Ailyn

05

El chillido de los pájaros y la suave brisa anunciando la primavera entrante era todo lo que su mente procesaba. Trazando líneas sin sentido sobre su cuaderno de dibujos para de esa forma tratar de ocultar sus miedos y el estrés que en su familia reinaba. Lograba sentir el picor de los rayos del sol gracias a las cortinas corridas en el ventanal de su habitación y se hubiera perdido en esa sensación de no ser que un aroma conocido e intruso se cruzó en sus fosas nasales.

La pelinegro no emitió movimiento más el de su mano siguiendo dibujando, pero lograba sentir la presencia del menor de la familia, era la décima vez que aquello pasaba; meterse en su habitación al aprovechar el hecho de la falta de su vista para hurgar entre sus cosas y poco es decir que algunas cosas desaparecieron de golpe.

Cacao puro y tierra.

Era el aroma, curioso, de Jeon Taehyun.

Y quizás su hermano si era algo estúpido para creer que Ailyn jamás lo sentiría aunque sea un poco, también se puede decir que la mayor jugo con eso para que él no despechara. Pero su paciencia acabo cuando sintió el ruido de papeles a sus espaldas.

"¿Acaso está revisando mis cuadernos?"

Se preguntó internamente alzando una ceja y frunciendo el ceño. En ese momento su aroma se volvió tan molesto que su hermano menor logro sentirlo, fue atrapado y escapó.

Ailyn persiguió a su hermano menor por toda la planta alta mientras él se aprovechaba, malvadamente, de la inexistente visión de su hermana; seguro se sentiría culpable luego. Pero la mayor de ellos sabía jugar con los olores y atraparlo por el recorrido de su aroma se volvería sencillo, hasta que bajó a la planta baja.

- ¡Enano! - exclamó con rabia bajando los escalones en dirección al living, podía olerlo hasta esa distancia.

Algo que Ailyn siempre agradeció desde que se presentó como omega fue el no perder su buen sentido del olfato, que la ayudaría incluso en momentos como estos.

- Te tengo, maldito elfo. - dijo la pelinegro con un tono de satisfacción cuando tiraba del cuello de la camisa de Taehyun

- ¡No me digas así, cereza podrida! - se defendió él tratando de escapar de las manos pálidas de su hermana.

- ¡No tienes derecho de quejarte! Te metiste en mi habitación desde hace semanas, ¿piensas que no lo sé? - preguntó con fastidio y el pequeño azabache solo refunfuñó cruzándose de brazos. - Aprende a respetar el espacio privado de los demás.

- El aire es libre.

- No el aire de mi habitación, elfo idiota.

Mientras los hermanos Jeon comenzaban una guerra absurda de el aire de una habitación sus padres se asomaron en la entrada del living para verlo mientras sonreían como bobos. Prácticamente la familia Jeon estaba viviendo un mejor momento, cuando el médico aseguro que Taehyung estaba llevando un embarazo sano y tranquilo todos comenzaron a ilusionarse con el nuevo integrante que nacería en seis meses.

Claro, pasaron tres meses desde que se enteraron de semillita pero eso no aseguraba que los hermanos Jeon estén del todo contentos con las recientes noticias, tenían sus motivos y todos en la familia parecían entenderlo. Tanto así que no decían nada cuando peleaban por idioteces como el aire privado de una habitación.

- Niños, ya basta. - habló como mediador Jungkook interponiéndose entre ambos menores que se estaban tirando de sus ropas.

- ¡Papá, dile algo!

- ¡Dile a ella! Me dijo elfo maldito. - se quejo el menor de todos.

- ¡Tú me dijiste cereza podrida, niño maldito! - exclamó ofendida la pelinegro. Se sobresaltó cuando sintió los brazos de Taehyung abrazarle los hombros y su aroma maternal tratando de calmarlos.

-Cerecita, no digas esas cosas por favor. Tú tampoco, Taehyun. - se quejó Jungkook observando ambos niños refunfuñar, pero terminó rodando los ojos y soltar una risa de diversión; esos niños jamás cambiarían.

- Cerecita, Choco... - los llamó, con cierta ternura, Taehyung observando a su esposo con una sonrisa enorme. - Tenemos algo que contarles, es importante y creemos que emocionante para ambos. - continuó llamando la atención de sus hijos y le dio paso a Jungkook para que terminara de contar aquello.

- Hoy hemos ido al doctor, como saben... - dijo con cierto orgullo en su voz, Ailyn y Taehyun se miraron confundidos pero luego recordaron la riña reciente mientras la rabia volvía a calar en sus entrañas. Jungkook no notó aquello por estar sonriendo con los ojos cerrados. - Todo está yendo de manera excelente con el bebé, tanto así que-

- ¡Pero el entró a mi habitación sin permiso todo este tiempo! - volvió a quejarse Ailyn interrumpiendo a su padre quien la miró incrédulo mientras la sonrisa en su rostro se alejaba.

- ¿El bebé? - preguntó extrañado y los dos cachorros junto a su marido lo miraron una mueca extraña.

- ¡No, estoy hablando de Taehyun!

- ¡Es mentira!

- ¡No digas que es mentira, tú elfo mentiroso!

- ¡El aire es libre!

- ¡Esa defensa es sin razón e idiota! - refunfuñó Ailyn golpeándose el rostro con ambas manos. - ¡Admite que eres un metiche!

- ¡Oblígame, perro! - exclamó el menor inflando sus mejillas. Si, tenía 16 años.

- ¡Deja de hablar como tonto, niño alfa idiota!

- ¡Tú-

- Tendrán un hermanito. - soltó Taehyung interrumpiendo la absurda pelea. Ambos Jeon menores se callaron y observaron a sus padres a un lado de ellos. - El bebé es un niño.

- Si, bueno, sí. - dijo Taehyun sin ánimo

- Felicidades, los aplaudo. - contestó Ailyn simulando aplaudir pero sin lograrlo volviendo su atención al azabache menor. - ¡El tema aquí es que tú no debes entrar en mi habitación!

- ¡También es mi casa tengo derecho de ir donde me plazca! - exclamó el menor.

- ¡Es mi habitación!

- ¡No pued- - Taehyun se calló de pronto y observó a su hermana confundido ganando la misma mirada de parte de ella, entonces ambos voltearon en dirección a sus padres. - ¿Qué dijeron?



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Editado: 19.05.2020

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