¿alguien quiere adoptarme?

capitulo 10

Pasó un año, Gabriel estaba por presentar su trabajo de graduación. Faltaba poco para ser lo que siempre había soñado; un gran ingeniero aeroespacial. Una mañana, llegó más feliz que nunca, sus ojos brillaban más que de costumbre y su rostro estaba tan deslumbrante que no podía disimular su felicidad. 

Claudia: Gabriel... ¿Te ganaste la lotería? 

Gabriel: mejor que eso, la ceremonia de graduación es la próxima 

semana. 

Lorenzo: felicidades hijo, lastimosamente no podremos 

estar. 

Gabriel: ¿por qué no? 

Lorenzo: tu madre y yo viajaremos a Australia. 

Gabriel: entiendo. 

Elena: yo iré contigo, hermanito. 

Gabriel: (sonríe) Gracias Elena. 

Gabriel caminó hasta el jardín un tanto triste, Monique se acercó con un vaso de jugo de naranja para el joven, ella lo notó un tanto triste y decidió sentarse a hacerle compañía por unos instantes. 

Monique: Gabriel... ¿Te sientes bien? 

Gabriel: si, no pasa nada. 

Monique: Tengo 20 años, a mí no me engañas. 

Gabriel: Estoy triste Monique, solo Elena estará en mi graduación. Mis padres volarán a Australia.

Monique: Lo lamento. 

Gabriel: no importa... 

Monique: (se levanta) 

Gabriel: oye Monique... ¿Te gustaría ir con nosotros a mi 

graduación? Monique: pues... no veo por qué no. 

Gabriel: (se levanta) Gracias, eres un ángel. 

Monique caminó hasta la cocina para terminar lo que hacía falta para luego irse a estudiar. Elena vio que Gabriel sonreía y se acercó a él para chismear un poco el motivo. 

 

Gabriel: se trata de Monique, la invité a la graduación. 

Elena: ¿y? ¿aceptó? 

Gabriel: ¡Sí! 

Elena: Bueno, ya está. Como en el crucero, solo que la universidad no va a naufragar. 

Gabriel dejó salir una carcajada y caminó tomado de la mano con su hermana hasta la sala de estar. Allí le hicieron saber a sus padres que Monique asistiría con ellos a la graduación de Gabriel. 

Lorenzo y Claudia aceptaron y todo se había solucionado, viajarían tranquilos a Oceanía y su hijo no asistiría sólo a su graduación. Una hora después, a eso de las tres de la tarde, alguien llamó a la puerta de la mansión, hacía casi un año y dos meses que esa persona no aparecía en aquel lugar: Isabela. 

La odiosa joven llegó para atormentar una vez más a Monique. No toleraba la forma en cómo era tratada por los Smith, que le dieran estudios universitarios, que Gabriel la prefiera y muchas cosas más. A pesar de lo ocurrido hace un tiempo decidió llegar para armar un show en el que ella (como siempre) terminaría perdiendo pues Gabriel haría algo que ni la misma Monique lo creería. 

Isabela exigía hablar con Gabriel a pesar de que este no quería ya que no tenía nada de qué hablar con ella. Para calmar la situación decidió bajar para ver lo que quería. Aunque en un principio demostraba una actitud pacífica el solo hecho de ver a la joven lo hizo explotar. 

¿Cuál era el motivo por el que Isabela odiaba tanto a Monique? no se sabe, pero todos allí decían que era solo por celos y que Isabela se volvería loca si seguía así. La conversación tardó casi veinte minutos. 

Gabriel: Bien, aquí estoy. ¿Qué quieres? 

Isabela: Gabriel, sé que antes hice cosas que son desagradables y vengo a pedir perdón.

Gabriel: yo no soy quien debe perdonarte, sino Monique. Fue a ella a quien le hiciste daño sin motivo alguno. 

Isabela: yo solo quiero resolver todo y comenzar desde cero, que tú y yo estemos juntos. Gabriel: eso no pasará y lo sabes, Estoy enamorado Isabela... Y daría todo por ella. 

En ese momento Monique pasó al fondo buscando la escalera, ignorante de lo que pasaba en ese momento, la joven accidentalmente se dejó ver por Isabela. Monique se dirigía al segundo piso para ir a estudiar a la biblioteca situada al final del pasillo. Como era la habitación más silenciosa de la enorme casa iría allí para estudiar tranquila. 

Isabella: tal vez eso hubiese pasado si esa campesina pobretona no hubiese aparecido en nuestras vidas. 


 

Gabiel: En primer lugar, no hables así de Monique, segundo, por campesinas pobretonas como ella es que tú comes tus frutas y ensaladas para tu supuesta maldita dieta y no olvides lo siguiente, así Monique nunca hubiese llegado a esta casa tú jamás serías mi novia. ¿Captas? 

Isabela: no mucho, ¿Por qué no te pierdes? 

Monique: me temo que ya eso no funciona, Isabela. 

Monique continuó caminando, pero cuando iba a la mitad de las escaleras Gabriel gritó su nombre. 

Gabriel: ¡Monique! ven acá... 

Monique: pero... debo estudiar (tímida) 

Gabriel: ¡QUE VENGAS! 

(Monique baja las escaleras) 

Gabriel: deja los libros en la mesa. 

Monique obedeció la orden de Gabriel, todos allí presentes no decían nada, solo observaban. Nadie esperaba lo que pasaría. Frente a su hermana, sus padres, los empleados y la odiosa Isabela, el joven Gabriel tomó a Monique haciéndola chocar contra su cuerpo y la besó de forma muy apasionada mientras que la tímida joven atrapada en los brazos de aquel chico, no tenía escapatoria. Monique tenía mucha fuerza, pero no más que Gabriel. Igual esforzarse no le serviría porque ella estaba muy cansada. 

Isabela se enojó aún más, los empleados quedaron boquiabiertos, los Smith muy sorprendidos, pero Monique muy avergonzada. La joven nunca pensó en tener un primer




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