Blue
No esperé recibir la llamada de Miranda tan rápido, lo que me dijo me dejó totalmente pasmada. Mi pobre Roy estaba llorando a borbotones mientras me relataba lo decepcionada y triste que estaba de lo bajo que tuvo que recurrir Greyson solo por la droga.
El jodido Greyson está hasta el tope con dos mafias peligrosas, entre esas está la de Pauline.
Me dijo que en la habitación de él habían muchos papeles de pagarés por gastar dinero en casinos además de bolsas pequeñas con mucho polvo blanco, de todo.
La familia de Miranda es una de las más poderosas, pero al parecer sus padres se enteraron de la adicción de Greyson por la droga y decidieron no apoyarlo, en todos los ámbitos.
No dinero, no apoyo moral.
No tiene a sus padres, y para completar ellos le prohibieron ver a Miranda y que ella hablara o tan siquiera le enviara cartas o correos.
Simplemente lo dejaron a su suerte y olvidaron por completo a su hijo.
Me duele.
No es que haya tenido una gran relación afectiva con Greyson, pero sé que es un gran hombre y a pesar de las malas decisiones que todos cometemos lo único que él necesitaba era a su familia y ésta le ha dado la espalda.
No supe qué decirle a Miranda, estaba muy triste y en ningún momento dejó de llorar, cuando colgó pude sentir sin necesidad de estar segura que ella se desmoronó sola, tampoco tiene a nadie, sus papás como ya dije son unos malditos que solamente velan por el dinero y la reputación.
Miranda y Greyson solo se tienen entre sí y ahora esos hijos de puta no los dejan ni hablarse tan siquiera por el celular.
Desearía tanto estar con ella y poder abrazarla hasta que deje de llorar, ayudarla con Greyson.
Voy a hacer todo lo que esté en mi alcance para que ella y Grey vuelvan a abrazarse y mimarse como deberían unos hermanos.
Primero, tengo que hablar con Grey.
****
No sé por qué acepté, de verdad soy una idiota.
Mi mañana fue una de las más buenas y deliciosas que pasé desde hace mucho tiempo, pero luego de eso no volví a saber más de cierto rubio, llegué a pensar que quizás me estaba evitando para así ahorrarse la charla de "lo siento no quiero nada serio por ahora, mejor dicho, nunca".
Me encojo de hombros ríendo al pensar en eso.
Bueno, el caso es que acepté acompañar a Sasha para una fiesta que celebran sus compañeros de escuela, le dije que sí porque ella es lo más cercano a una amiga que tengo aquí.
No he hablado con nadie más, hace casi tres días que no he visto a Pauline y el otro chico tampoco; Alessandro.
Camino por todo el pasillo del segundo piso intentado encontrar a Sasha en alguna habitación, ella misma me dijo que estaría aquí arriba, no especificó dónde.
En medio de mi investigación me topo con una habitación bastante particular, como la metiche y curiosa que soy entro sin hacer mucho ruido y verificando que no haya nadie dentro.
Cuando ya todo está despejado y me cercioro de que no haya nadie dentro de la habitación, cierro la puerta detrás de mí con cuidado y avanzo ondeando la habitación sin dejar un solo rincón.
Es grande y bastante bonita, la decoración es simple y parece de mujer.
Por un segundo me tranquilizo pensando que es la de Sasha pero una foto enmarcada sobre una mesita me hace replantearme lo que pensé.
Es una foto vieja, pero no tanto como para darse cuenta que la persona que sale allí es Pauline.
Debo aceptar que ella es muy hermosa, y hay veces que me siento bastante reflejada en ella, no la puedo odiar y aún sabiendo que es una mafiosa y trabaja para el equipo enemigo no dejo de pensar que no tuvo nada que ver con la desaparición de mi padre.
Su cabello irónicamente es del mismo color que el mío, solo que un poco más oscuro, además de que sus ojos son azules, casi tanto como los míos. Ahora que lo pienso tenemos bastante similitudes, cualquiera pensaría que es mi hermana o mi mamá.
Sigo viendo la foto en donde sale Pauline más joven cargando a una niña con unos alborotados rizos anaranjados. La niña también es hermosa, mucho.
Tomo el retrato acariciando con mi dedo índice el contorno del rostro de Pauline y la niña.
Escucho un carraspeo bastante fingido a mi espalda, me sobresalto mientras volteo con los nervios de punta.
Un tremendo alivio recorre mi cuerpo cuando veo que se trata de la ama de llaves.
—Buenas señorita, no debería estar aquí —me regaña y se hace a un lado dándome a entender que necesita que me marche de aquí.
Ay no, no se librará fácil de mí.
—Es importante que esté aquí —digo descaradamente—. Pero es igual de importante que sea sola, así que necesito que salga por favor.
La señora frunce el ceño.
—No puedo hacer eso señorita —replica con desespero— si la jefa me descubre me tendré que ir despidiendo de este trabajo, y créame, es el único que conservo y me pagan bastante bien así que no puedo darme ese lujo, lo siento.
Suspiro frustrada ideando cualquier cosa para que ella pueda irse y no salga afectada por hacer lo que necesito.
Sonrío emocionada antes de contestarle.
—Váyase, si ella pregunta yo le digo que todo fue obra mía y usted no tuvo nada que ver, ni tan siquiera que usted sabía. Toda la responsabilidad caerá sobre mí ¿Está de acuerdo? —cuestiono mientras alzo una ceja en su dirección.
Observo como duda un poco otra vez, pero sonrío como el gato de Alicia cuando asiente, poco convencida, pero acepta.
Ella me dedica una última mirada y sonrisa tensa antes de voltearse e irse.
Ahora sí, debo buscar cualquier cosa que sea de ayuda, hace semanas que no me reporto en T.S.S, deben estar desesperados o enojados porque no he mandado un carajo.