Al Ritmo de la Química

CAPÍTULO 31. Juntos

La mitad de la semana ya había transcurrido. Aún nos quedaban unos días más antes de volver a casa, Cameron y su familia me llevaron a conocer los lugares que restaban como el centro de Pinamar y de Pinamar Norte, y el de Valeria Del Mar, aunque era el más chico de todos.
Las mañanas después de desayunar solíamos salir a caminar con Cam, algunas veces íbamos por la playa y otras por las calles, ya que era un lugar bastante tranquilo.
Algunas tardes Nati, Camilo, Emily y Mateo se iban al centro de Pinamar a merendar y a llevar a Emily a los juegos, lo que nos dejaba la casa completamente sola para nosotros.
Habíamos usado el jacuzzi, visto películas y hecho pochoclos, también habíamos jugado guerra de almohadas, y hasta una tarde habíamos salido al parque bajo la lluvia, razones por las que aún seguía con resfrío y mocos.
******
Era viernes por la tarde, nos encontrábamos en el Center Play junto a Emily, mientras Camilo, Nati y Mateo se encontraban en Havanna tomando un café.
— Voy primera. — grité. Estábamos jugando al Daytona, un viejo videojuego de carreras de autos. Cada uno estaba sentado en una butaca distinta.
— Eso ya lo veremos. — dijo Cam con una sonrisa pícara. Había descubierto estos últimos días que Cameron era bastante competitivo en los juegos y la realidad era que yo tampoco me quedaba atrás.
— No llego a los pedales. — dijo Emily enojada y ambos comenzamos a reír, se lo habíamos dicho antes de empezar a jugar pero había insistido en que le pusiéramos las fichas igual. 
— Cuando terminemos vamos a otro juego. — le dijo Cam a su hermanita para calmarla.
— ¿Cuantas vueltas faltan? — preguntó la pequeña levantándose de su asiento y parándose en medio de nosotros dos.
— Solo tres. — dijo Cam serio y reí por lo bajo, aún faltaban como diez en realidad.
Después de jugar en un par de juegos más fuimos de nuevo hacia la cafetería para reencontrarnos con los papás de Cam y volvimos hacia la casa.
Estaba recostada en la cama cuando Cameron entró.
— Rubia abrígate que vamos a la playa. — dijo acercándose al otro lado de la cama, se quitó las zapatillas y se puso las crocs con medias. Se dio cuenta que lo estaba viendo y posó. — Estoy fachero ¿verdad? — reí. — Y por cierto, ponete una malla. — lo miré incrédula. — Uno nunca sabe lo que puede pasar. — dijo encogiéndose de hombros. Finalmente él sonrió, con una mirada cómplice. Hice lo que él me dijo y me cambié.
En su mochila guardamos unas toallas, dos buzos por si acaso, unos paquetes de snacks, una lona y dos botellitas de agua.
Antes de salir Cameron volvió a su habitación y buscó su guitarra. Aún no la había usado desde que habíamos llegado. 
Saludamos a sus papás y salimos de la casa. Emily había querido venir con nosotros pero tanto Camilo como Nati no la habían dejado, además de que al parecer esto lo había planeado Cameron para nosotros dos, solos.
La casa estaba ubicada a cuatro cuadras del mar, por lo que no teníamos que caminar tanto para llegar a la playa. Fuimos tomados de la mano, el día de hoy no estaba tan fresco como los anteriores.
Cuando llegamos a la playa no había absolutamente nadie, el mar estaba bastante tranquilo, casi sin olas. Eran alrededor de las cinco y media de la tarde.
Decidimos armar nuestro mini campamento, pusimos la lona sobre la arena, apoyamos la mochila y dejamos nuestras crocs ahí, caminamos hasta el mar y mojamos nuestros pies.
— Está fría. — declaré.
— Tal vez. — dijo Cam y comenzó a quitarse la camiseta.
— ¿Que haces? — le pregunté confusa.
— Sostenme esto. — dijo dándome el celular y su remera, corrió hacia el mar y de un clavado se zambulló.
— Estas loco Cameron. — le grité cuando su cabeza se asomó.
— Loco de amor por vos. — gritó y automáticamente me puse bordo. — Ven, el agua esta increíble.
— No gracias, yo paso. — dije regresando a la lona, guardé sus pertenencias en la mochila y me senté. 
— Emma... — dijo caminando hacia la orilla. — No me obligues a que te vaya buscar.
— Por favor no. — comencé a decir. Cam salió completamente del agua, le entendí su toalla y se secó.
— Está bien, pero levántate. — dijo.
— Cam...
— No te haré nada, lo juro. — finalmente estiré mis brazos rendida y me ayudó a levantarme del suelo. Me atrajo hacia su increíble cuerpo y me abrazó. Respondí a su abrazo aunque estaba completamente mojado, apoyé la cabeza en su pecho y cerré mis ojos. — Gracias por aparecer en mi vida rubia. — dijo, abrí mis ojos y me separé lo más mínimo para poder mirarlo a los suyos. — Te amo. — soltó y me quedé completamente helada, no esperaba que dijera esas palabras en ese momento.
Esas palabras significan tanto que si las usabas mal podía ser el peor error de tu vida. En ese instante en el que quise responderle que sentía lo mismo, tomó mi rostro entre sus manos y me besó.
Me besó como él sabía que me encantaba, lento y dulce. Pero rápidamente ese beso comenzó a convertirse en uno más fogoso y pasional. Realmente nunca me había sentido así, en mi vida. Mis hormonas se revolucionaron más y más a medida que el beso se iba intensificando. 
Una cosa llevó a la otra, rápidamente estaba sin mis shorts, ni mi buzo, quedando solamente con mi malla enteriza negra.
— Lo siento. — fue lo último que escuché pronunciar de sus hermosos labios y luego todo sucedió en un par de segundos. 
Cameron me levantó, colgándome en su hombro, comencé a patalear para zafarme pero no hubo victoria alguna. El sonido del mar se oía cada vez más cerca y fue lo último que escuché antes de terminar dentro de el. Cuando salí a la superficie comencé a toser, no tenía la menor idea de cuanta agua salada había tragado y tampoco quería saberlo. Cameron salió y comenzó a reírse, lo cual provocó que me enojara o más.
— Eres un idiota. — le grité sin dejar de salpicarlo. Él comenzó a acercarse cubriéndose los ojos para que no le entra el agua salada.
— Ya basta. — dijo riendo y sujetando mis brazos. Enredé mis pies alrededor de su cintura y una sonrisa sexy apareció en su rostro. — Eres hermosa. — dijo mientras acomodaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. — Realmente hermosa...
— Te amo. — solté finalmente. No había podido decírselo antes y por eso aproveché ese momento. 
— Te amo mucho más, rubia. — dijo y me perdí en sus dulces labios.
******
Después de haber estado un rato en el mar salimos y corrimos hasta llegar a la lona. Le pasé la toalla a Cameron que ya estaba húmeda, y luego tomé la mía. Nos secamos, nos pusimos nuestros buzos, aunque el mío se humedeció debido a que la malla estaba empapada.
Ambos nos sentamos en la lona, frente a frente. Recogí mi cabello en un rodete alto, saqué los paquetes de snacks y las dos botellitas, mientras Cameron agarraba el estuche de su guitarra, lo abría y la sacaba. Abrí los paquetes, tomé un par de papas y Doritos y comencé a comer.
El morocho afinó un par de cuerdas y comenzó a tocar. Volver a escuchar las notas de Imagination hicieron que los pelos se me pusieran de punta. Automáticamente escuchar esa canción me hacía volver el tiempo a esa tarde, en casa de Cameron, donde todo comenzó, donde nuestra historia comenzó.
Y aquí, meses después nos encontramos juntos, como pareja, sin que nada ni nadie nos derribara, porque juntos, éramos aún más fuertes.
Pasamos una hora cantando canciones de distintos artistas y géneros. Habíamos visto juntos como el sol desaparecía para darle paso a una hermosa noche llena de estrellas.
Amaba los lugares descampados, donde podías apreciar la belleza de la naturaleza en su máximo esplendor, era algo realmente increíble.
Nos recostamos en la lona uno junto al otro, abrazos y haciéndonos caricias. Después de un rato de estar así, Cam habló.
— ¿Te parece si volvemos? — preguntó.
— Me quiero quedar acá. — admití.
— Yo también y sabes que sería capaz de hacerlo. —dijo y asentí. — Pero sino mis papás se van a empezar a preocupar y nos van a salir a buscar con la policía incluida. — terminó y reí. Nos levantamos finalmente, recogimos las cosas y volvimos a la casa. Al llegar saludamos a los papás de Cam, que aún seguían despiertos, tomamos una ducha y nos dirigimos a la cama directamente.
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.