Agencia de Seguridad Civil: Encadenado

Capítulo 4: Albireo B

Marla se sentó junto a Andrea, observaba con detenimiento su manera de archivar, de recibir notificaciones y asignar misiones a los agentes, pero no termino de comprender el proceso que Andrea aseguraba una y otra vez que era sencillo. Ella selecciono la rama Administrativa como su especialidad. Después de tantas misiones donde casi pierde la vida y muchas en las que no pudo ayudar a sus compañeros, y muchos resultaron heridos de gravedad por eso, decidió no participar más en ellas y quedarse en la agencia.

Aunque fue una difícil decisión, porque no sabía quédirían los demás de ella o si la verían como una cobarde, se decidió después de su última misión. Los demás no la necesitaban, se las arreglaban para detener a quien sea sin ella, incluso Mike, que solía ser un poco más miedoso como ella, tenía claro que el campo era su lugar.

—Así es como se usa el programa, ¿alguna pregunta? —interrogo Andrea al verla perdida en la pantalla.

—¿Qué? No, no, todo está bien —respondió la chica sin saber a qué se refería.

—No te preocupes, Marla —Andrea la abrazo pasando un brazo por sus hombros—. Estar aquí no te hace menor o peor agente, tus nos ayudaras de manera distinta.

—¿Estás segura de eso? —Marla sonrió y volvió la atención a la computadora cuando de pronto escucho a Marey maldecir—. Siento que muchos de los agentes me ven como una perdedora por haber decidido estar aquí.

—No dejes que eso te desanime —Andrea acomodó las gafas y el cabello de Marla—. Un buen agente no está solo en el campo de batalla. Puedes ayudar de muchas otras maneras.

—Andrea —llamo. Su voz tuvo un tono de preocupación que obligo a Marla a voltear también.

Las noticias transmitían un reportaje especial desde la ciudad de Albireo B, ciudad gemela de Albireo A. A poco másde un año del catastrófico terremoto, la ciudad gemela fue azotada por uno de mayor magnitud con los peores resultados posibles.

Alonso se abrió camino entre los agentes que habían dejado su trabajo a un lado para ver en las pantallas pegadas en las paredes. Llego hasta donde estaban los demás y observo atónito las imágenes. Edificios destruidos, incendios y explosiones en muchos lugares, las personas corrían a buscar refugio. Los escombros y ceniza llovían sobre los heridos y desesperados.

—Andrea, tenemos que ir —dijo Marey volteando a su líder.

—Tengo que confirmar con Gabriel —respondió la chica. Tomo el teléfono y marco con prisa la extensión de su jefe. Escucho sonar el teléfono tres veces antes de ser contestado—. Jefe, ¿ha visto lo de Albireo B?

Alonso se cruzó de brazos mientras observaba impotente las noticias. Los demás se acercaron con la misma expresión de preocupación.

—Me suena muy familiar ese lugar —dijo Alonso.

—Hace un año sucedió algo similar en Albireo A.—respondió Marey sin apartar la mirada de la televisión—. Hubo un terremoto de gran magnitud que destruyo la ciudad y mato a mucha gente.

—Uno de los reclutas formaba venia de ahí, ¿no? —preguntó Santiago recordando a todos los escuadrones.

—Roy, el chico tortuga —menciono Zeth. Su expresión era seria, analizaba cada detalle pasado en televisión. No creía que dos terremotos iguales en ciudades cercanas en un tiempo tan corto fueran simples coincidencias.

—Chicos —Andrea llamo a los siete muchachos—. Vayan a la entrada, los llevaran al continente del Noreste.

Marla se puso en pie en seguida, vio a sus compañeros salir sin esperarla. Dudo unos segundos en ir. Ella ya estaba en la rama administrativa, y sus amigos no la necesitaban para las misiones. Andrea le puso la mano en el hombro, sintió como la motivaba a seguir adelante y eso hizo a pesar del miedo que le daba hacer algo mal.

Respiró profundo y salió tras sus compañeros. Llegó al elevador el cual era detenido por Alonso para que las puertas no se cerraran. Entro en silencio, bajaron hacia la entrada y fuera los esperaba su nuevo chofer con un camión de transporte donde subían agentes a toda prisa.

Los llevaron al aeropuerto. Las nuevas aeronaves esperaban con los motores encendidos. Los nuevos juguetes que consiguió la ASC constaban de cuatro turbinas de gran potencia que levantaban el armatoste que se dividía en la cabina de los pilotos y la de carga, ahí los asientos estaban pegados a las paredes. Las aeronaves se movían más rápido que un avión, lo que le permitía a la ASC llegar más rápido a las emergencias, como en ese caso.

Volaron durante nueve horas a máxima velocidad. Para la sorpresa de los chicos, Lucio Delmar estaba en la aeronave preparando a sus hombres para brindar la ayuda necesaria a las tropas. Cuando el sol se hubo ocultado el hombre paro en medio del área de carga.

—Buenas noches a todos —dijo sosteniendo en sus manos una tableta de datos—. Les agradezco ofrecerse para esta misión tan importante. Mi equipo y yo estuvimos el año pasado en la ciudad hermana tras el gran terremoto, hoy estamos aquí para ayudar de nuevo a personas inocentes que sufrieron estragos de la naturaleza. Esta ocasión es distinta a aquel día. Anteriormente perdíamos muchas vidas por culpa del tiempo que nos tomaba localizar a las personas, en cambio hoy tendremos la oportunidad de ayudar más gracias a los Dobles. Marey, ¿algo que quieras agregar?

—¿Y-yo? —la morena fue tomada por sorpresa. Meditaba arduamente en cómo ayudar, también en que debía controlar a sus compañeros, pues solían causar algunos problemas en la misión que estuvieran—. Bueno, nosotros… —dio un vistazo a los chicos y suspiro—. Esperamos poder ser de gran utilidad, los apoyaremos en todo lo que necesiten y esperamos que ustedes nos ayuden también.



#1578 en Ciencia ficción
#10683 en Otros
#1295 en Aventura

En el texto hay: drama, accion, aventura

Editado: 19.09.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.