Alfredo

19. Después de clases

Me besó.... Y no fui imaginación mía, eso lo aseguro.

Lo empuje y me sentí como aquel protagonista las historias gays que mis primas y amigas tanto me contaban al no tener a quien más molestar sin recibir un regaño que tomara en serio.

Son las mejores primas...

Lo aparte sorprendido, con un tambor en mi corazón, de seguro tenía un leve rosa en mi mejillas, no tanto como él que estaba completamente rojo. Su beso me supo a cerveza.

Asqueroso. Sólo esa parte.

Lo demás... Sólo me sorprendió y por instinto lo alejé, por suerte no por un puño.

Él solo me miraba, con una sonrisa avergonzada y triste, casi lamentando lo que había hecho. Quise hablar y decir algo, no logró formar ni siquiera una sílaba.

"Lo siento" Habló, luego se varios minutos en silencio "Me gustas, Alfredo" Murmuró, ahora con una sonrisa irónica.

Esas tres palabras fueron suficientes para dejarme en un estado de shock.

¿Estaba tan ocupado fingiendo ser su amigo que nunca lo noté?

Na, siempre has sido ciego.

Ahora no podía ni abrir la boca, no lograba procesar sus palabras.

Ahora mismo me encantaría volar de este mundo e ir a cualquier lado donde puedo vivir tranquilo.

Lastima que el ser humano es masoquista en todos los sentidos, o eso dice mamá.

"Yo... Debo irme" Murmuró antes de salir corriendo hasta la entrada, con la mirada roja.

Y dejándolo ahí.

Sólo.

Cuando salgo, dejando de lado mis pensamientos, miro a mi madre con una sonrisa esperándome, sin decir una palabra, y de seguro rojo, llegó hasta ella antes de montarme.

Y sólo soy capaz de decir:

"Tengo que decirte algo, mamá"

"Puedes decirlo ahora, bebé" Escucho su voz tranquila.

¿Seguirá así después de que sepa que soy lo que no quería? Papá y Mamá siempre me decian la razón del porque aceptaron al LGBT+, pero termine así.

Lo siento mamá.

El viaje fue tranquilo y sin ningún inconveniente, cuando llegamos baje de la moto con rapidez, camino a la casa preparándome para lo peor.

¿Qué más podría esperar? Él único hijos de mamá —Yo— No se casará y tendrá esa familia que ella quiere.

Aunque nunca te ha interesado casarte, de todos modos.

Minutos después entra mamá, con una mirada tranquila y fresca ¿Seguirá así después de que le cuente?

Ella va a la cocina, me imagino que a cocinar. Mejor le cuento cuando no esté en la cocina.

Excusa.

Mire la hora, debía decirlo ahora, no podía esperar que papá llegará, trague en seco y caminé hasta la cocina donde mamá estaba revolviendo un sofrito, me arme de valor por primera vez en años.

Ella me miró cuando sintió mi presencia. Bajo su mirada solo quiero ser invisible.

¿Por qué siento que fuera a decir que cometí un crimen? Solo debo decir “Me atrae un chico” Y ya, fácil, ¿No?

"¡Alfredo!" El grito molesto y preocupado de mi madre !e saca de mis pensamientos.

La miró antes de tragar saliva, otra vez.

Habla.

Respiro profundo antes de fruncir el ceño, preparándome mentalmente para su peor reacción.

¡Qué hables, Dios!

"Me gusta un chico" Confieso.

Bien, en primer lugar no estoy ni seguro si me gusta, solo se que me atrae. ¡Tonta boca!

Ella deja caer la cuchara que estaba por llevar a la boca, mis manos —Sudadas— comienzan a temblar esperando una reacción negativa. Pero ella no se mueve, no pestañea, no habla...

Su mirada de golpe se suaviza y me sonríe con tristeza, está por hablar, yo espero ansiosos sus palabras pero el portazo de la puerta me hace girar de golpe la mirada. Me encuentro con mi padre.

Ahí.

Parado y con una mirada furiosa.

Camina a mi a toda velocidad, cuando llega donde mi me miró con asco... Lo oyó. Papá oyó todo.

"Yo..." Trato de comenzar, pero la voz, simplemente, no quiere salir.

Miro al suelo.

"¿Te crié mal? ¿Que fue lo que hice? Dime, por favor ¿Que hice para tener un hijo... así?" Pregunta, con un tono más grave de lo habitual.

Ese tono es exclusivo para cuando se enoja, y ahora lo usa.

Sus preguntas no me dejan responder, solo quiero desaparecer ¿Por qué no le dije a mamá antes? Sé que había posibilidad que ambos tuvieran una mala reacción, en especial papá, pero mamá siempre sería más comprensiva.

"Papá, yo-"

"No necesito excusas, dime: ¿Lo que dijiste antes es mentira? Lo es ¿Verdad?" Me interrumpe, con un tono más bajo, y aún así cargado de furia.

"N... no" Mantengo la cabeza baja en señal de vergüenza conmigo mismo.

Hay un buen silencio, por un largo tiempo, en el que puedo sentir la impotencia por falta de Valencia de mamá detrás y la mirada decepcionada, asqueada y molesta de papá.

Sin decir una palabra, ve los zapatos de papá alejarse seguido de la puerta cerrándose con fuerza. Levanto la mirada para ver la puerta, sin esperar nada me doy la vuelta para encontrarme con la mirada decepcionada y juzgadora de mi madre.

Ella no dijo nada, hubiera sido mejor que dijera algo, que no me dejara en silencio, torturado me en silencio.

Me arrastre hasta mi habitación, con el peor de los ánimos. Ya ni me importaban los perritos.

Quiero estar solo.

Llegué, cerré la puerta sin seguro, y me recosté en la cama. Aún no había hecho nada de las tareas... no tengo ganas de hacerla ahora.

Volví a la reacción de mis padres ante de confección.

¿Es malo ser diferente?

Di un gran suspiro y miré al techo. No creo que esto se como otras peleas que se olvidan al día o a los dos para más tardar.

En silencio y en la soledad de la habitación sin cama y sin escaparate, pues el camino llega mañana, miré al techo, el beso de Manuel llegó a mi cabeza llena de preocupaciones por primera vez en el día.




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