7.-Manipulación

—Siempre desee poder manipular a Ángel Stravou de esta forma —sonrió coqueta tocando su rostro con atrevimiento y acercándose como si fuera a besarlo—. Parece que ya no odias tanto a los demonios si eres capaz de querer salvar a uno arriesgando tu propia vida...

Ver ese movimiento hacia su maestro lo hizo reaccionar de inmediato, no quiere que le pase lo que pasó con ese otro hombre. No resistiría volver a ver eso, más cuando la víctima es Ángel. Respiró agitado intentando soltarse, pero solo se produjo heridas hasta sangrar.

La mujer dejó escapar un gemido, siente como la sangre caliente se desliza por su telaraña y eso la hace sentirse más excitada. Si no le hubiese prohibido tocarlo... se muerde los labios hasta sangrar y sentir que está más controlada. Sin embargo, sus ojos se posan sobre Ángel, tampoco se queda atrás, también es un hombre muy apuesto con el cual tendrá la posibilidad de divertirse a su gusto.

—¡No te atrevas a faltarle el respeto! —le gritó Demian ofuscado.

—Joven amo —dijo la bruja y ser llamado así lo confundió aún más—. ¿Por qué intentas proteger a alguien que va contra nosotros? ¿No debería estar tu lealtad de nuestro lado y no de él?

Demian arrugó el ceño, no entiende de lo que habla, pero no va a caer en su juego.

—No intentes manipularme, no tengo idea de lo que dices, ni tampoco te voy a prestar atención, pero si te atreves a hacerle daño te juro que te buscaré y ¡Lo replicaré mil veces si es necesario! —apretó los dientes al decir esto.

Lo escuchó curiosa antes de reírse y dejando a su nuevo títere a su espalda se acercó a su rehén. Aun a pesar la leve línea escarlata que empezó a formarse en los ojos del discípulo se mantuvo en su actitud.

—¿Sabes que tu maestro esconde una oscuridad en su pasado? Su aura huele a odio—le susurró esto al oído tomándolo de la barbilla—. Lo admiras tanto que ni siquiera te has cuestionado eso. Porque alguien como tú, aun siendo un novato, de seguro puede notarlo... sus ansias de matar demonios son tan clara como el aroma de la lavanda en primavera ¿No puedes sentirlo?

Demian apretó los dientes sin contestarle. Porque siendo sincero eso no ha sido así.

"Nunca en todo este tiempo que he estado a su lado he notado algo como eso"

Pero no olvida las palabras de Val, quien también le mencionó que Ángel escondía algo.

—¿De todas formas eso que? No me interesa, no voy a dejar de ser su discípulo porque esconda algún pasado oscuro o tenga algo en su interior maligno ¡Seguiré siendo su pupilo y lo seguiré vaya a donde vaya!

Lo quedó mirando con fijeza, como si la hubiese impresionado. No duró mucho cuando le sonrió de forma maligna nuevamente.

—Vamos a ver si dices eso luego de que tu maestro te enseñé las cosas de otra forma —y dicho esto entorno los ojos, siniestra, chasqueando los dedos—. Pido perdón de antemano por la humillación que voy a causarle, pero debo hacerle entender cuál es su lugar en este mundo.

Demian se colocó tenso sin saber que esperarse ¿De qué humillación le habla?

—Nada de lo que lo obligues a hacer va a cambiar lo que pienso —dijo de inmediato.

La bruja alzó la cabeza.

—Una paliza no, pero lo que le he ordenado hará que nunca más te sientas capaz de volver a mirarlo a los ojos —y sus labios rojos se curvaron dándole un aspecto más fatal.

Ángel en trance, obedeciendo, se acercó a él con la mirada perdida, para pronto agarrarlo del cabello con brutalidad. Demian está dispuesto a soportar sea lo que sea.

"Vamos tienes que pelear contra esta mujer, no dejes que te manipule"

—¡Eres fuerte, alguien como ella no...

Y sus labios fueron callados con violencia, no porque le hubiesen dado un golpe, aunque lo hubiera preferido, sino que su maestro, Ángel, ha presionado su boca con la suya haciéndolo golpear su cabeza contra el tronco del árbol al que está atado. El calor de este inesperado encuentro lo bloqueó por un momento, sin saber cómo reaccionar, ni lo que se propone aquella bruja para ordenarle que haga algo así. Se hace intenso y respira agitado ante el trato nada delicado. No es que nunca antes no hubiese sido besado, pero no de esta forma violenta.

Y más cuando se trata de un hombre, además cuando se trata del amigo de la infancia de su hermano. Cerró los ojos intentando pensar, pues la fija mirada de Ángel lo perturba aún más. No debe olvidar que aquel no está en sus sentidos, está siendo manipulado, no puede oponerse al mandato de esa bruja perversa.

¿Cómo poder hacerlo reaccionar?

"Esto no debería ser así... si Ángel se diera cuenta de esto se sentiría fatal, besar a otro hombre no creo que este en su lista de prioridades."

Ahogado con la brutalidad de ese beso movió su cabeza para liberarse, solo para que Ángel le sostuviera la nuca para volver a apoderarse de su oxígeno. Mordiéndolo con tanta ansiedad que el sabor metálico de la sangre rodeó su boca e incluso cayó de un costado de sus labios deslizándose a su barbilla.

"No quiero hacerte esto, pero no tengo otra opción"

Alzó la rodilla para pegarle en la entrepierna con todas sus fuerzas y así despertarlo ante el fuerte golpe. Pero, como si Ángel lo adivinara agarró el golpe con su mano empujando su pierna a su ubicación anterior, más bien separándola de la otra para colocar su rodilla entre medio. Mordió su cuello sin intenciones de soltarlo.

"Tú no quieres hacer esto, yo no quiero que hagas esto ¡Tienes que salir de la manipulación de esta tipa!"

Y la risa de la mujer llegó a sus oídos, los contempla extasiada, como si la escena enfrente suya de dos hombres cometiendo este tipo de indecencias al aire libre la emocionara. Demian arrugó el ceño.

"No puedo creerlo, esta tipa es... una pervertida ¿A alguien le puede excitar algo así?"

Tragó saliva, no tiene tiempo para pensar en esa bruja. Debe calmarse aun en esta situación. Le es difícil concentrarse y que su cuerpo no sienta lo que está pasando, parece que Ángel sabe cómo satisfacer a un hombre, y eso lo enoja.