Capítulo XI

Si puedo resaltar algo de mi persona seria el hecho de que soy un desastre sobrenatural para empezar las cosas, ni siquiera me explico él porque las cosas buenas empiezan con el pie derecho si eso fuera así ¿qué pasaría con los zurdos? ¿sólo sé es zurdo en cuestiones de manos y éstos nada tienen que ver con los pies?

“Intensidad” sería la palabra que define mis pseudo comienzos, así como el fuego que abrasa a un gran trozo de manera, con el tiempo las llamas descienden y son reemplazadas por las cenizas; te percatas que los finales no son una meta y que raras veces dejan algo extraordinario.     

Entonces, si los comienzos y los finales no representan al mesías prometido ¿qué hace interesante a esto que llamamos “seguir viviendo”? aquí es en donde caemos en el agujero de lo indiscutible, todo ser vivo empieza la vida desde la concepción (para otros desde el nacimiento) y termina en la muerte, igual que en los libros la historia empieza con un “había una vez” o “hace mucho tiempo existió”, entonces se genera el nudo y finalmente el telón baja en el desenlace.

Todos empezamos algo nuevo con cierta incertidumbre por lo desconocido y llegamos a lo importante “los nudos”, el nudo o los nudos representan nuestra forma de vivir o de forma simbólica el camino, o la piedra en el camino, o el camino en la piedra, o como lo quieras ver.

Hasta donde sé el ser humano es el único que siempre trata de darle sentidos a las cosas que ocurren en su vida, de este llamado han salido bastantes teorías como la: la teoría de los seis grados, la teoría del vacío, la teoría del libre albedrío, la teoría del efecto mariposa y la ley del karma por citar a algunas.

La teoría de los seis grados data del año 1930, ésta intenta demostrar que las personas estamos conectadas por al menos seis intermediarios, no importa la distancia que separan a las personas ya que indirectamente a través de esos intermediarios estamos todos conectados. La teoría del vacío dice que todo aquello que se encuentre vacío por naturaleza siempre intentará llenar ese vacío, por ejemplo, un agujero negro que atraerá a su centro cualquier objeto cercano.

La teoría del libre albedrío explica que el ser humano posee la libertad de elección, sin embargo, esto no implica que las decisiones que tomemos no repercutan sobre los demás; aquí podemos considerar la teoría del efecto mariposa que manifiesta que un ente menor podrá repercutir sobre un ente mayor, como el aleteo de una mariposa repercute sobre el universo.

Por último, la ley del karma que trata de que somos el reflejo de nuestras acciones, visto de otra manera el Universo nos devuelve lo que enviamos multiplicado por diez. Y ésta se rige por 12 leyes más.

Lo que todas estas palabras nos demuestran es el hecho de que no estamos aislados, somos un diminuto punto en el Universo empero, formamos parte del Universo, muchas veces “por no decir todas las veces” nos quejamos del exterior cuando deberíamos cambiar el interior.

Dos escritores separados por una larga línea de tiempo manifestaron dos ideas interesantes:

Nada es verdad porque nada es mentira, todo depende de los cristales con los cuales se mira.

Un problema es sólo la diferencia entre lo que esperas y lo que obtienes.

Ambas citas nos llevan a que el exterior es sólo una cuestión interna. Tarde o temprano recibimos multiplicado por diez lo que merecemos y como lo recibamos es lo que marca la diferencia, aquí encaja de que las cosas pasan por algo y que los malos tragos más adelante lo agradeceremos. Recalco que el final de esa frase es bastante odiada, debido a que no sabemos distinguir el dolor del sufrimiento.

El blanco existe porque en el mundo hay lugar para el negro, esto no quiere decir que uno de ellos sea bueno o malo, así como existe amor también existe el dolor. Si me preguntarán ¿qué es el dolor? diría que es el recuerdo de que alguna vez he amado, entonces ¿qué es el sufrimiento? Es la cobardía de no admitir que ese amor se ha marchado.

Ya lo dije desde el principio soy un desastre con los comienzos, pocas cosas las tomo como algo personal y siempre encuentro algo que resalta lo resaltantemente obvio.