Alerta! Chica Nueva ©

Capítulo 20.

20. Especial Helena Mendler.

 

Helena.

Mis piernas se sienten como de gelatina y mis manos tiemblan sin cesar, las oculto detrás de mi espalda para ocultar el nerviosismo por el que está transitando cada parte de mi cuerpo.

Alex camina hasta su cama y se lanza a ella, sin importarle que se encuentre toda desordenada. Mis mejillas se ponen rojas al saber que en parte tengo algo de culpa por su desorden. Hace pocas horas atrás, me encontraba retorciéndome de placer mientras su lengua...

—Puedes hablar de una vez. —Su voz delata lo molesto que se encuentra.

Cierro la puerta de su habitación para que tengamos más privacidad y las voces del resto de los chicos no nos interrumpa. Lo hago yo porque él parece muy cómodo, recostado en la cama con sus brazos detrás de su cabeza y observando el techo de su habitación.

—Yo...

No solo le pedí que habláramos para que dejara a Jerry tranquilo, sino que también lo hice porque quiero aclarar lo que ocurrió en la mañana. Me siento mal por haberme ido corriendo cuando Alex quería pasar a otra fase conmigo, pero era lo único que deseaba hacer; salir corriendo.

Antes no habíamos hecho nada parecido a lo que hicimos hoy. En realidad, a lo que él me hizo a mí. Nos hemos besado varias veces, pero jamás me ha tocado de una forma tan... intima, como lo ha hecho hoy.

—Helena, si no vas a hablar, entonces, vete. Tengo cosas que hacer.

Sus palabras provocan que apriete mis manos con fuerza. Detesto cuando se comporta de esa forma conmigo y con el mundo entero.

—No te enfades con Jerry, él solo hizo lo que le pedí.

Sus ojos se posan en mí.

—¿Y por qué le pides favores a él? —pregunta, observándome fijamente—. Sabes que Jerry tiene una chica, ¿no?

Frunzo mi ceño.

—¿Qué estás queriendo decir?

La sonrisa de Alex provoca escalofríos en mi cuerpo.

—Que estás muy cerca de Jerry, y él ya tiene una conquista en mente. Solo te advierto para que no te hagas falsas ilusiones y después rompan tu corazón de niña.

¿Él cree que estoy interesada en Jerry?

De la única manera en la que podría mirar al gemelo es como amigos. Él ha sido un gran amigo desde que conocí a Megan y ella me presentó a ambos hermanos. Tal vez, ha lanzado uno que otro comentario pícaro hacia mí, pero solo juega con eso. A él le divierte decir cumplidos a las chicas, quizá a la espera de que alguna caiga rendida a su forma de seducir.

Sin embargo, Jerry jamás ha estado detrás de mí y mucho menos, yo detrás de él. Ninguno de los dos nos vemos como algo más que amigos. Alex está equivocado.

—No me gusta Jerry —aclaro—. Y, ¿corazón de niña? —agrego, recordando sus palabras.

Alex asiente sin apartar sus ojos de mí.

—Yo no dije que te gustara. Eres tan tonta que sola terminas delatándote.

Ignorando su insulto hacia mí, vuelvo a preguntar:

—¿Por qué dices que tengo corazón de niña?

—Ya sabes, tú crees que vas a encontrar a tu príncipe azul y tener una historia de amor —responde, como si eso fuera lo más estúpido del mundo.

Y para mí no lo es. Desde que soy una niña, puede ser que las películas y los libros me hayan inculcado el deseo de encontrar un chico que se encuentre al alcance de un príncipe. Pero no le veo lo malo a querer eso.

—¿Y qué si yo pienso eso?

Me molesta que Alex se crea estar en el derecho de juzgarme por tener un tipo de chico ideal. ¿Acaso los chicos no tienen un tipo de chica también?

Aunque lo dudaría de alguien como Alex. Él solo sale con chicas diferentes cada semana y ninguna de ellas tiene algo en común en su aspecto para decir que busca a un tipo de chica determinado.

—Nada. —Se encoge de hombros—. Pero eso no existe. Los príncipes azules solo se encuentran en los libros.

En mi vida he tenido solo dos novios, y las palabras de Alex solo hacen que me replantee la idea de encontrar al chico ideal. Sé que nadie es perfecto, ni yo misma lo soy, pero quiero encontrar a alguien que no solo me quiera para tener sexo. Sin embargo, con el pasar de los años me he topado con puros sapos, más que príncipes azules.

Pero aún no me doy por vencida en encontrar a un chico que se asimile a un príncipe de cuentos.

—También, quería hablar sobre lo que sucedió hoy —cambio de tema, a pesar, de que este me ponga demasiado nerviosa, pero seguir hablando de mis gustos para elegir chicos no me agrada. No teniendo que hablarlo con Alex.

—¿Qué sucedió hoy?

¿Ya dije que detesto varias de las actitudes que tiene Alex Holworth?

Está es una de esas actitudes que detesto, que se haga el desentendido con algo importante.

—Alex —advierto—. Sabes de lo que estoy hablando.

—No, sinceramente, no lo sé —dice de inmediato.

Bufo, molesta, porque es imposible poder hablar seriamente con él.



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En el texto hay: amor, chicossexys, bromasyvenganzas

Editado: 28.07.2019

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