Al terminar el otoño

Capítulo 13

Maximiliam Snyder 

Borro un renglón más de mi escrito, no sé cuántas veces he repetido esta acción, el ruido de la casa de Hannah no me permite concentrarme en el guión. Me han dado menos de una semana para enviar la muestra corregida y no lo logro culminar el extracto. 

—¡Mira papá, mira somos momias! 

Le insiste Grace a Iverson terminando de envolver con papel de baño a Carly frente a su habitación viendo como él sale de una puerta tras otra sin detenerse en ellas.

—¿Mamá revisas mi tarea de artes? —noto Samantha siguiendo a Hannah quien busca escapar del ruido atendiendo una llamada por toda la casa.

—¿Hannah has visto mis partituras? Juro que esta mañana las dejé listas sobre el piano en la estancia —pregunta el trastornado con complejo de niño incapaz de encontrar algo por sí mismo.

Sam sale de otra puerta detrás de mí hermana insistente con su dibujo. 

—Mamá revisa mi tarea, me dejaron hacer un collage de mi pasatiempo favorito —Continúa persiguiendola con su cuaderno—. Mira lo adorne con recortes que hice con esas bonitas notas que tenía papá sobre el piano. 

Cada uno trae su tema volviendo un torbellino la casa. No hay una sola habitación donde haya paz y pueda hacer algo decente para esa única producción que por lo menos sí ha respondido mi correo.

—Sam, cariño estoy ocupada, dile a tu padre.

Como invocación vuelve a aparecer tintineando las llaves de su auto.

—Debo irme, en menos de cuarenta minutos tengo un ensayo, tenía que mostrarle mis nuevas creaciones a mi equipo, pero no sé donde están.

—¿No las habrás dejado en el auto? —le reprocha Hann apartando el celular de su cara.

Resopla fatigado colocandose una gorra. 

—Bien revisaré, por cierto me llegó un correo más del director en Zuathella. 

—Cariño son más de doce horas conduciendo, ¿Por qué aceptaste?

—Porque son estúpidamente ricos. Pagarán mi comisión completa más el traslado y hospedaje. ¿Por qué no vamos juntos? 

Me dejo caer en el camastro mientras las niñas nadan cerca en la alberca del parque acuático. Hannah sabe que el mar no es precisamente de mi agrado. Ella lo ama, para mí solo huele a peces. 

Ni siquiera sé nadar y es difícil quitarse el sabor de la sal. Pues dentro intento enjuagarme la sal de la cara con más agua del mismo mar y es cuento de no acabar.

Observamos a Sam enseñar a sus hermanas a dar pequeños clavados desde el escalón más bajo. Es la mejor hermana mayor, Hannah me dejó ir con un empuje de un tobogán de cinco metros de altura sin avisarme a los tres años. 

—Que bueno que no es una potencial asesina como tú.  

Ella ríe muy fuerte colocándose más bloqueador. 

—¿No piensas superarlo, Max?

—¿Te parece que lo he hecho? 

Bromeo negando al sentarme erguido bloqueando las miradas sobre mí, la gran mayoría de personas se me quedan viendo, y así ha sido desde que regresé hace dos meses, incluso hace una semana nos negaron el acceso a un restaurante. ¿Dónde será bienvenido un estafador?

—¿Ya ha fluido mejor el guión? —pregunta desviando mi atención de los curiosos.

—Estoy por cortarme un pie. Creo que no. 

—Los bloqueos creativos son normales.

—Es el segundo guión que me rechazan en seis producciones diferentes. Nunca me habían rechazado uno, de correcciones no pasaba.

—Ambos sabemos porque es, tus ideas siempre son muy originales hermanito. Has creado series muy exitosas —juega mi mejilla hasta que duele—. Eres de los talentos más grandes que ha dado Arias.

—Por culpa de esos imbéciles todo se arruinó.

—Sabes que Mónica te ha ofrecido… —la quemo visualmente.

—Prefiero ser parte de la solución no del problema.

—Puedes ser parte de mis sesiones, montar nuestro estudio fotográfico y….

—¿Hundir con mi presencia tus esfuerzos? Yo paso.

—Max —me rebate el pesimismo.

—Me arruinaron la existencia, hicieron que pasara mis últimos cuatro años huyendo sin poder dormir tranquilo. Y no es como que a mi regreso la vida estuviera igual. 

—Las niñas y yo te queremos igual. 

—Carly y Grace ni me conocen. 

—Eran muy pequeñas, dales tiempo.

La sombra de una persona nos cubre de paso. Es Louis quien ha llegado y nos pasa por enfrente yéndose de largo hasta las niñas, siempre ha sido extraño, ¿pero quien viene a la playa con sudadera y deportivos?

 Se queda a la orilla de la alberca para niños mirando de cerca a sus hijas. 

Siento que oculta algo, pero no sé que es. ¿Habrá participado en luchas clandestinas y no quiere que lo reconozcan o por qué se cubre? Además tiene una cicatriz en el pómulo izquierdo por la cual obviamente no le pienso preguntar. 



#1026 en Novela romántica
#351 en Otros
#141 en Humor

En el texto hay: romance, comedia humor, diferenciaedad

Editado: 01.08.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.