Al Lado Del Peligro ©

CAPITULO 4

BELLA

Sonreí como el gato de Cheshire al darme cuenta que el ingenuo de Dylan estaba debajo de la cama.

― Okey querido, si querías jugar a las escondidas me hubieras dicho y yo con gusto hubiera jugado contigo. Ahora, no sé si me harías el favor de salir de ahí porque créeme que no querrás yo lo haga― dije sarcástica

Escuché como soltó un suspiro para luego salir debajo de la cama. Solté una risita al darme cuenta de lo divertido que era la situación.

Se levantó de un salto y frunció el ceño al darse cuenta de que me estaba riendo.

― ¿De qué te ríes?―cuestionó sonrojado. Sus ojos marrones junto a su cabello negro y sus mejillas rosadas por la vergüenza lo hacían ver demasiado tierno.

¿Qué estoy pensando? Él solo es un paso más para completar mi venganza contra la maldita de Scarlett.

Alcé la mirada ya que él era más alto que yo― De nada―contesté con una sonrisa burlesca en mis labios.

Me voltee lista para salir de su cuarto, pero su mano agarró con fuerza mi brazo impidiendo mi salida.

― ¿Qué quieres ahora?―cuestioné― Si no lo sabes, tengo cosas que hacer chico.

―De hecho, yo también tengo cosas muy importantes que hacer. Como…no sé por ejemplo: Estar con mi familia y decirles que una loca me secuestró.

―Pues qué pena porque no saldrás de aquí en mucho tiempo. ¿Algo más?

―Mira, estoy en mi último ciclo de la universidad, quiero seguir estudiando. No quiero reprobar, me gustaría graduarme con honores― contestó mirándome fijamente.

Alcé las cejas― ¿Me estas pidiendo que te deje seguir yendo a la universidad?

Asintió.

―Bien, pues mi respuesta es un rotundo: NO― sonreí de medio lado, observé por un momento su rostro de impotencia.

No podía dejarlo ir a la universidad, si lo permitía, sé que Scarlett no dudaría y se lo llevaría apenas pise un pie fuera de mi mansión. Pero por otro lado, mi querido Dylan tenía razón, sería muy injusto no dejarlo ir a estudiar. Él no tiene nada que ver con mi venganza, solo es la carnada.

― ¿Por qué me miras así?― cuestionó alejándose unos centímetros de mí.

― Bueno, estaba reconsiderando tú pregunta y lo que podría hacer, es que si vas, tendrían que ir y venir directamente hacia acá. Nada de salidas, ni conversaciones con amigos. Sales y vienes.―chasquee mis dedos― En one.

Me miró sorprendido, a decir verdad, yo también lo estaba de mí. Ni en mil años me podría imaginar haciendo una cosa como la que estoy a punto de hacer. Hay un dicho que dice “Quien no arriesga, no gana” y en este momento me estoy arriesgando.

― ¿Y mi madre? Se preguntará por que su hijo va a la universidad y no regresa a su casa.

Crucé mis brazos― No te preocupes, ya me encargué de eso.

En la mañana hablé con Drake y le informé que hablara con la estúpida de Melanie. El día anterior Julieta me alcanzó la información restante de Dylan y su familia, resulta que Melanie era la hermana de Scarlett. Ya decía yo que la perra no podía dejar a cualquier persona a cargo de su cría. Y Jack, pues ese imbécil no es más que otro mafioso hijo legítimo de Melanie y Peter.

Me agarró fuertemente del brazo― ¿Qué le hiciste a mis padres?― inquirió hablando entre dientes.

Sonreí de medio lado― Nada que ellos no hayan hecho― tomé con la mano libre su muñeca apretándola en el acto. Gimió de dolor.― Ahora, no quiero que nunca más vuelvas a agarrarme de esa forma. ¿Entendido?― quedó mirando fijamente mis ojos. Apreté más fuerte su muñeca para que me respondiera.

― Entendido― murmuro molesto.

Sonreí satisfecha y salí de su cuarto azotando la puerta. Bajé las escaleras y me dirigí hacia la puerta principal.

Escuché ruido de golpes, abrí la puerta y me encontré con todos mis hombres peleando contra el equipo de la rubia presumida ―que eh de admitir, eran demasiados―

Rápidamente saqué el arma de mi chaqueta y empecé a disparar. Algunos se abalanzaban contra mí pero sabía defenderme muy bien.

Le tiré un puñete al sujeto que estaba sosteniendo mi brazo con rudeza, al ver que lo tiré al piso, sonreí de medio lado y le disparé en la cabeza.

Escuché un jadeo atrás mío, voltee y apunté a la persona que estaba ahí. Dylan me miraba entre sorprendido y asustado.

Suspiré aliviada al darme cuenta que seguía con vida, no sabía que iba a hacer sin él. Dylan era demasiado importante en este mundo, el hijo de la gran Scarlett.

Quien lo encontraba, tenía su futuro asegurado. Pero yo no lo necesitaba para mi futuro, lo necesitaba para algo peor.

Agarré su mano, subimos a el segundo piso de mi mansión; lo guíe hasta mi oficina donde cerré con llave apenas entramos.

Dylan soltó mi mano y se cruzó de brazos haciendo que los músculos de sus brazos resalten. No era una persona fornida, pero tenía que admitir que era guapo.




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