Todo ya estaba listo aquella mañana soleada. El ambiente se ve animado más que nunca y nuevos visitantes entran a los terrenos de la academia. Desde los arboles cuelgan faroles de colores y adornos que se atraviesan de un lado a otro en forma armoniosa con la naturaleza.
El escenario principal ha sido limpiado y pulido, la enorme plataforma blanca al aire libre luce sorprendente. Y eso lo siente cada estudiante que se detiene a verla, con sus pilares rojos altos rodeado de enormes y frondosos árboles y atrás las altas y empinadas montañas.
No solo los estudiantes de la Academia de Nubes Altas están presentes, se invita a otros a participar como expositores de sus habilidades. Estos deambulan por los alrededores luciendo orgullosos sus uniformes y sus símbolos distintivos. Pero sin duda el más llamativo es...
—Liu Zank —exclamó Alexis al verlo a lo lejos, entrecerró los ojos sin ocultar su envidia.
El conocido discípulo principal de la Academia Norte Rojo. El joven de expresión serena y un aire de humildad atrae las miradas de todo el mundo.
—No solo fue capaz de manejar su arma sagrada a los quince años, sino que además esta se compone de varias dagas. Si manejar solo una es difícil él logró a tan temprana edad manejar seis dagas a la vez —relató reconociendo sus habilidades.
Sumando además que es un hombre muy guapo y que suele siempre sonreír con una sinceridad que tocaría el corazón de cualquiera, hasta el duro corazón de Alexis. En su vida anterior tuvo buena relación con Liu, aunque nada más que eso. Y eso ella entiende que no fue porque la viera especial, es que él tiene buenas relaciones con quienes le rodeen.
—Él es... genial —musitó atolondrada intentando que esto no fue percibido por sus acompañantes.
Alejandro bufó de mala gana al notar la atenta mirada de Alexis en el recién llegado, es evidente que lo admira aunque intenta esconderlo.
—Es mejor manejar una sola gran espada y saber usarla que tener seis mini espadas —se quejó cruzando los brazos sin ocultar su furibunda mirada.
—Estoy por primera vez de acuerdo contigo —lo acompañó Adrián con la misma expresión molesta.
La escena resulta "cómica" con un Alexis que intenta ocultar su emoción ante el recién llegado y Alejandro con Adrián atrás con expresión tan malhumorada que parecen como si fueran dos guardaespaldas a punto de matar a quien se acercara a su animado jefe.
Obviamente el primero en presentarse en el escenario fue Liu Zank, quien mostró él porque es llamado el Estudiante principal de la Academia Norte Rojo. Hizo una exposición de su manejo con las dagas. Sus movimientos son tan precisos y la vez tan hermosos, que no dejan indiferente a nadie. Hasta Alexis estuvo a punto de unirse al coro de chicas que no dejaban de animarlo emocionadas. Pero mantuvo su compostura, un hombre nunca se comportaría de esa forma.
Luego se inició el torneo partiendo con los combates de los más experimentados, en eso Alexis Vikar. Quien logró lucirse mejor que en su vida anterior, pues recordaba los movimientos de sus contrincantes por lo que ninguno logro darle. Sintió que hacía trampa, pero lo que importaba solo era seguir el mismo resultado de antes. Por lo que en la última pelea en la cual perdió, también esta vez lo hizo así, aun teniendo la oportunidad de ganar. Conformándose con un segundo puesto, que aquella vez odio tanto que incluso rompió su trofeo, y que ahora en cambio aceptó con alegría.
"Es inentendible como antes no valoraba todo esto"
Incluso hasta estrechó la mano con el ganador, de una forma amable y sincera llamando la atención de aquel que recordaba a Alexis Vikar como un chico rencoroso y altanero. No puede creer que ha aceptado ese segundo lugar con esa calma.
—Gracias —respondió el otro muchacho.
Aquel ganador del torneo de nivel uno en un futuro sería uno de los siete caudillos de la policía, uno de los mejores, más bondadoso y con el cual Alexis tuvo muchos conflictos debido a su mal carácter, porque mientras ella quería un mar de sangre con esos "malditos", Felipe Luzoro siempre quería negociar para evitar cualquier masacre. Ambos fueron como aceite y el agua.
Adrián no pudo evitar sentir cierta congoja al sentir el contacto con su mano, un chico bueno como ese, un hombre que se la vivía preocupado por los demás no debió haber muerto de esa forma miserable y cruel.
A pesar de su bondad, aun siendo el mejor de los siete, fue también asesinado a sangre fría por Adrián Makris, la viva imagen de su cabeza cercenada arrojada a sus pies sigue latente, aunque en esa instancia las intenciones de Adrián fueron amedrentarla no sucedió tal. La Alexis de ese entonces no tenía consideración hacia Felipe, por lo que su muerte le fue tan tonta e indiferente que si luego de reírse por el desafortunado final del Caudillo uno, lloró, no fue porque le doliera su muerte fue por la rabia de que aquel fuera tan idiota y se dejara matar por un vil delincuente como Adrián Makris.
Pero ahora al verlo frente suyo, aun vivo, sonriéndole con esa sinceridad tan propia de él, le duele su muerte. Quisiera abrazarlo decir algo más, pero la tomarían por loca si actuase de una forma inexplicable.
Si al cambiar el destino de Adrián logra también evitar la muerte de Felipe y Alejandro en sus manos sería lo mejor.
—¡Un último aplauso a los tres primeros lugares! —señaló el árbitro frente al público y todos aplaudieron con ganas.
A excepción de Adrián, y no es porque no se sintiera feliz por Alexis, pero se dio cuenta como un hombre mayor, al parecer una gran autoridad, no ha dejado de mirar fijamente la figura fina y delgada de Alexis mientras peleaba en el torneo. Los ojos de aquel brillan de una forma que a Adrián no le está gustando. Hay oscuras intenciones que oculta aquel tipo que tienen que ver con su joven señor.
Y más aún sintió escalofríos al ver como el chico ganador y Alexis eran citados a solas con aquel hombre. Quiso seguirlo, pero escuchó su nombre en el escenario, es su turno para subir y pelear.
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Editado: 28.06.2024