- ¡ALICE! - Oh. Por. Dios No otra vez.
- Alice, juro que si no te despierta voy a tener que meter tu sucio trasero en la ducha ducha por mí misma, sabes muy bien que lo haré. - Abrí un ojo y vi a Anastasia mirándome con sus manos en sus caderas.
- Hola - Saludé con una media sonrisa y volví a cerrar los ojos.
- Es en serio, sabes que este metro setenta puede patear tu trasero cuando quieras, levántate. Nuevo día, nueva escuela, nuevos chicos ...
- Misma yo. - La interrumpí volviendo a poner mis sábanas en mi cabeza.
- Noo .. - Alargó con tono divertido sacando las sábanas de mi cabeza.
Maldito sea el día en que decidí vivir con mi mejor amiga.
- Nueva tú. No quiero negativismo, ni quejas. No quiero que mires mal a las personas y no quiero que estés de mal humor en las mañanas.
Pues creo que va a ser imposible cumplir tus requisitos, mi queridísima mejor amiga, ya que cambiaría mi manera de ser y como tú siempre dices "Si no te gusto, vete a la mierda". Finalmente caminé hacia el baño, Anastasia me siguió.
-Eso es aplicación a chicos con malísimo gusto, es decir, ¿A quién no le gustaría esta belleza? - Mientras abría la ducha, ella posó y la miré fijamente.
Tacones de aguja, que la hacían ver tres veces más alta, sus piernas eran largas y doradas.
Llevaba un vestido estampado con flores de todos los colores, el pequeño collar que le había regalado cuando nos hicimos mejores amigas y su pelo rubio estaba perfectamente ondulado. - ¿A la gente normal? - Ella me miró mal y salió del baño para dejarme ducharme.Quité mi ropa y la dejé en el cesto. Me conocí en la ducha y automáticamente me relaje.
Esto es bueno. Esto es realmente bueno.
Luego de quince minutos hermosos bajo el agua caliente, salí y me envolví una toalla en mi cuerpo y otra en mi pelo. Caminé a la habitación y vi a Anastasia maquillándose en frente del espejo. Le sonreí a través de él y ella arrugó su nariz.
- Eres una exhibicionista, puedes ir presa por eso.
- Claro que no estoy en mi propio departamento.-replique
Tomé unos jeans ajustados, una camiseta suelta con el número '23' que dejaba al descubierto la mayor parte de mi espalda y saqué la toalla de mi cabello. La dejé tirada en el suelo y me metí de nuevo en el baño.
-¡OYE! ¿Puedes dejar de ser desordenada por una vez en tu vida? Llevamos aquí tres meses y te he dicho más de mil veces que no neumáticos las malditas toallas en el suelo.
Reí mientras me ponía mi ropa interior limpia.
- No soy desordenada, iba a levantarla luego. Llevamos aquí tres meses y tú no puedes dejar de darme órdenes sobre cosas que haré dentro de cinco minutos.
-Pues espero que en cinco minutos esa toalla no esté en el suelo, porque yo no pienso levantarla.
Mentira Podría apostar a que ya lo había hecho.
Me sequé el cabello, me puse mi maquillaje liviano de todos los días (porque vamos, está bien que no estaba emocionado por el primer día, pero tampoco quería espantar a todo el mundo con mi cara de las mañanas) tomo mis medias y mi convers negras y me las puse. Tris ya había terminado y estaba tomando su rico desayuno.
Me acerqué a ella y tomé la tostada que estaba a punto de poner en su boca.
- ¡Vamos Alice! Sabes que no se juega con la comida de una chica.- Yo me encogí de hombros.
- Es robo a mano armada o comer helado en las mañanas, tú decides. ¿Acaso quieres que tu mejor amiga se convierta en una chica que desayuna helado? Porque eso arruinaría tu reputación.
Ella revoleó los ojos. Yo sonreí y tomé un vaso con jugo de naranja que ella me había servido.
- ¿Sabes todo de memoria, cierto? - Me pidió cuándo me envió en la mesa. Sus ojos azules resaltaban por el delineador negro que se había puesto y yo miraban fijamente.
-Sí Ana, no soy estúpida.- Ella me miró con una cara de obviedad y yo con una indignación. - ¡NO SOY ESTÚPIDA! - repetí. Ella arqueo una ceja.
Odio cuando hace eso. Yo no puedo hacer eso. Odio cuando la gente hace eso. Maldita sea.
- "Hola, ¿Qué tal director Franklin? Mi nombre es Alice Morgan y ella es Anastasia Cardoso. Aunque en realidad no sabemos si esos son nuestros verdaderos nombres ya que nuestros padres nos abandonaron, pero esos son los que formulaban en los documentos". - Anastasia las manos en un acto de rendición y miró su teléfono. - "Ambas tenemos 16 años, y estamos aparentando ser hermanas. Nos conocimos en el sucio orfanato en Los Angeles, pero ninguna viene de allí - reí - Bueno, no sabemos si no venimos de allí porque en realidad no tenemos la más puta idea de donde mierda venimos. Nos escapamos hace un par de meses porque intentamos adoptar a Ana unos idiotas que especifican aviones de prostituirla. Robamos las cuentas bancarias de dos empresarios, pero nunca se registran cuentas, porque Tris es un maldito genio con las computadoras . Compramos celulares que no se pueden rastrear, y un pequeño departamento en un edificio de tres pisos en este pequeño pueblo de mierda que sólo tiene tres tiendas, una escuela y un hospital. ¿El hombre y la mujer que vinieron a inscribirnos? Les pagamos para que se hicieran pasar por nuestros padres. Oh, y nos encanta aprender, de verdad que sí, somos muy aplicadas." - Ana me miró y yo seguí comiendo mi tostada.
- ¿Has terminado con toda tu mierda del sarcasmo? Porque vamos llegar tarde.
- Si madame, ya he terminado con mi mierda.
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Editado: 13.07.2020