-Hueles horrible niño-No se si fueron sus palabras, o la expresión de asco lo que me hizo sentir como basura en ese momento. Tal vez puedan pensar que debería estar acostumbrado a escuchar esa clase de cosas, pero de alguna forma me encariñe a ese extraño sujeto pues había sido la única persona que aguanto mi presencia por más de 5 minutos. Eso fue lo que acrecentó mi dolor.
Alguna que otra alma generosa me había dado algo de dinero, siempre claro esta; cubriendo su nariz, haciendo alguna expresión ofensiva (adrede o inconscientemente), pidiéndome que me retire del frente de su tienda por que incomodaba a su clientela, y esas cosas. ya estaba acostumbrado a la repulsión de personas sin importancia para mi, sin embargo, este tipo era diferente.
Me retiré sin mediar palabra con él comiéndome el arma mortal que había sacado de un tacho de basura algunas cuadras de ese sitio. Vi con nostalgia frente a mi a una pareja jugando con su hijo, la felicidad en la cara de ese pequeño hizo retirar la vista de ahí, no por celos, más bien, por mantener mi ya débil estabilidad mental.
Di unas cuantas vueltas por el parque haciendo tiempo para que el sujeto sentado en mi cama se marchara, al llegar, este se había ido. Una extraña sensación de abandono me recorre el cuerpo junto a un frío que entumece mis dedos descubiertos, observé la hora en mi reloj (la torre del reloj en el parque) percatándome de que eran las 7:45p.m. tomé los periódicos bajo el banquillo que utilizo como sabanas y me arrope con la esperanza de que el siguiente día seria mejor....
Fue una mierda igual, o más grande que el anterior. No conseguí comida, una anciana grito mientras me acercaba para pedirle algo de dinero y un perro orino mis sabanas en lo que hacia lo anterior. Ya débil por el hambre y cansado de vivir, tomé asiento en ese banquillo de madera al que llamaba cama mientras algunas lagrimas recorrían mis sucias mejillas, dejando a su paso un camino donde se notaba mi piel limpia.
Varias horas espera que llegara el extraño sujeto de la computadora para de alguna manera, sentirme menos sólo, nunca llego. El sonido de algunos truenos alertó a las personas que apresuraban el paso para evitar mojarse. Comenzó a llover y yo sentado mirando a la nada me puse a pensar.