Prólogo

Cogí mi mochila, me despedí de un beso en la cara de mí madre y salí a reencontrarme con mi primo que me esperaba para irnos a un día más de Universidad.

-Tengo prueba hoy-me dispuse a contar- no he dormido nada, pero me siento totalmente preparada para ella. ¿No se notan mis ojeras?-

-¡¿Qué ojeras?!- rió, hice lo mismo

Él estudia tecnología médica, cursa tercer año y le va mejor que a mí, por lo que siempre me ayuda a organizar mis deberes con los videojuegos y salidas a explorar. Yo escogí ingeniería, curso cuarto año ya, me ha resultado difícil pero no está imposible, solo hay que poner la parte de uno, que es importante y estudiar mucho, en realidad practicar no más muchos ejercicios.

Solo nos queda unas cuadras para llegar a destino, cuando siento presión en ambas manos y me apoyan en el suelo. Solo le veía los pies a mi primo en el aire, de seguro lo tienen aprisionado del cuello.

-¡Pero qué mierda!- fue lo único que dije

-¡Tran... tranquila!- me dijo él

No estaba enloqueciendo, estaba asustada pero tranquila, no podía hacer mucho ni forcejear si me tenían en el suelo. A parte no entendía nada, no sé qué ajustes de cuentas es esto.

-¡Cállate!- le gritó uno y lo abofeteó, escuché solo el golpe

Nos llevaron manteniendo presión a una camioneta, donde al abrirse la puerta nos tiraron ahí encerrándonos y llevándonos quizá quién sabe dónde. Al sentirme asustada, lo abracé y me confortó en sus brazos.

Más tarde, nos bajaron a la fuerza, conduciéndonos por un pasillo estrecho y largo hasta una habitación donde nos metieron ahí, en ella habían tres chicos más, uno de ellos nos apuntó el camarote indicándonos que era nuestra cama, las únicas camas disponibles en aquel cuarto.