Estaba furioso. Habían pasado casi veinte minutos desde que mi padre entró a casa y leyó la nota que pensaba dejarle, sin duda esa fue una pésima idea; ahora me encontraba sentada en el sofá viéndolo dar tantas vueltas alrededor de la mesa ratona que dentro de poco abriría un agujero. Todavía no ha dicho nada, solo balbucea un poco tratando de encontrar palabras y cuando parece encontrarlas niega con la cabeza y vuelve a girar. Tampoco me da espacio para comenzar la conversación ya que desde el primer mínimo movimiento que hago él me sisea. De pronto se detiene del otro lado de la mesa y me mira de frente, tiene la mandíbula apretada, pero la afloja lentamente antes de comenzar a hablar.
—Alyna, sé que tienes un carácter complicado… creeme que lo sé, lo descubrí cuando tenías siete y entraste a mi taller para robar una poción crece-verrugas para dársela a esa niña que te robó tu libro. Pero de algo como eso a irte a quién sabe dónde, dejando solo una nota en la que cada palabra es una mentira y cito “Iré a visitar una amiga que se mudó a Hyridion hace casi un año” Alyna, tu única amiga es Tessa y ella vive a dos niveles de la arboleda. Así que solo lo preguntaré una vez… ¿A dónde te ibas y por qué? Soy todo oídos —Soltó de golpe y al finalizar se sentó a mi lado.
Traté de pensar alguna excusa, algo que sirviese de tapadera, pero sin duda no serviría. Sé que mamá me pidió que no le contase nada, y estoy segura de que no es porque no confíe en él, sino que no quería preocuparlo. Así que me levanté despacio y de uno de los bolsos saqué todo lo que venía en el paquete, la cara de confusión de mi padre era evidente.
—Lee esto, en este orden y vas a entender todo.
Tomó las cartas con clara confusión, su rosto cambiaba a medida que avanzaba, en determinado punto empezó a llorar y al terminar con su lectura me abrazó.
—De no ser porque reconozco la letra de tu madre creería que es una broma de mal gusto. Sé que ella te pidió que no me lo contaras para no preocuparme, pero ¿Irte en medio de la noche y dejándome solo una nota? ¿Cómo esperas que no me preocupe? Alyna, eres muy joven, esta responsabilidad es muy grande para ti, no vas a ir — Intenté protestar, pero el me calló y siguió hablando.
—Al menos no sola, iré contigo —sentenció.
Mi mandíbula cayó, mi padre era inventivo sí, pero para nada aventurero, era imposible que el pudiese hacer algo como esto, y se me ocurrió la excusa perfecta, aunque siendo sinceros no era una excusa, sino algo real.
—Papá aprecio que quieras cuidarme, pero hay mucho que considerar… Tú tienes tu trabajo, no puedes irte así como así, además, dentro de poco entrará en vigor el decreto del rey y si no te quedas cubriéndome podrían suponer que escapé para evitar cualquier tipo de represalia que el nuevo decreto pudiese imponerme— él levantó una ceja un tanto confundido preguntando sobre el decreto del cual estaba hablando, le expliqué todos los detalles y su rostro reflejaba autentico terror. Poco después estaba dando vueltas alrededor de la mesa nuevamente como pájaro enjaulado, decidí intervenir antes de que le diese un ataque de nervios.
—Sé que todo esto te preocupa mucho, a mí a la que más, por eso tengo que irme, no estoy segura de ninguna forma. Si me quedo, tendré que presentar la prueba y no tengo dudas de que fallaré y luego me matarán. Si bien el encontrar las gemas va a ser un reto y también tengo posibilidades de morir por lo menos lo haría intentando salvarnos a todos; tanto a Feirix como humanos. La reina Catalina dejó mucha ayuda, dinero, pasajes y hospedaje con personas de su confianza, creo que, si son dignos de ella, es suficiente para mí. La gema de Kalya la encontró mamá hace unos cuantos años, la guardó en la caja de música que le hiciste y dejó indicios para que solo yo pudiese entenderlo, después de todo, sabes lo hábil que soy con los acertijos. La próxima gema está en Hyridion, tengo la poción que me hará lucir como un Wiha y la pista de donde está. Papá… tengo que ir— Dije tomando sus manos.
—Está bien, pero hay ciertas condiciones. Ven conmigo.
Lo seguí hasta su taller en donde comenzó a hurgar en todas partes sacando un sinfín de cosas.
—De acuerdo, creo que es todo. Vas a ir, sin embargo, quiero asegurarme de que tendrás medios para defenderte. Lo que ves aquí son varios artefactos que vengo diseñando desde hace unos meses. Este reloj de muñeca es un generador de bombas, explosivas, de humo, pegajosas, fétidas, para una escapada eficaz, solo desliza hasta la opción que deseas, presionala o ejecutala con comando de voz y se materializará en la mano donde tengas el reloj – siguió- necesitaremos estar comunicados, pero sin ser rastreados, estos dispositivos nos permitirán mantenernos en contacto sin posibilidad de ser intervenidos, pero tienen localización, de modo que puedo saber dónde estás, solo por si acaso. Otro factor importante ¿tienes documentos falsos? — preguntó.
—No, supongo que es porque las pociones al hacerme cambiar de forma no se sabé como mutaré —respondí rascándome la nuca.
—De acuerdo, ingresa todos los datos en este aparato junto con una foto que puedes sacar en el momento e imprimirá un documento con toda la información falsa.
—Al ver todo esto no puedo evitar preguntar ¿Papá, en qué clase de negocios andas? todo esto suena muy ilegal —cuestioné.
—Descuida, no los vendo, solo son cosas que me dieron curiosidad luego de leerlas o verlas en la tele-espejo. Ahora volvamos, comeremos y luego a dormir. Mañana por la mañana te irás en el primer ferri, siempre es el que está más vacío.