Al filo de la navaja

Cap. 9 ¿Quién?

 

La llegada de Harry al cuartel general de la Orden, les supuso a los chicos una alegría, pero en principio tuvieron que enfrentarse a su ira por sentirse excluido de los acontecimientos, aunque luego se diera cuenta de que sus amigos no estaban mucho más enterados que él, y que todo lo que habían hecho hasta ese momento, era trabajar como elfos domésticos. Sin embargo, subsistía cierto resquemor, por la orden que según los chicos, había sido dada por Dumbledore con relación a que no podían decirle nada en sus cartas, ya que no entendía qué demonios iban a decir, si no sabían nada. La información que le proporcionaron los miembros de la Orden, no sin una considerable cantidad de protestas por parte de la señora Weasley, no le aclaró mucho y lo dejó más preocupado que antes.

Hermione seguía triste, aunque intentaba disimularlo, y la obligada ausencia de Remus, no hizo sino aumentar su depresión. Sin embargo, a la llegada de Harry, Sirius parecía un poco más animado y más dispuesto a compartir con ellos. Bromeaba acerca de la enfermiza inclinación de su familia por las Artes Oscuras, vivía en una pelea constante con Kreacher, e intentaba junto con los demás, de deshacerse de todos los “bonitos” adornos de la casa. Les habló de los miembros de la familia, cuando ellos mostraron curiosidad por el tapiz que contenía el árbol genealógico de los Black, del cual él, por supuesto había sido suprimido, al igual que algunos otros, incluida la madre de Tonks.

En varias ocasiones anteriores, desde inicios del verano, Sirius había notado la predilección de Hermione por la lectura, y que cada vez que tenía un momento libre, corría a la Biblioteca, cosa que había sido confirmada por Remus con mucho entusiasmo. Pero a pesar de su aparente desinterés en todo, Sirius también había notado que ella estaba muy cambiada, y él sabía lo suficiente de chicas, ya que era una materia en la que si hubiesen colocado nota, habría sacado un escandaloso Extraordinario, como para concluir rápidamente, que estaba enamorada. La siguiente y lógica pregunta que se hizo, fue de quién. Y como sentía verdadera manía por saberlo todo, decidió averiguarlo.

Sus primeros y obvios candidatos, eran Harry y Ron. Pero a Ron lo encontró demasiado inmaduro para una chica como aquella, y a Harry demasiado metido en sus propios problemas, que no eran pocos, como para prestar atención a chicas. Cosa que por cierto, le parecía una necedad, ya que eso lo habría ayudado a distraerse, pero cada quien era como era y no había nada qué hacer, en eso Harry se parecía extraordinariamente a Lily,  se preocupaban con cada átomo de su humanidad. De modo que descartó a estos dos y siguió con los gemelos, pero la atenta observación  arrojó el mismo resultado, tampoco se trataba de ninguno de ellos. Así que el hipotético enamorado, debía ser algún otro individuo del colegio, y su tristeza y melancolía seguramente venía dada a que no podría verlo hasta finalizadas las vacaciones.

Durante una cena, cuando Remus llevaba varios días fuera, Harry quiso saber cuando volvía.

  • Sirius, hace muchos días que Remus se marchó  -  dijo  -  la luna llena no dura tanto tiempo.
  • En realidad completamente llena, solo un día  -  dijo Sirius  -  pero generalmente los efectos de la transformación duran entre tres y cuatro días.
  • Bien, pero ya han pasado cinco.
  • Quizá demore bastante en volver  -  intervino Bill  -  ya Dumbledore había planteado la posibilidad de que se quedase más tiempo para poder conversar verdaderamente con los demás, esto fue posible en la pasada luna llena, porque primero debe ser aceptado. De modo que si consiguió introduciré en su círculo, e posible que se quede con ellos hasta la próxima luna llena.

 

Varias cosas sucedieron al tiempo. Harry lanzó un “qué” mucho más elevado de lo necesario. Alguien había llamado a la puerta, logrando con ello, que el odioso retrato de la madre de Sirius comenzase a dar gritos ensordecedores, profiriendo toda clase de insultos; y  Crookshanks, que como de costumbre, se encontraba en el regazo de Sirius, saltó dando un chillido agudo cuando éste se puso de pie para ir a acallar a su escandalosa madre. Todo esto hizo que la exclamación de Hermione, y el estrépito de la taza que había dejado caer involuntariamente al escuchar lo dicho por Bill, pasasen casi desapercibidos.  “Casi” porque Sirius sí lo notó, pero pensó que simplemente se había asustado con todo el barullo.

Mucho más tarde, Sirius se dirigió a la Biblioteca, porque, aunque había pensado salir aquella noche, cuando Remus no estaba, no le gustaba dejar a los chicos.  Arthur tampoco se encontraba en el cuartel porque estaba de guardia aquella noche, de modo que habría tenido que dejarlos con la sola compañía de Bill, y no le pareció prudente. Cuando pensó en ello sonrió.

  • Tendrás que darme una alta puntuación por esto, Lunático  -  susurró hablando consigo mismo  -  Estoy renunciando al placer en beneficio de la prudencia, debo estar loco.

Pero se detuvo con brusquedad en cuanto llegó a la puerta de la Biblioteca. Hermione estaba en un sillón con un libro abierto entre las manos, pero él se preguntó con qué fin, porque su mirada a estaba a kilómetros de allí. Avanzó hacia donde se encontraba la chica, pero ella no se dio por enterada. De modo que decidió anunciar su presencia de un modo más notorio y se aclaró ruidosamente la garganta.

En ese momento ella levantó la cabeza, y a él le pareció que volvía de un sueño.

  • ¿Lectura interesante?  -  le preguntó
  • ¡Oh sí!  -  exclamó ella  -  Tienes libros muy amenos aquí.



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En el texto hay: fanfic harry potter outcannon, principio y final

Editado: 11.09.2022

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