El jueves había llegado más rápido de los que parecía. Me había levantado a eso de las 7 de la mañana, me había duchado, cambiado y desayunado para ir al colegio. Mi papá era la persona que se encargaba de dejarme allí y luego él se iba a trabajar.
Al llegar divisé a Lucas y Nacho, que ya me habían visto, caminando hacia mi, me saludaron y juntos nos adentramos al colegio. Estos días no tuve mucha oportunidad de estar con ellos, básicamente pasaba todas las mañanas junto a Simón, a decir verdad nos habíamos comenzado a hacer amigos y eso me agradaba muchísimo.
Yo decidí ingresar al aula y ellos se quedaron afuera haciendo tiempo. Observé mi banco vacío, Simón aún no había llegado, que extraño, pensé. Lo que si me tomó por sorpresa fue encontrar a una persona al final de la fila contra la pared, que siempre solía llegar tarde a clases.
Cuando escuchó mi murmullo de Buen Día a los que estaban en el aula, que eran cinco personas, levantó su vista y me miró. Por un minuto no pregunten el porque, solo podía quedarme mirándolo como si me hubiese hipnotizado, como si solamente estuviéramos él y yo dentro de esa aula, después de eso me sonrió y yo pude volver a mi estado natural. Me dirigí a mi banco y me senté.
Saqué mi agenda, cartuchera y comencé a anotar algunos que otros pendientes que tendría que hacer la semana siguiente, cuando de pronto escuché el rechinar de una silla del fondo, unos pasos que se acercaban y de nuevo una silla que rechinaba, pero en este caso era la que se encontraba al lado mío.
— Hola rubia, ¿qué hacías? — ah, con que ya tenía un apodo para mi.
— Nada que te interese Cameron. — dije, sin apartar la vista de mi agenda.
— Pues si me interesa — dijo sacándome mi agenda de las manos. — recuerda que tenemos un trabajo por hacer de química y no quiero desaprobar por tu culpa. — reí.
— Aún no nos dieron la fecha, tranquilo nerd. — respondí, sacándosela de sus manos.
— ¿Con qué nerd eh? — preguntó sonriendo y yo no pude no hacerlo.
— Y si, no creí que te preocuparas tanto por sacar buenas notas. — rio.
— Pues... a veces si. — admitió. — ¿Qué tenemos aquí? — preguntó tomando de nuevo mi agenda.
— Es mi agenda Cameron, dámela. — comencé a tirarme sobre él para poder alcanzarla, pero era imposible, me la alejaba cada vez más. — Estoy organizando mi próxima semana, las cosas que debo hacer.
— Aquí no veo ninguna tarde reservada para mi. — dijo volviendo a apoyar la agenda en el banco.
— Y pues porque no la hay. — dije.
— Auch. — dijo dolido, yo reí. — Dame eso. —señaló mi lápiz y se lo tendí. Unos minutos más tarde tenía anotado en el Viernes, el único día que me quedaba libre de la semana que viene un "Tarde con Cam❤️ (no olvidar 😉)" — Listo, ahora tienes toda tu semana completa. — me dijo con una sonrisa y yo miré a los ojos por primera vez desde ese encuentro hace un rato.
— No lo creo Cameron. — dije quitándole la agenda y cerrándola.
— ¿Por qué Emma?— me miró sin entender.
— Seguramente te olvidaras o tendrás otras cosas que hacer un viernes por la tarde. — escribía en su celular mientras yo le hablaba.
— Si ya tengo algo que hacer... — me mostró su celular y ahí estaba... "Tarde con Em💛, no olvidar", reí.
— Con una condición. — admití.
— La que quiera señorita. — dijo de manera caballerosa.
— Va a ser una tarde de estudio. — su mirada de esperanza se apagó.
— Lo veremos... — dijo.
— Cameron... — lo regañé.
— Esta bien, tarde de estudio. — estrechamos las manos y una mirada de derrota apareció en sus ojos.
No nos habíamos percatado de que ya la mayoría de alumnos se habían sentado y acomodado en sus bancos, por último nos despedimos con Cam y él se dirigió a su mesa.
Unos minutos más tarde Lucas, Nacho, Sara y Ámbar entraron por la puerta y se sentaron en sus respectivos lugares, obviamente Ámbar con Cameron, aún no entendía porque me molestaba eso, eran amigos, novios, amigos con derecho, amigovios, quien sabe. Lo que si sabia era que un nuevo sentimiento estaba surgiendo dentro de mi pero aún no sabía con exactitud cual era.
******
Eran las 6 de la tarde del viernes, me encontraba llorando hacia media hora a causa de un libro que acababa de terminar de leer. Había decidido ir a bañarme para relajarme un poco, pero les soy sincera que no me había servido.
En el momento en que estaba por comenzar a secar mi pelo, dos sonidos de notificaciones hicieron que deje las cosas donde estaban y vaya a buscar mi celular. Era un mensaje de Lucas... y uno de Cameron... decidí abrir el de Lucas.
Lucas: Hola Em, vamos a ir hoy al cine con los chicos, te gustaría venir?
Emma: Holaa, si claro. A que hora?
Lucas: Genial, a las 8, nos encontramos en el cine, vamos al Cinemark de Puerto Madero.
Pensé antes de responderle el mensaje, debería aprovechar la situación para invitar a Simón, así comienza a salir con los chicos y poco a poco va recuperando su relación.
Emma: Okey. Hay algún problema con que lleve a un amigo?
Esperé su respuesta impaciente.
Lucas: Puedo saber de quien se trata?
Emma: Simón.
Lucas: No, por mi no hay problema.
Emma: Okey, gracias Lucas. Nos vemos.
Lucas: De nada Em.
Cerré el chat y recordé que Cameron también me había mandado un mensaje.
Cameron: Queres que vayamos al cine juntos?
Cameron: digo... porque... no tienes auto, y así no molestas a tus papás.
Fue un lindo gesto de su parte pero seguramente iría con Simón, hablando de eso debía de avisarle, sino me mataría.
Emma: Gracias Cam, pero ya tengo con quien ir.
Cameron: Okey, nos vemos.
Bueno, eso había estado bien. Aunque no entendía porque teniendo a Ámbar se enfocaba en estas cosas conmigo, pero bueno, ya lo descubriría. Por último le mandé un mensaje a Simón.
Emma: A ti y a mi, querido amigo nos han invitado hoy al cine, a las 8 en el Cinemark de Puerto Madero. Ven en una hora a buscarme.
Simón: Okey señora mandona, nos vemos más tarde.
******
Cuando terminé de prepararme ya eran las 8 menos 10. Me había puesto unos jeans azules, un buzo amarillo pastel, ya que había comenzado a refrescar un poco estos días y por último unas zapatillas blancas. Solamente me había colocado corrector, polvo y rimmel, no era muy fan del maquillaje sinceramente.
Cuando baje mi papá se encontraba en el living, estaba mirando un programa de basketball en la televisión, me acerqué y lo saludé.
— Hola pa.
— Hola Em, que linda que estas, ¿a dónde vas?
— Ay papá, estoy normal. — reí. — Iré con Simón y los chicos al cine, Simón viene a buscarme.
— Okey, diviértanse. Cuídate.
— Si pa, te quiero.
Justo en ese momento la bocina del auto de Simón sonó, saludé a mi papá y me fui.
Cuando llegamos, encontramos lugar para estacionar a un par de cuadras y fuimos caminando hasta el cine.
Nacho y Lucas se encontraban parados en la entrada esperando a los demás, nos acercamos y los saludamos.
— Las chicas ya están viniendo. — dijo Nacho.
— ¿Y tú como sabes? — dijo Lucas mirando con curiosidad a su amigo.
— Me dijo Sara, me pidió que no nos comamos todos los pochoclos.
— Claro, claro. — dijo Lucas "creyendo" su excusa. Simón y yo reímos.
Unos minutos más tarde Sara y Ámbar habían llegado. Nos saludaron y se fueron hacia el baño.
Por último llegó Cameron caminando desde el lado contrario a donde nosotros habíamos dejado el auto.
— Hola chicos, Rubia — dijo. Lucas lo miro con cara rara pero no omitió palabra.
— Hola. — saludaron todos.
— Bueno vamos a comprar las cosas. — dijo Lucas y todos lo seguimos.
Compraron 7 entradas para una película de terror, cómo no... Esto ya había empezado a no gustarme, sinceramente no era muy fan de ese tipo de películas.
Cuando fuimos a comprar las golosinas Cameron se me acercó.
— Bueno, qué quieres comer? — me preguntó.
— No voy a dejar que pagues — le aclaré.
— Y yo solamente te pregunté que querías, tienes que pedir, sino que vas a pagar? — comencé a reírme, que tonta pensé, Cam también rio.
— Pochoclos.
— Okey, y para tomar?
— Coca. — me sonrió y se dio vuelta para pedirle a la chica.
— Hola, me das un balde de pochoclos dulces y dos cocas.
— Okey. Las quieres quieres agrandar por $20 las bebidas? — Cam me miró y yo negué con la cabeza.
— Una si, y la otra no. — respondió finalmente.
— Okey. Son $570. — le di la mitad a Cameron y pagó.
Yo agarré el balde y él las dos bebidas. Entramos al pasillo donde estaban las salas, antes de entrar a la nuestra Cameron me detuvo.
— Oye, puedes llevarlo tu, voy al baño y vuelvo. — me dijo.
— Okey, dame. — no pregunten cómo pero pude llevar el balde y los dos vasos de gaseosas con solo mis dos brazos.
Cuando entre a la sala ya se habían acomodado todos. Estaban de derecha a izquierda: Ámbar, Sara, Nacho, Lucas y Simón.
Por lo que decidí sentarme al lado de él.
— Wow, creo que necesitas un poco de ayuda. — me dijo y reí.
— La verdad es que si. — Simón tomó las dos bebidas y una la colocó.
— ¿Dónde pongo la otra? — me preguntó.
— Déjala aquí, seguro ahora Cameron la viene a buscar cuando vuelva. — por fin me pude sentar, enganché mi cartera entre mi asiento y el otro en el que no había nadie.
— Okey.
Los avances habían comenzado, Cameron apareció y se sentó a mi lado
— Oye, tu no deberías ir allí.— comenté en voz baja y señale al asiento al lado de Ámbar.
— No, prefiero estar aquí. — rio. — además.. sino te comerás todos mis pochoclos. — reí.
La película comenzó y quedamos todos en silencio. Estuvo bastante buena a decir verdad, si pegué varios saltos del susto y Cameron se rio por eso, pero luego me tranquilizo haciéndome reír con algunas bromas que hacía de los personajes. Nos habíamos terminado todos los pochoclos, nunca me había sucedido esto con el balde.
Cuando terminó salimos comentando sobre la película y riendo sobre los sustos que nos habíamos pegado, por suerte no había sido la única.
Al salir habían dicho de ir a comer a algún lugar de comidas rápidas pero la verdad es que estaba bastante llena a causa de los pochoclos.
Cameron también dijo que se tenía que ir, que debía levantarse temprano mañana, me pregunto si quería que me llevara y acepté. Me despedí de Simón y le pedí que me avisara cuando llegara a su casa, me dijo que si, que me quedara tranquila, estaba muy feliz por él había estado entablando relación junto con Lucas y Nacho, y poco con Sara. Ámbar como no, se nos había quedado mirando de la mala manera, obviamente no le gustaba nada que yo tenía que volver con Cameron, pero bueno, él había sido quien me había insistido.
En el camino hasta buscar el coche de Cam, hablamos sobre la escuela y el trabajo de química. Habíamos quedado en reunirnos una hora, por lo menos tres veces a la semana para poder empezar a hacer el trabajo, nos íbamos a juntar en un Starbucks que quedaba cerca del colegio, debido a que él después debía irse a entrenar, jugaba fútbol, junto a Lucas y Nacho, por eso el primer día fue que Lucas se había presentado en dirección, para que le cambiasen algunas clases, ya que sino debía faltar al entrenamiento y su profesor no se los permitiría.
Aunque no me creyeran no hablamos ni una palabra en el trayecto a mi casa, parecíamos como dos niños que no sabían que decir.
Lo único que hice cuando llegamos fue inclinarme hacia él, darle un beso en su mejilla, agradecerle y salir del auto.
Cuando entré, saludé a papá y a Lucas, que estaban en el living sentados hablando y me dirigí hacia mi habitación.
Abrí mi cartera y vi que tenia $285 sueltos en la misma. UN MOMENTO, yo le había dado esa plata a Cameron para que pagara los pochoclos y las bebidas, ¿por qué estaba en mi cartera?
La respuesta no tardó en llegar. Mi celular sonó, un mensaje, lo abrí, era de Cameron.
Cameron: obviamente no iba a dejar que pagaras, yo invité, que descanses😘
No me lo podía creer.