Agatha y los desquiciados

8. Cortejada por primera vez

Al día siguiente fui a la universidad.  Jordan y Brandon me molestaron bastante porque le gusté a una chica. La tonta de Linda después de que le conté esto, salió corriendo a decirles. Estábamos desayunando en el comedor. Yo comía dos sándwiches de pavo algo grandes, me da mucha hambre en las mañanas y tomaba un café que me preparó mi tía.

-Eres lesbianosa. – Dijo Jordan riéndose.

- No, lesbianica. – Dijo Brandon.

- Lesbianon, lesbianosa, ¿cómo lo podré mezclar con su nombre? – Dijo Jordan.

- Lesbiagatha. – Respondió Brandon con satisfacción.     

- Cállense malditos o les voy a pegar, no se burlen de mí.

Luego llegó Aaron, traía algo atrás de la espalda. Llegó adonde yo estaba sentada, me dio un beso en la mejilla y luego me dio un ramo de rosas, no me dijo nada. ¡Jamás había recibido rosas! Que emoción. Me sentí muy feliz. Los chicos quedaron boquiabiertos.

-Llegó cupido. -Dijo Linda.

- ¿Cómo que cupido idiota? Él es el que enamora a las parejas. – Le dijo Jordan.

- Ah entonces eres romeo. – Dijo ella. Él no decía nada, estaba nervioso y miraba hacia otro lado. Ellos no paraban de hacerle bromas, una tras otra, él se molestó muchísimo y les gritó:

- ¡Ya déjenme par de imbéciles!

- Huy la niña se enojó, hasta tus insultos suenan a princesa. -Le dijo Jordan quién siempre era provocador y algo pasado con sus bromas. Aaron se levantó a golpearlo, pero no lo dejamos. Se fue molesto, no alcancé ni a agradecerle. Fue muy lindo al regalarme las rosas, para mí eso significaba mucho, soy muy romántica y que hagan eso por mí, me hace sentir dichosa.

 

-Aaron-

Qué pesar se siente al ser rechazado, pero, ¿qué más da? Sabía que ella haría eso, no me quiere de esa manera y no sé si algún día llegue hacerlo, solo sé que al menos lo voy a intentar. No hice nada antes, pero sé que nunca es tarde en realidad, ella va a ser mía, sé que así será.

Detesto cuando me hacen esas bromas de mal gusto, eso me desespera y evito lanzar golpes porque luego no podría detenerme. Jordan y Brandon son muy buenos amigos míos, pero cuando se trata de fastidiar, se llevan por lejos la corona ante muchas personas que he visto. Saben que hacer o decir para fastidiarme y en eso me tienen ventaja. Quise hacer un buen gesto con Agatha, sé que ella es cursi y esas cosas le gustan, pero los malditos dañaron el momento.

Y ya era confirmado, las dos cosas que más temía resultaron ser ciertas. La tía de Agatha tenía cáncer de estómago en tercera etapa, debía entrar en tratamiento antes de que este empezara a hacer metástasis en sus órganos digestivos. Su tío apenas supo me llamó, se escuchaba devastado y traté de calmarlo, pero siempre es difícil. Él me dijo que, con sus ahorros, se le va a llevar a un hospital de alta calidad en Texas, haría todo lo posible porque ella viviera más tiempo. Eso significaba que Agatha se quedaría unos meses sola en esa enorme casa, ella está bastante grande, pero sé que no soportará esa situación. No sé qué mentira le dirá para su ausencia. Lo que me pone a pensar es que de igual forma su tío también está muy viejo, no creo que dure varios años más. No quiero que esté sola, sé que ella le teme a eso. Tenemos eso en común.

Por otro lado, Tamara me llamó. Al parecer en esa ocasión le dejé mi teléfono y no ha parado de llamarme en estos días, me llama después de tanto tiempo. Ya no puedo evadir más mi responsabilidad, tengo que ir hasta allá y solucionar todo. Me iré en una semana.

 

-Agatha-

¡Sí! Había aprobado todos mis parciales, todos, todos, todos. Qué emocionante era eso, el sabor de la victoria. Ya no seré mas como esos parásitos repitentes, ahora estoy en el círculo de los ganadores y debo empezar a actuar como tal. Aprobé con una de las notas más bajas… pero los aprobé y nadie podrá quitarme eso. Ahí tienes maestra Cohen, creías que iba a perder el semestre, pero estás muy equivocada. Debo celebrar esto, hoy haré otra noche imperial, pero le diré a Linda que participe, sé que le encantará. Habrá pizza, gaseosas y muchos caramelos.

Esa noche Linda llegó muy emocionada, aunque por motivos diferentes, daba saltos y gritos de emoción.

- ¡Derek me invitó a salir! – Gritó y me sentí extraña, mi estómago vibró, por eso mi tía me dijo que no comiera tanto picante. - ¡Debes acompañarme a comprarme algo bonito!




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