Agridulce

“El color de sus labios”

Hoy mi mejor amigo y yo decidimos hacer algo diferente, fuimos a pintar el garaje de papá. Todo el cobertizo estaba desordenado, y las únicas pinturas que podían darle vida a ese lugar parecían viejas; sin embargo al abrirlas nos dimos cuenta que aún se podían usar.

Nos pusimos manos a la obra, y aunque no concordamos con el color todo marchaba bien. Él eligió un tono que poco me agradaba; pero yo había escogido un color especial.

Al pasar los minutos, su lado de la pared estaba amarillo, y el mío azul. Debo admitirlo, fue divertido pintar a su lado; después de todo no se veían tan mal los dos colores.

Nos acostamos en el césped a esperar que se secara la pintura, él tomaba de mi mano; y a diferencia de la mía, las de él se sentían fuertes. Al cabo de un tiempo se le ocurrió hacer algo interesante, quería comprobar si la pintura ya estaba seca dándole un beso a la pared. Por un momento dudé, sabía que era algo absurdo de hacer pero seguí su juego, así que me recogí un poco el cabello y el resultado era de esperarse, terminé con los labios azules. Él se río tanto al verme que me molesté y optó por hacer lo mismo, debieron ver lo bonito que se le veía el amarillo.

Pregunté a mi amigo si el amor tendría algún color, y él me respondió que dependía de las circunstancias, no comprendía lo que decía y señaló a mí alrededor, solo estaba el jardín y algunas cosas, aún no comprendía; hasta que me dijo que cerrara los ojos, de un momento a otro el color de sus labios había cambiado.

Fue un gesto que duró tan poco pero me hizo sentir tan especial, supongo que mis labios también habían cambiado mágicamente a un color verde como el jardín, no pude evitar cerrar mis ojos de nuevo esperando que lo hiciera otra vez, sentir sus labios manchando los míos mientras el jardín era testigo de una pasión que desconocía, pero los segundos pasaron y no volvió a suceder, quizás mi amigo se había arrepentido, quizás no era lo correcto, en ese momento escuché un ruido extraño a mi alrededor y cuando abrí los ojos vi algo aterrador.

Mi padre no paraba de golpearlo en el rostro, tenía a mi amigo aprisionado contra el suelo, lastimándolo sin cordura alguna mientras yo veía el terrible suceso. Sin pensarlo intenté ayudarlo, pero mi padre me empujó tan fuerte que caí y me golpeé la cabeza, y después de agredir fuertemente a mi amigo se dirigió hacia mí, veía odio en su mirada, empezó a golpearme aún más fuerte que a mi amigo, pensé que iba a morir, mi padre no paraba su escarmiento mientras pronunciaba esas palabras “Jamás pensé que mi único hijo haría algo como eso”.

Antes de cerrar nuevamente mis ojos, debido al dolor de los fuertes golpes de mi padre, vi una última vez a mi mejor amigo, sus labios estaban rojos, terriblemente rojos, al igual que lo estarían los míos.

Esa fue la última vez que lo vi.



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En el texto hay: romance, terror, relatos cortos

Editado: 30.09.2019

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