Alerta! Chica Nueva ©

Capítulo 8.

8. Especial Asher Black.

 

Asher

—¡Quiero mi revancha! —exclama con enojo Jerry.

—Lo lamento, pero con una revancha seguiré ganándote —explico.

—Ganaste gracias a que me distraje —acusa.

Ruedo los ojos.

—Debes aprender a perder —le recuerda Logan.

—¡Pero no perdí porque no sé jugar! ¡Me distraje! —se excusa.

Logan ríe y por eso se gana que el gemelo lo fulmine con su mirada.

—Cierto —habla Alex con una sonrisa maliciosa en sus labios—. El pobre se distrajo cuando le dije que su chica me había aceptado la solicitud en Instagram y a él no —se burla.

Nos reímos al recordar lo que sucedió ayer por la noche mientras jugábamos videojuegos.

—¿Te quedas callado por qué es cierto? —pregunta con sorna, Logan.

Jerry gruñe y eso provoca nuestras risas nuevamente.

—¿Qué te hace pensar...? —comienza a hablar el gemelo, pero alguien lo interrumpe.

—¡Hola! ¿Podrían decirme dónde queda la oficina del entrenador?

Un chico de estatura media, cabello castaño oscuro y lentes se interpone en nuestro camino.

—Debes... —comienza Jad, pero el chico asiente repetidas veces antes de que él pueda terminar de guiarle el camino.

—¡Gracias!

—Pero si aún no te he dicho como llegar. —Jad se ve confundido, y no es el único.

—Oh, sí. Lo siento. —El chico sonríe con nerviosismo y lleva sus manos hacia atrás, dejándolas allí.

El gemelo se queda unos segundos en silencio intentando asimilar lo ocurrido.

—Entonces, debes dirigirte a las canchas y buscar cerca de los vestidores. Allí encontrarás la oficina del director o también puedes preguntar por él a los que se encuentren cerca.

El chico lo observa con atención, esta vez sí esperando a que él acabe su explicación, y asiente ante las palabras finalizadas del gemelo.

—¡Gracias! —agradece con el mismo entusiasmo en su voz que la primera vez—. ¿Ustedes están en el equipo? —pregunta antes de que nos marchemos.

—Nosotros tres estamos en el equipo —contesta Jerry, señalándose y señalando a Alex y a mí.

Él asiente y vuelve a hablar.

—¿Y ustedes por qué no? —inquiere hacia Logan y Jad.

—No es de mi interés el fútbol americano —responde el gemelo.

Logan se encoge de hombros.

—No es de mi interés el fútbol americano —repite la misma respuesta de Jad. Cuando Logan no tiene ganas de pensar en una respuesta propia, imita la de los demás.

—Ya veo —comenta el chico y observa hacia el suelo, como si estuviese pensando en algo—. Por cierto, soy... ¿Carlos?

Frunzo mi ceño.

—¿Dudas de tu propio nombre? —inquiero.

—No, ¿cómo crees? —Sonríe nervioso.

«Este chico es extraño».

—Entonces, ¿por qué te presentas con duda? —cuestiona Jerry.

—Pues... —El tal Carlos tiene las manos detrás de su cuerpo y puedo notar que comienza a ponerse nervioso mientras intenta dar una responder—. Yo-o...

Alex gruñe fastidiado con la situación.

—Si solo vas a balbucear, mejor no digas nada. Cállate y márchate.

Alex detesta entablar conversación con otras personas que no sean sus conocidos. Si alguien le pregunta algo, él solo ignora a todo lo que se mueva y le hable, y eso es justo lo que estaba haciendo con este chico, pero su sola presencia comenzó a fastidiarlo.

Carlos, si antes estaba nervioso, ahora es un manojo de nervios multiplicado por mil. El chico observa a Alex como un niño recién regañado observa a sus padres. Su cuerpo entero está sufriendo nervios en su sistema, a tal punto que algo, que al parecer tenía en sus manos, cae al suelo.

—¿Un walkie talkie? —inquiere Logan, al notar el objeto que abandonó las nerviosas manos del chico.

—Yo... Ellas... Ustedes... —Sus balbuceos solo provocan que Alex ruede los ojos y los demás lo observemos sin comprender lo que está queriendo decir.

—Habla claro —demanda Jerry, comenzando a fastidiarse también.

Carlos toma una bocanada de aire antes de hablar.

—Yo... yo tengo uno de estos porque mi celular se ha roto y... y mamá quiere saber cómo me encuentro. —Una gota de sudor resbala sobre la cien de su cabeza cuando acaba de decir aquello.

—Tranquilo, no debes darnos explicaciones —habla Jad—. No hagas caso a las cosas que dicen estos cuatro —dice, dando un paso hacia adelante para tomar el aparato del chico que se encuentra en el suelo.

Ruedo los ojos porque se está refiriendo a nosotros.

—Gracias. Y... ¿Cómo es el entrenador? —pregunta de repente, antes de que nos planteemos la idea de retomar nuestro camino.

—Una persona de carne y hueso, así como las demás —comenta Alex, dando un paso hacia delante. Sin embargo, Carlos se interpone en su camino y eso provoca que el pelinegro lo observe con desdén—. ¿Qué mierda?



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En el texto hay: amor, chicossexys, bromasyvenganzas

Editado: 28.07.2019

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