Ailyn

06

"I won't let these little things slip out of my mouth."

💕

–Bien, quiero que antes que la clase termine todos tengan listos estos ejercicios. Recuerden donde se ubican correctamente los signos y acentuaciones, son importantes tanto para el habla como para la evaluación de la próxima semana. — al terminar y sacudir sus manos para sacar el exceso de tiza escuchó como el salón entero de quejaba por su última palabra, el rubio atinó a sonreír un poco de burla y recordando sus propios años como alumno.

Y antes que la nostalgia por su alejado hogar le golpeara logró visualizar a la joven de piel pálida, dueña del dulce aroma a cerezas, estar perdida entre sus pensamientos lo que le llamó mucho la atención. Era extraño en Jeon estar desconcentrada en la clase de idiomas, la cual manejaba como una pluma, y en los tres años que llevaba conociéndolo pudo sentir su corazón ser afligido por la mirada perdida y sin brillo en el rostro ajeno.

Tal vez, y solo tal vez, no debería seguir involucrándose tanto en los estados de ánimo de Ailyn, porque incluso si solo eran cinco años de diferencia en sus edades, él seguía siendo el profesor suplente de aquella y la marca de distanciamiento debía permanecer más cuando era consciente que entre su timidez la niña de ojos perdidos guardaba un sentimiento profundo hacia él. Romeo sintió su lobo aullar en dolor, en angustia, porque también tenía ese sentimiento pero algo les alejaba y no era ni la edad, ni el destino.

Entre murmullos, Jiwoo obtuvo la atención de su amiga; — ¿Qué sucede?

Ailyn negó lentamente con su cabeza y como si tratara de espabilarse golpeo sus mejillas suavemente con ambas manos para luego volver su atención en la sencilla, para ella, tarea que el profesor Chía dejó.

De alguna forma la pelinegro buscaba salir de sus agobiantes pensamiento que rondaba en su cabeza, como la angustia que Taehyun aún traía o la emoción que todos llevaban por la pequeña semilla de 6 meses en el vientre de su padre porque su lobo la estaba volviendo loca cuando sentía risas o emociones de su familia por el nuevo integrante; le pedía correr, irse, dormir entre llanto tal cual hacía pero sin quererlo.

Su lobo estaba yéndole en contra como siempre.

Tú no sabes nada.

Los dedos de su mano izquierda palpitaron ante aquello obligándola a soltar el lápiz, su entrecejo se frunció mientras hacia una mueca de molestia. Estúpido lobo celoso. Y es que su lado omega estaba llorando de celos, pero ella jamás lo admitiría.

Eso jamás.

💕

Luego de casi un mes más Ailyn se dignó a volver al salón de música donde el aroma a café puro le calaba los huesos, sonrió inconscientemente al entrar pero todo se borró cuando sintió un tirón en su ser como si le pidiera alejarse de allí.

– ¿Ailyn? — la voz del italiano sonaba confundida pues la joven pelinegro traía una mirada extraña, como si estuviera molesta. — ¿Qué tienes?

–Hmh, nada. — mintió.

–Sí, claro. Y yo tengo 16 años. — bromeó el joven maestro y Ailyn soltó una ligera risita que no salía de sus labios hace días. — Bien, ahora dime que sucede. De alguna forma me volví algo parecido a un psicólogo este tiempo.

–Parecido. — siguió bromeando Jeon, logró sentarse por su cuenta en uno de los asientos al lado del piano y mientras jugaba con sus manos soltó la intriga. — ¿Alguna vez sintió que su lobo dormido le hablará o algo parecido?

–Mi lobo es como mi subconsciente o mi alma, creo que es igual para todo alfa u omega pero jamás está dormido... — respondió con intriga. — Claro que suele hablar, como dije antes son como nuestro subconsciente, a veces nos obligan, o intentan, que tomemos decisiones por sus gustos propios que suelen ser buenas como malas. Pero... Jamás duermen.

–Mi lobo lo hace desde hace tres años. — confesó la omega, soltando un pesado suspiró como si de un gran peso de deshiciera. Romeo la miró aturdido ante la confesión incluso sabiendo que ella no lo veía. — Quiero decir, está ahí obvio pero nunca se manifiesta u algo así... No lo hace después del accidente, como si quisiera resguardarse de algo.

– ¿Tus padres lo saben?

–Sí, claro y los doctores solo nos dijeron que es algo postraumático o yo que sé, luego de todo el accidente. Sé que es por algo que pasó antes del accidente pero no sé qué es en realidad, no lo recuerdo... ni siquiera recuerdo lo que paso aquella vez...

–La vez que te juntaste con una desconocida para saber sobre tu identidad. — agregó el rubio sabiendo la historia por la misma joven y ella asintió.

–Exactamente eso no recuerdo pero creo que mi lobo si lo hace y de alguna forma intenta cuidarme... protegerme.

–Es raro...

–Lo es.

El alfa no agregó nada al ver como la chica a su lado soltaba en su aroma la incomodidad y es que él era consciente que aquella historia lograba partirla porque eso paso la primera vez que preguntó para ayudarle.

– ¿Se irá en febrero?

–Hmh, ¿qué? — preguntó desconcertado ante las palabras de Ailyn.

–Digo, todos dicen que se ira en febrero.

El rubio miró por la ventana, el cielo despejado y el jardín del instituto rodeado de jóvenes, atinó a sonreír leve bajando la cabeza; — Los rumores se expanden más rápido que una peste joven

–Eso parece... — murmuró la omega con impaciencia, haciéndolo notar al mover su pie en un leve zapateo.

–Sí, volveré a Roma en febrero. — confesó sin titubear.

–Buena suerte en ello.

–Gracias.

Y el silencio se apodero de ellos, como costumbre, sin incomodidad solo silencio para apreciar el sonido del viento golpear hojas de los árboles o el griterío de fuera, o simplemente el olor a café que Ailyn adoraba. Una pequeña sonrisa se asomó en los labios de la omega cuando escuchó el piano resonar en esa habitación, sin evitarlo se meció al ritmo de esa ligera melodía y su tranquilo ánimo contagió al alfa que suspiro satisfecho moviendo los dedos en las teclas blancas de aquél objeto que adoraría por siempre.



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En el texto hay: omegaverse, omegaverse mpreg

Editado: 19.05.2020

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