–

Un grupo de nigromantes posan en círculo alrededor de lo que sería una especie de ojo con párpados, que cuelga del techo de la cueva por su nervio, parecería que el mismo fue arrancado de un monstruo enorme.

–Así que has regresado y veo que traes compañía.–

–Un nigromante de nivel maestro. Aghh, tiene un poder impresionante.–

"Y también mucha sabiduría".

–Así que tu rey ha decidido aceptar mí oferta.–

"Mí hermano tiene sus dudas, no confía en que respetarán un pacto de no agresión, por eso lo he traído aquí, para que le enseñes lo mismo que me mostraste a mí".

–Me pides que haga un pacto con aquellos que masacraron a nuestra gente y quemaron nuestras ciudades, no seas ridículo. Jamás verás a un enano tocando el cuerno de la paz con estos demonios del inframundo.–

–Nosotros también sufrimos pérdidas importantes en la antigua guerra.–

–Solo nos defendiamos de su invasión.–

–¿Nuestra invasión?. Claro, para mortales como ustedes es muy fácil olvidar… detalles de la historia.–

–¿De qué hablas?.–

–¿En serio crees que fuimos nosotros los que atacamos primero?, Los mortales son tan ingenuos.–

Por primera vez el rostro de Durtor modifica su expresión agresiva y se muestra más atento a lo que el Nigromante maestro tiene para decirle.

Con su báculo de hueso apunta al gran ojo liberando un vapor violáceo, su magia es muy poderosa.

Con un lento parpadeo, el gran ojo contrae su iris fijando su mirada en los ojos del rey.

–El gran ojo te revelará la verdad.–

Cuando el Nigromante maestro me mostró el ojo por primera vez no podía creer lo que veía. Las imágenes de la antigua guerra entraron directamente a mí mente, como si de una visión se tratara.

Lo primero que vi me dejó impactado, la gran guerra entre mundos dejó un saldo de destrucción que nuestro mundo jamás imaginó. Pero las pérdidas no solo fueron de nuestro lado, ellos también recibieron daños en su mundo. Sus ciudades fueron arrasadas, casi podría decir que ellos se llevaron la peor parte.



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En el texto hay: fantasia, mundo magico, aventura

Editado: 07.06.2023

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