Al Son de Jazz

Capítulo 1

 

 

 No estoy nerviosa. No estoy nerviosa .No estoy nerviosa

Lo llevaba repitiendo en mi cabeza desde que salimos de casa. No tenía porque estar nerviosa, tenía todos  los conocimientos necesarios. ¿Verdad? Pero nadie me puede decir nada, mientras estaba  fuera del edificio viendo como entraban en multitud  hombres y mujeres en elegantes trajes.

Un semestre.                                                     

Solo me faltaba un semestre.

Tengo que entrar pero me siento como una piedra. No entiendo ni por qué estoy nerviosa

—¿Piensas entrar o adornaras la entrada como florero? —la voz de Mario me saco de mi cavilaciones.

Asiento lentamente. Debo entrar.

Bien Jessie, eres una mujer independiente ,a un paso de empezar el final de una etapa. Carajo mis emociones no ayudaban mucho.

—¿Te encuentras bien?

—Sí, si solamente estaba pensando .

—En que si se puede saber.

—En que hare con mi vida después de la universidad.

—Pues trabajar ¿qué más?

Lo miro mal—:No me refiero a eso idiota, sé que tengo que trabajar, y ya trabajo por sea caso—se ríe— a lo que me refiero es a que…

—A que tienes miedo de lo que te depara el futuro.

—Eh. Bueno si…no…no sé. A lo que me refiero es que no quiero tropezar, pisar en falso.

—Cariño la vida está llena de tropiezos y esos son los que en algún momento te van a servir de enseñanza. —suspira y después sonríe —vamos cobardica  entra ahí. Las prácticas son divertidas.

—Tu nunca has hecho pasantías empresariales—replico.

—Es verdad, pero igual son divertidas—dice burlándose de mí.

Idiota.

—Adiós. —Me da un beso en la frente

—¿Te paso a recoger? —pregunta caminando hacia su auto.

Antes de que entre a su auto le niego.

Agarrar el toro por los cuernos Jessie

Camino decidida hacia la puerta cuando algo se interpone en mi camino con rapidez haciéndome chocar y caer de culo.

— ¡¿No ves por donde caminas idiota?!

—Lo siento señorita, déjeme …—me agarra de la cintura y el brazo para ayudarme a levantar—¿Se encuentra bien?

Alzo la cabeza para observarlo. Y no puedo evitar la mirada de incredulidad que reflejo y reflejan hacía. El tipejo imbécil.

—¡¿tú?! —replicamos al unísono

Su cara pasa de incredulidad a enojo. Me suelta y luego me mira de arriba abajo mientras que aun yo no puedo comprender como es que me llegue a topar con él en una situación como esta. Se va caminando hacia las puertas giratorias donde se pierde en la multitud.

Espera. Él se dirige al mismo sitio que yo. Él trabaja aquí. Gruño internamente. Espero no encontrármelo.

Bien, ahora sí.

Camino derecho e ingreso inmediatamente la cantidad de gente me abruma, voy hacia la recepción, donde está un joven en el teléfono.

Espero a que termine su llamada y digo—: Buenas, disculpe soy Jessie Brown , pasante quisiera saber a donde tengo que ir para…

—Los pasantes tienen que esperar a que venga la administradora de recursos humanos, ella les va a decir que hacer y le va a entregar su credencial. —dice antes de que pueda terminar. Sus ojos me examinan de arriba abajo y después sonríe. Con su mano señala hacía varias filas de asientos donde hay varios jóvenes sentados vestidos con trajes grises.

—Gracias. —susurro antes de acercarme a ellos. Me siento en la última fila observándolos, no hablan entre ellos. No parecen nerviosos .Observo su vestimenta y observo la mía. Los varones están con camisa blanca, pantalones  y saco grises con corbata .Las mujeres los mismo solo en vez de pantalón tiene falda lápiz y no tienen corbata.

Vuelvo a observar mi ropa, el negro y rojo destacaban entre tantos grises.

—Buenos Días, comenzare a nombrarlos por especialidad, así que estén atentos no repetiré. —la voz gruesa resonó en  el piso y eso que la señora era de estatura pequeña.

Vestida con un vestido negro y chongo en la cabeza. Se la veía muy estricta y no por la vestimenta sino por la expresión seria, muy seria de su rostro.

Comenzó a nombrar a varias personas que se pusieron de pie, entregándoles sus credenciales y les indicaron a donde tenían que ir.

—Jessie Brown—llamó, me levante enseguida y me dio la credencial donde venía mi foto, una foto tomada para el ID de la Universidad. Estaba  fea.

Suspiro y nos indica que la sigamos, en un grupo de 10 personas subimos hasta el antepenúltimo piso. Entramos por puertas dobles a un ambiente muy tecnológico. Hay unas cuarentas Macs ,  algunos dos por personas, se mueven rápidamente. Los dedos de cada uno de ellos teclean demasiado rápido. Detrás de ellos hay una pantalla gigante apagada.



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En el texto hay: baile, drama, amor

Editado: 04.12.2018

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