Blue
No sé en qué estaba pensando cuando entré a su habitación y lo besé, lo único que sé es que no me arrepiento, para nada.
Nunca en mi vida alguien me había besado con tanto desenfreno, deseo y pasión acumulados, juntos.
Fue... exquisito, una experiencia monumental.
Lo que hice y estoy haciendo está mal, se supone que mi misión es encontrar al responsable de la muerte de mi padre, y de paso desaparecer una escoria que el mundo no necesita más.
Pero fue inevitable o simplemente soy muy débil.
Sí..., quizá lo soy.
Todo requiere voluntad, y es una virtud que muy pocas personas poseen o por lo menos manejan bien.
Y, estar aquí, a su lado, con su cabeza sobre mi pecho y mis manos despeinando su cabello, me hace sentir extasiada. Es una sensación que solo experimentaba cuando tenía a mi papá conmigo.
Siento paz, tranquilidad, y, aunque suene ilógico por el poco tiempo que nos conocemos, también siento amor.
Quizás aún no estoy enamorada de este hombre, pero el camino hacia allí es muy, muy corto.
Y por Dios que no sé cómo lidiar con eso, nunca me había pasado, estoy totalmente confundida porque no creo que una persona se enamore solo en semanas o sin haber conocido bien a esa persona, es más o menos lo que creo.
Pero lo que creo es muy diferente a lo que siento, así que mi noche entera después de el que considero es el mejor beso de mi vida se resume en mi teniendo un debate de mente contra corazón. ¿A cuál debería seguir o escuchar? ¿Debería seguir los principios y valores que se me inculcaron y terminar para siempre con el hombre que posiblemente sea el único al que pueda amar, o debo dejar que estos sentimientos fluyan y olvidar totalmente la parte primordial por la que estoy en Rusia?
Mierda, hay tanto por pensar y decidir.
Nunca fui buena con las elecciones, lo vi mi día a día. Todos los que me han rodeado lo saben, por eso he mantenido a Miranda lejos de mí, mis malas decisiones siempre terminan afectando a los que amo sin que yo pueda evitarlo.
Un breve pellizco en mi cintura provoca que me estremezca, bajo mi rostro y los ojos claros de Nick están viéndome con detenimiento, estudiándome.
—¿En qué piensas? —susurra acostando su cabeza otra vez sobre mi abdomen pero esta vez pasando con suavidad sus dedos por mi piel.
Suspiro por las repentinas caricias y no puedo evitar notar como mis pezones se endurecen por instinto, sí, se podría decir que estoy desnuda, no tengo sostén, pero aún conservo mis bragas, así que todo está bien, por ahora.
—En ti —no miento, prácticamente mis pensamientos ahora solo rondan por él, hasta me he vuelto cursi, estoy un poco decepcionada y a la vez es divertido. Si Olivia me viera estaría muerta de la risa y repitiéndome como una condenada que ella siempre tuvo razón. A parte de eso no quiero que él sepa porqué exactamente pienso en él después de lo ocurrido.
Vale, no tuvimos sexo, pero lo que me dijo anoche me dejó bastante animada y, ¿por qué mentirme? también feliz e ilusionada.
Pero como dije, las circunstancias se están volviendo un muro bastante alto y fuerte de pasar.
Siento cómo sonríe, yo río bajo, porque él en serio es muy arrogante, no debí haberle dicho eso.
—Parece que mis besos surtieron efecto —su voz está ronca porque se acaba de despertar, estoy tentada a decirle que sus besos y su boca surtieron efecto de muchas formas pero me abstengo de hacerlo y sonrío con tranquilidad.
Al parecer Nicholas no está conforme, aún cuando su cabeza se encuentra en mi estómago y sus manos acariciándome no está satisfecho, él decidió que lo mejor es acercarse más y subir su pierna derecha sobre las mías, enredándolas.
Mierda, ¿Por qué me hace esto? Él lo hace para provocarme, estoy segura que es por eso.
Que su pierna esté sobre las mías y además de eso enredándolas hace parte de que al acercarse ahora su erección choque contra mi muslo.
Es muy fácil percibirlo, él reaalmente está despierto.
No ayuda tampoco que no deje de moverse, y no, no mueve su puta pierna, él está moviendo sus caderas, empujando contra mi muslo sin dejar de acariciar todo mi abdomen, cintura y cadera.
Me rindo y gimo, Dios, es tan excitante.
Tengo muchas ganas de que toque un poco más arriba, sabe que puede hacerlo, pero no lo hace porque solo quiere provocarme.
Cuando esto termine tiene que estar seguro de que me las voy a cobrar, se está aprovechando de mi repentina debilidad hacia él, es malo que se esté dando cuenta de eso, así como una típica frase cliché, eso le da poder sobre mí.
—Oh, Nicholas... no me hagas esto, joder... —es increíble, su boca es maravillosa y verdaderamente hace magia.
Deja un recorrido de besos húmedos en donde estuvo antes su cabeza, mientras sube hasta encontrarse con mis muy necesitados senos, besa el izquierdo alrededor de la aureola rosa, para luego envolver sus labios sobre ella y chupar con fervor.
»Ah... sigue por favor...
Succiona justo como la primera vez y gimo satisfecha, desplaza su boca pasándola por el centro de mi pecho llegando a mi otro pezón y repitiendo la misma táctica, dejándome sin aliento.
Estoy tratando de contener mis gemidos, se supone que no deben escucharnos, pero cómo le hago cuando hace eso con su boca.
Dios, es demasiado bueno para su bien, para el mío.
A continuación hace algo que me deja hecha polvo, succiona pasando su lengua de arriba abajo con agilidad, sin darle tregua a mi pezón derecho, con sus dedos lo aprieta, tanteando con su palma mi seno.
Gimo, gimo fuerte, y exploto jadeante y extasiada.
No puedo creer que me ha provocado un orgasmo solo con su lengua y esta ni siquiera ha estado en el punto donde siempre es más certero el placer.
Su respiración está igual o más agitada que la mía, deja caer su cabeza muy cerca de mi cuello y logro sentir su cálido aliento.