Samara, Rusia, 2018
Nicholas
«El objetivo lleva un vestido negro ceñido y tiene cabello rojizo hasta la cintura» recuerdo las palabras que Pauline me dijo antes de salir.
Me gusta mi trabajo y las ventajas y placeres que este conlleva, llevo demasiado tiempo aquí, casi podría considerarme al mando. Bueno en realidad lo estoy.
Después de todo mi madre fue la más hija de puta de todas. No le sirvió con alejar a mi padre sino que también asesinó a mi hermano tratando de matar a mi hermana pequeña.
Desde los doce llevaba esa rutina, mi madre nunca fue de mi devoción, era de lo peor conmigo, aún así no creí que llegaría a tanto. Pero como siempre, nunca hay que confiar en nadie, puedes hasta dormir al lado de tu enemigo y no tienes ni idea.
Ella era muy neurótica, celaba a mi padre por todo, no soportaba que nadie se le acercará. Era tan celopata que hasta desconfiaba de los hombres. Ella verdaderamente estaba obsesionada con él, y las cosas no eran mejores sabiendo que él trabajaba como profesor en una universidad llena de mujeres con las hormonas alborotadas. No, no era mejor.
Y ya no solo bastaba con celarlo a él sino que también hacía lo mismo con mi hermano; Jacob. Siempre que llevaba una chica a casa para presentarla mamá se comportaba como la mujer más hostil y antipática. Nunca entendí por qué lo hacía con él, entendía que lo hiciera con mi padre porque, pues, era su marido. ¿Pero con mi hermano? No, nunca lo entendí.
Hasta llegué a creer que se debía a su instinto maternal de proteger a sus hijos. Pero ella me trataba como la propia mierda que caga un perro y luego alguien más pisa.
Más tarde me di cuenta que de alguna manera enfermiza y obsesiva mi madre estaba enamorada de Jacob, pero lo amaba y no como lo tendría que hacer una madre, ella lo amaba como un hombre, como su hombre.
Estaba y está loca. Según sus propias palabras desde que él nació fue su luz. Ella sabía que papá la engañaba y siempre se refugiaba en consuelo de su hijo. Luego llegué yo, que para rematar alejé más a mi padre de ella. Desde siempre fue una completa mierda conmigo y a pesar de que Joshua no era el mejor marido del mundo, sí era el mejor padre. Y el saber que mi mamá me trataba como basura no lo toleraba, por eso se alejó.
Intentó llevarnos con él, pero como no, mamá sacó a flote su parte egoísta y codiciosa. Ella no quería que se llevara a su amado, que ya para esos momentos tenía unos diecisiete años. Pero tampoco quería dejarlo ganar y ser feliz, así que no conforme con eso también peleó por mi custodia. Dejó en claro que era un mal padre y marido, le mostró al juez las pruebas de su múltiples infidelidades y cómo "nunca estaba en casa" por estar con sus otros hijos y mujeres.
El juez, como es claro lo tomó como un caso particular de una esposa víctima del engaño de su esposo. Así que le cedió la total custodia de ambos a ella. Y no conforme con eso también pidió una orden de restricción y básicamente papá no podía acercarse a nosotros. Ni siquiera llamarnos sin antes haberle consultado a ella primero. Aún no comprendo cómo fue que le concedieron eso por semejante estupidez.
Después de eso papá intentó muchas formas para poder por lo menos hablar con nosotros, pero ella jamás se lo permitió, de ninguna manera. Mis días tampoco fueron los mejores, ella se empeñaba en hacerme la vida una mierda. Jacob intentaba protegerme pero ella en sus arranques de locura también lo lastimaba a él, no soportaba que lo lastimara por mi culpa. Era una total loca. Intentó abusar de él muchas veces, y a mí me maltrataba física y psicológicamente. No le bastaba con golpearme y maltratarme, también me decía que jamás saldría de eso, y que si intentaba denunciarla todos los que amaba saldrían lastimados.
Claro que no me dejé amedrentar, iba a intentarlo pero ella se dio cuenta y me amenazó nuevamente. Solo que esta vez era diferente. Ella estaba embarazada, jodidamente embarazada. De mi padre no, eso era seguro. Pero aún así era mi familia ese bebé y no iba a dejar que ella lo lastimara. Así que dejé de intentarlo.
De alguna manera el embarazo hizo que ella dejara por un tiempo su locura, ya no intentaba nada en contra de Jacob y yo, y tampoco me amenazaba. Hasta parecía que fuera alguien reformada.
Pero como siempre, me equivoqué.
Luego de que mi hermana naciera, volvió a ser la misma de antes e incluso mucho peor. Había veces que intentaba lastimar a la bebé. Una jodida bebé de cinco meses que había salido de su vientre. Me di cuenta que para nuestra madre ya no había solución. Ella era y es un monstruo, nunca cambiaría. Así que Jacob y yo planeamos un escape para irnos lejos de ella junto con Sasha.
Pero no salió bien.
Todo salió absolutamente mal.
Vania se dio cuenta y enloqueció más si era posible. Recuerdo esa noche, ella tomó un arma y nos apuntó a los tres desde las escaleras. Iba a dispararme a mí, citó que mataría a dos pájaros de un tiro ya que en ese instante yo tenía a Sasha conmigo. Pero sin prevenirlo Jacob se atravesó en el instante en que ella descargó la primera bala y esta dio de lleno en su cabeza matándolo al instante. Vania perdió el juicio y salió disparada hasta donde su hijo para apreciar lo que ella misma había hecho, sin embargo solo repetía una y otra vez que todo era mi culpa. Yo solo salí corriendo de ese lugar con mi hermana en brazos y totalmente trastocado. No podía creer lo que acababa de pasar y todo fue peor cuando logré huir y pude razonar lo que acababa de ocurrir.
Mi hermano estaba muerto, y todo era mi culpa.
O eso pensé hasta que conocí a Pauline. Para ese entonces ya tenía 16 y vagaba por las calles tratando de conseguir trabajo para poder mantenerme a mí y a mi hermana. Ella me salvó, nos salvó.
Fue como la figura materna que jamás tuve. Por eso cuando me di cuenta que era una de las reinas de la mafia no me huí. Cualquiera con un sano juicio se hubiera alejado en cuanto ella me dio la opción. Pero no, ella me salvó, me sacó de las calles y la miseria. Le dio un apellido a mi hermana y la acunó en su seno como si de una madre se tratase. Nos protegió y me enseñó todo lo que sé y ahora soy. Le debo todo a ella.