Agencia de Seguridad Civil: Ánimas

Capítulo 5: Anima Gemella

El aerodeslizador aterrizó suavemente sobre la plataforma del portaviones. Bajaron rápido en dirección a donde estaba Gabriel. Seguramente los chicos ya habrían tocado tierra y comenzado a explorar sus alrededores. Cruzaron la primera sala llena de ordenadores buscando a Gabriel y el equipo de Bugarin, pero no lo vieron por ningún lado. Meegwun observó a todos aquellos sujetos que controlaban los drones, los estaban ignorando completamente.

Aya siguió adelante con Andrea a su lado, si no estaban ahí debían estar en la sala de navegación. Subieron unas cuantas escaleras y efectivamente ahí estaban. Gabriel y Bugarin hablaban en la cabina. La expresión de Gabriel era dura, mientras Bugarin se veía relajado.

—Jefe —Se acercó Andrea a ellos—. Hemos dejado a los chicos en la isla.

—Excelente —afirmó Gabriel haciendo rodar su silla a la cabina—. Prepárense para volver a la agencia.

—¿Qué? —dijeron Aya y Andrea al unísono. Andrea se adelantó eufórica—, pero apenas hemos llegado, no podemos dejar a los chicos.

—Entiendo su preocupación, pero en estos momentos su presencia aquí es innecesaria —Gabriel hizo hacia atrás su melena oscura, posó sus ojos verdes en las chicas—.Aya regresa a tu laboratorio, tu equipo te necesita y Andrea, quiero que regreses con Meegwun a dar entrenamiento a los nuevos reclutas.

—Pero esas no son mis responsabilidades señor —peleó Andrea, no se iría tan fácilmente—. Mi deber es estar a cargo de mis niños.

—Ahora te estoy dando otra orden, agente —aseveró Gabriel apoyado de su mirada—. Tus chicos estarán bajo mi cuidado y el de todos los agentes aquí disponibles.

—Señor, por favor —suplicó Aya, no quería estar fuera de aquel descubrimiento tan importante—. No puede dejarme fuera de esta investigación, soy la mejor calificada para este trabajo.

—Les he dado una orden. Si no las tengo fuera de la plataforma en quince minutos tendré que usar la fuerza ¿Esta claro?

Las dos chicas asintieron sin ánimos. ¿Por qué había tomado esa decisión tan repentinamente? ¿Las había hecho ir hasta ahí por nada? Observaron como Gabriel entraba a la cabina junto al comandante. Dieron vuelta decepcionadas ¿Qué hacían? No querían volver a la agencia. Tenían tanto trabajo que hacer ahí.

Siguieron al frente hasta la plataforma de aterrizaje. Un par de manos las jalaron a un lado hasta una puerta que daba al cuarto de limpieza. Entraron de golpe y en seguida les taparon la boca. Se trataba de Meegwun. El maestro les hizo una seña de que guardaran silencio.

—¿Qué te pasa? —preguntó Andrea en susurros eufóricos.

—No nos iremos —Les dijo—. No es normal que Gabriel actúe de esa manera.

—Lo sé, no tiene sentido que nos trajera hasta aquí si nos iba a hacer volver tan pronto —dijo Aya entre susurros.

—Tenemos que averiguar que está tramando —Meegwun abrió un poco la puerta y se asomó, nadie en los pasillos—. Ustedes espérenme aquí, echare un vistazo.

Nada más abrir la puerta, Meegwun se encontró con un grupo de hombres apuntándole con sus armas neutralizadoras. El maestro trató de actuar, pero en seguida fue acribillado por la docena de hombres, paralizando hasta el último musculo de su cuerpo. Gabriel salió de detrás de los hombres ordenando un alto al fuego.

—¿De verdad me hacen recurrir a esto? —hablóenojado—. Les di la orden de retirarse, necesito que ustedes estén en la ASC. ¿Por qué no pueden acatar una simple orden?

—Lo siento, pero no podemos irnos, jefe —respondióAndrea—. Usted mismo nos dio la misión de guiar a los chicos, y no podemos hacerlo estando en la ASC.

—Tampoco podrán hacerlo desde aquí —Gabriel suspiró decepcionado—. No hay manera de ayudarlos ahora que están adentro, a menos que ellos lo pidan, pero ustedes tres pueden apoyar mucho a los demás agentes motivándolos, creando cosas para ellos y enseñándoles. Eso no lo pueden hacer aquí, los requiero en la ASC como parte del mejor equipo que alguna vez existió.

—Jefe… —Andrea no supo que decir.

—Cualquier cambio serán los primeros en saberlo. Neutralícenlos y llévenlos al aerodeslizador, no quiero verlos aquí.

Una ráfaga de disparos dejó todo en negro para las chicas, imposibilitando su actuar.

 

—Solo miren este lugar —Kevin admiraba la inmensidad del mar desde la orilla de la playa, tomando en su brazo izquierdo un gran delfín inflable—. Perfecto para nadar.

—Sabes que no venimos aquí a vacacionar ¿cierto? —Mike parecía haber llegado bien a tierra.

—No arruines el momento. “Ataque del delfín” —El moreno atacó con fuerza la cara de Mike.

—Auch —Se quejó mientras sobaba su mejilla—.¿Qué rayos tiene esa cosa?

—Un ladrillo

—¿Por qué tienes un ladrillo en ese delfín?

—¿Qué tal si un tiburón me ataca mientras nado?

No pasó mucho tiempo para que Santiago y Alonsocayeran a sus espaldas, insultándose el uno al otro mientras descendían. Muy atrás, a unos cuantos metros de altura, venían Marey y Marla. Al fin todos habían logrado llegar a la isla en una sola pieza. Sin ninguna pista de alguna pelea como lo dijeron en la grabación, solamente una playa cubierta de una arena casi blanca que tenía detrás un gran campo verde, que florecía por todas partes.



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En el texto hay: comedia, accion, aventura

Editado: 08.05.2023

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